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  • Autor de la entrada:Alex Cosma

 

Comentario al artículo «El racismo no es cosa sólo de malos blancos occidentales«

Estando, por supuesto, de acuerdo con lo esencial del texto, haré los siguientes apuntes:

1- El autor menciona a todos los colectivos esclavistas menos a los comerciantes judíos (¿autocensura? ¿olvido? ¿negación implícita de la existencia de dichos esclavistas?

2- La inmensa mayoría de las mezclas raciales y/o convivencias interrraciales forzadas que se dan, y que luego provocan o pueden provocar su prohibición en el típico giro de 180% que menciona el articulista, se deben precisamente a las migraciones producidas por imperialismos, y a la importación de esclavos. Es decir, que esas prohibiciones y persecuciones posteriores (incluso inversas) no podrían darse si no hubiera imperialismos, ni ideologías multiculturalistas, o de «libre mercado» y «libre circulación» (las primeras al servicio de las segundas) todas con intenciones universalistas… ideas éstas que los imperialistas del siglo XXI crean o impulsan camufladas como «libertad», pero que en realidad son imposición, para precisamente tener ese flujo constante de mano de obra barata que necesitan. La realidad es que sin imperialismos, sin Estados y sin Capitalismo, la inmigración masiva no se daría, por tanto tampoco la mezcla interracial e intercultural forzada y masiva que luego da lugar a los giros de 180 grados, a las persecuciones, a los genocidios, a la esclavitud (y neo-esclavitud llamada trabajo asalariado).

La convivencia intercultural y las migraciones fronterizas son un hecho, sí, inevitable en cierta medida, y éstas obedecen precisamente a la libertad que la gente tiene para desplazarse, sin necesidad de que tal o cual ley o ente superior les ampare o les prohíba. Se desplazan sin más… pero, como toda acción humana (y no humana), esto tiene sus consecuencias. Por tanto, la libertad individual del que quiere desplazarse está supeditada a la libertad que tiene el colectivo de acogida para admitirle. Repito, esto es una ley natural, independientemente de si hay ESTADO o no lo hay, de si hay esclavistas y racistas o no los hay; cada comunidad tiene sus normas, buenas o malas.

Con ESTADO, es decir, minorías poderhabientes que se arrogan la representación de millones de individuos, es lógico que las normas de aquél no respondan a los verdaderos intereses del conjunto de la comunidad. Por contra, si cada comunidad, cada colectivo y cada individuo, en el ámbito que corresponde en cada caso, tiene la libertad para tomar sus propias decisiones, asumiendo todos la responsabilidad y consecuencias de sus actos, tanto el colectivo de acogida como el colectivo inmigrante tendrán las cosas claras y asumirán las consecuencias de sus actos…

¿Hay responsabilidad para con los actos propios?

Las migraciones del siglo XXI son muy diferentes a las del pasado, ahora todos los emigrantes obran movidos por fuerzas superiores a ellos, y todos irresponsabilizándose de su actos. Los inmigrantes quieren ir voluntariamente a un lugar donde ellos mismos dicen que hay racismo; un lugar (el primer mundo) que según ellos es el responsable de la pobreza de sus países. ¿Por qué alguien que piensa así querría emigrar a ese lugar? Porque no obran ni piensan con libertad, o bien porque su objetivo final es sumarse a sus enemigos… Ninguna de las dos opciones deja en buen lugar al emigrante del siglo XXI.

El panorama sería muy diferente si los individuos y los colectivos, el pueblo llano, tanto los que desempeñan el papel de ricos como los que desempeñan el papel de pobres, dejaran de representar dichos papeles que les han sido adjudicados desde arriba, y empezaran a auto-respetarse. Cada etnia residente en un territorio debe practicar y desarrollar su cultura, y no tener autoodio sobre ella. Debe ser una cultura moralmente de autodefensa y anti-imperialista. Debe implantar un sistema político democrático-comunal de asambleas omnisoberanas que garanticen el desarrollo democrático de la cosa publica y la libertad en el espacio privado. La cuestión de raza, sí, debe ser desechada como cuestión de nada, porque lo sustancial es la cultura y la etnia que la sostiene.

En ese escenario, ni habría tanta gente dispuesta emigrar, ni tantos habitantes del primer mundo que practiquen endofobia y sentimiento de culpa dispuestos a morir o dejarse invadir como pago por un pasado esclavista…

Aún así, insistamos, la inmigración, cierto es, puede darse por motivos no-imperialistas y debe ser contemplada la convivencia inter-étnica o religiosa. Pero la inmigración masiva, que conlleva problemas masivos, incluso genocidios, jamás puede ser defendida, tal y como hace la izquierda y el progresismo, desempeñando así el papel de mamporrero de la derecha y el Gran Capital, es decir, haciendo el trabajo sucio (golpeando al pueblo, a los pueblos, con el ariete de los llamados derechos humanos).

El problema de reflexiones como la del articulista en cuestión es que, implícitamente, ve bien, lógica y natural la mezcla total de la humanidad porque… si «lo contrario» es el MAL, aquella, por fuerza, debe ser el BIEN. Pero esta forma de pensar y de analizar los hechos, so pretexto de criticar a los esclavistas, es 100% PRO AGENDA IMPERIALISTA-ESCLAVISTA.

El articulista además se contradice explícitamente, porque al mismo tiempo que reconoce el racismo como inherente al ser humano (aunque matiza que no como superioridad de raza, sino como superioridad de unos sobre otros), él ve bien (o no ve mal o calla sobre) la creación de sociedades en las que convivan etnias diferentes… repito, etnias, es decir, culturas diferentes… y no después de siglos de adaptación mutua, sino desde el minuto uno en el que se juntan o son juntadas.

Reconocer un mal como sustantivo al ser humano, y ofrecer como solución provocar e incentivar ese «algo», ¿qué es? Es pro-sistema, no es antisistema ni pensamiento alternativo ni nada parecido, es 100% PRO AGENDA.

La realidad es que con esa visión de las cosas, si se llegara a dar esa mezcla y fusión masiva, completa y planetaria entres razas y etnias, con la consiguiente desaparición de las diferentes culturas, estaríamos precisamente ante el escenario soñado por los esclavistas, imperialistas y totalitarios… que es el escenario actual (embrión de lo que viene) en el cual ya empiezan a ser señalados con el dedo, como apestados y como inferiores los que, simplemente, no se ponen mascarilla.

En otras palabras: si en vez de convivencia forzada, incluso contra natura (la natura que el propio articulista reconoce), se llegara (en una vuelta de tuerca más) a un mundo sin razas diferentes y sin culturas diferentes, por tanto con todos iguales, todos fusionados, todos mezclados, todos uniformizados… en ese escenario, lejos, muy lejos de lo que creen los bienintencionados antirracistas y progresistas, se multiplicarían exponencialmente los motivos por los que alguien puede ser elegido como DIFERENTE, y por tanto, esclavizable, o directamente eliminable.

Sí, una vez que dejaran de existir diferencias sustanciales y notorias (raza, etnia, religión, etc.), y dada la condición humana, y dados los intereses de las minorías poderhabientes, éstas empezarían a buscarse nuevas formas de discriminación y dominación, como la ya mencionada (y en ciernes) de la mascarilla,  los anti-vacunas, etc.

Sí, una vez que una herramienta de dominación se muestra agotada, inoperante, o sencillamente ha concluido su función, lo normal es crear otra herramienta que se adecue a las nuevas condiciones objetivas, en este caso, a la dominación de una masa uniformizada, aculturada.

El articulista no está, por supuesto, dentro del grupo de los más fervientes antirracistas; éstos se emborrachan, literalmente, de ideología progresista hasta el punto de perder la cabeza totalmente, cosa que no sucede con el autor del texto…En ese grupo piensan que el MAL es el racismo y que una vez desaparecido este y con todas las razas mezcladas, el mundo será un mundo mejor…. Ese pensamiento es RACISTA, señores-as antirracistas-progresistas, porque tiene a la RAZA como obsesión.

Sí, el mensaje esquizofrénico-disonante-cognitivo-izquierdista-progre-buenista es, de facto, el siguiente: queremos ERRADICAR (primer error, porque no se puede erradicar) el MAL de la faz de la Tierra, pero mientras lo conseguimos, pretendemos que la gente se adapte a dicho MAL, transformando a éste en una suerte de «BIEN transitorio» mientras llega la ERRADICACIÓN de dicho MAL.

Y claro, para tratar a un esquizofrénico-psicótico se usan sedantes muy fuertes, camisas de fuerza o directamente lobotomía, es decir, llega el totalitarismo (virage de 180 grados) que aquéllos ingenuamente llaman de «derechas» o «fascismo».

Sí, la izquierda y el progresismo antirracista (por demenciados y alejados de la realidad y la verdad) son actualmente el mayor generador de totalitarismos, racismos, y supremacismos, propios y ajenos (supuestamente ajenos y supuestamente contrarios).

Por supuesto, además de la crítica, debe haber propuestas, ¿cuál es la propuesta de dicho artículo? ¿antirracismo y antiesclavismo teórico-ideológico al 100%, manteniendo, cuando no alentando, todo lo que potencia el racismo y el esclavismo?

Los análisis, y sobre todo las propuestas, deben estar ajustados a la realidad del siglo XXI, no a otras realidades (reales o inventadas) del pasado, ni a otras posibles del futuro. Y la que hoy está siendo destruida, aniquilada, exterminada es precisamente la DIVERSIDAD con la que se llenan la boca los antirracistas, antiesclavistas y progresistas. Son ellos los que, so pretexto de combatir el MAL y luchar por la diversidad, están haciendo justo lo contrario: elevar el MAL hasta cotas nunca vistas, a nivel planetario, y aniquilar la diversidad en pos de una utópica unión mundial de razas, pueblos y culturas… estrategia ésta que, casualmente, coincide con los intereses de los que dominan y quieren dominar más, porque es más fácil dominar a 100 iguales que a 100 diferentes. Esto, que lo entiende un niño de 4 años, no lo entiende un adulto ideologizado con progresismo. Porque son 100 iguales, por fin iguales (en cuanto a raza) pero que serán divididos y enfrentados por mascarillas, por vacunas y por todo aquello que debilite al pueblo, que imposibilite las relaciones horizontales de interdependencia y ayuda mutua, y que le haga dependiente verticalmente de las estructuras del PODER, del dúo ESTADO-CAPITAL.


El pensamiento progresista es el MAMPORRERO del GRAN CAPITAL, es decir de su supuesto enemigo… y el que hace el trabajo sucio (sucísimo y vendido como limpio e inmaculado) del ESTADO y las minorías poderhabientes que lo componen (muchas de ellas de «derechas», racistas y esclavistas-supremacistas). ¿Algún día entenderán esto los «progresistas»? 

 

Sugiero la lectura de este otro artículo de esta misma página, en el que respondí a su vez a otro artículo sobre inmigración titulado «Los privilegiados cierran filas».

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