Por fin el INE ha publicado el Movimiento Natural de la Población y los Indicadores Demográficos Básicos para el año 2019. Aunque con una alarmante apostilla, como “Datos provisionales”…
Siguiendo el análisis que formulo en “Erótica creadora de vida. Propuestas ante la crisis demográfica” concluyo que el INE ha de admitir por segundo año que el número de hijos por mujer ha descendido por debajo de la cantidad límite, 1,3, la constitutiva de la “trampa de la baja natalidad”, al no ser ya reversible dicha situación. La causa es que en ella hay un número demasiado reducido de mujeres en edad fértil, lo que hace imposible relanzar la demografia. El último año que España estuvo por encima fue 2017, 1,31 hijos por fémina, dato que descendió a 1,26 en 2018 y a 1,23 en 2019… según el INE.
Pero esas cifras no son creíbles. Yo imputo al INE, al gobierno y al Estado español el ESTAR FALSIFICANDO LOS DATOS, para no provocar el miedo entre la población, toda vez que hay bastante temor con las pandemias, el desplome de la economía, la instauración de un régimen fascista de izquierdas a imitación del de China y otras cuestiones asociadas, todas tremendas. Según mis propias conclusiones, a partir de indicadores indirectos e indicios intrincados, calculo que estamos ya lejos de los 1,3 hijos, en torno a 1 o incluso en 0,9, una situación aterradora.
La adulteración del número de nacimientos, presentando más de los que hay realmente, se hace, probablemente, en la base, inflando los datos anuales de maternidades y paritorios, a mí entender en un porcentaje en torno al 30%, de tal modo que el cómputo total es mucho más elevado. Tales nacimientos ficticios sólo podrían evidenciarse cotejando caso tras caso básico, lo que es imposible para un particular.
Exagerar al alza los datos demográficos, para mantener a la población narcotizada con mentiras, es una práctica habitual en numerosos países, por ejemplo, lo efectúa desde hace tiempo el gobierno de la India, como denuncia algún demógrafo heterodoxo de ese país. Hace un año, en mi blog mostré prácticas similares aquí en el artículo, “El gobierno feminazi de Pedro Sánchez obliga al I.N.E. a falsificar datos sobre demografia”. El genocida aparato de poder español se encuentra tan acorralado con este asunto que está dispuesto a todo para ocultar la realidad…mientras pueda hacerlo. La razón es sencilla: ha sido él mismo quien ha constituido esta situación y teme la reacción popular cuando se conozca la verdad.
La respuesta anti-pánico institucional es que van a venir más y más emigrantes a cubrir la ausencia de mano de obra autóctona… Pero, ¿cómo será eso posible si EN TODO EL PLANETA se está desplomando la natalidad?, ¿de dónde van a llegar?, ¿quizá desde la luna o desde el planeta Marte? Porque Rumanía, Marruecos, Ecuador y China, los cuatro países que nos han abastecido de mano de obra hasta hace unos años, están ya exhaustos, sin gente para exportar, es más, China está importando ya mano de obra africana. Latinoamérica se sitúa toda ella por debajo de los 2,1 hijos por mujer, que es la tasa mínima de regeneración poblacional. Sólo quedan pujantes, por el momento, los países del África al sur del Sahara. Pero: 1) en ellos la tasa de natalidad se está desmoronando también con rapidez, 2) muchos países por todo el planeta necesitan mano de obra con urgencia, de manera que se está desatando una competición, que se va haciendo incluso feroz, por expoliar sus gentes a las poblaciones subsaharianas, entre las grandes potencias, China, Europa, EEUU e incluso entre países africanos con un buen crecimiento económico.
En pocos años no quedará suficiente mano de obra para venir a España, una patética potencia de segunda fila en desestructuración social, relacional, demográfica y económica. Marcharán a Alemania, a China, a EEUU, etc. pero no aquí, salvo de manera minoritaria y del todo insuficiente.
La patronal español lleva exigiendo la entrada de 300.000 emigrantes anuales, pero en unos cinco años eso ya no será posible, porque en ningún lugar habrá tal disponibilidad de mano de obra para un país en descomposición acelerada y gobernadas por élites fanatizadas, enloquecidas y del todos disfuncionales, como se ha demostrado, por ejemplo, con la cuestión del coronavirus, en la que ha tenido el mayor número de fallecimientos por millón de habitantes a escala mundial, algo estremecedor. A partir de entonces irán llegando menos y menos hasta ser una cantidad insignificante, incapaz absolutamente de satisfacer las necesidades económicas y asistenciales del país. En tales fechas el desplome completo de la sociedad regida por el Estado español será un hecho. Efectivamente, en unos diez años, hacia 2030, se estará EN TODOS LOS PAÍSES en torno o por debajo de los 1,3 hijos por mujer, esto es, el planeta completo estará exhausto poblacionalmente. Todos los países serán receptores de mano de obra y ninguno podrá hacer de emisor de ella, mal que les pese a los neo-negreros de la izquierda fascista que ocupa el gobierno. Entonces, ¿qué?
Aún hay remedios, tenemos cinco años para evitar una catástrofe del todo excepcional, que significa la liquidación práctica de la especie humana.
Uno. La solución es la libertad, en concreto la libertad erótica y sexual, dejar obrar a la naturaleza, dejar de perseguir al sexo heterosexual desde el poder constituido. Todo lo demás es secundario o muy secundario, en tanto que soluciones. Alzarse en insurrección a favor de la libertad erótica, afectiva y sexual es lo único que hoy puede garantizar la continuidad de la especie humana. Si esto no tiene lugar es dudoso que existe la especie humana de manera significativa a finales del presente siglo, como expongo en mi libro antes citado, y como creen cada vez más demógrafos, incluso institucionales, se atrevan a decirlo o no.
Dos. Levantarse en combate contra la “ideología de género”, el feminismo de Estado y el feminazismo que, al perseguir con furor el sexo heterosexual, han provocado el apocalipsis que nos amenaza. Las más destacadas integrantes de las jaurías de agresión a la libertad sexual heterosexual deben ser imputadas de genocidio y llevadas ante tribunales populares, muy especialmente la facción más fanatizada de aquéllas, las lesbianas fascistas. Sus maldades, que ahora se elevan a genocidio, a crimen sistémico contra la humanidad, no pueden quedar sin castigo.
Tres. Quienes confíen en la enloquecida verborrea institucional, así como en sus aterradoras mentiras y falsificaciones en estas materias, perecerán de manera atroz a medio plazo. La solución personal es: 1) tener hijos, 2) educarlos en el amor, el esfuerzo, el servicio y el combate, 3) buscarse procedimientos de auto-supervivencia para la catástrofe que está ya llegando, entre los que destacan los sistemas de ayuda mutua y asistencia convivencial con reciprocidad.
Cuatro. Mantener en alto el lema de que los africanos son para África y no para Europa, denostando las prácticas neo-negreras europeas que están destruyendo, al vaciarlo poblacionalmente, al continente africano, para sobre-enriquecer a las oligarquías imperialistas de la Unión Europea. Contra los neo-negreros de la izquierda y el progresismo hay que alegar argumentos como los expuestos en mi artículo, “África: Revolución, no emigración”[1], texto hoy más vigente que nunca. Por eso, hemos de animar a los emigrantes africanos a que dejen Europa y retornen a sus países de origen, a hacer allí la revolución popular comunal integral.
El sexo es el mecanismo que la naturaleza ha establecido en los seres vivos para que se reproduzcan y mantengan las especies. Al perturbarlo sustantivamente, como hace el feminismo de Estado y el Estado en general, se sientan las bases para la liquidación de los seres humanos, como estamos observando y… padeciendo. Y lo que va a venir, si no hay un alzamiento popular que extinga el presente estado de cosas, será incluso más “espectacular”.
[1] En junio de 2020, con motivo del asesinato de un hombre negro por un policía blanco en EEUU, por toda Europa ha habido manifestaciones de repulsa, que han contado con el apoyo del poder constituido en bloque: los entes estatales, Bruselas, los gobiernos, los medios de comunicación, los partidos políticos de derecha e izquierda, el clero “cristiano” y la gran patronal. Todos han derramado lágrimas… de cocodrilo, en lo que es la última argucia neo-negrera para expoliar la mano de obra africana-negra. El mensaje que se lanza es “Venid a trabajar para nosotros, que os vamos a tratar estupendamente”. Los canallas “antirracistas” hiper-racistas que organizan tales pantomimas genocidas nada en absoluto desean saber de las miles y miles de asociaciones existentes en los países del África negra que llaman a su juventud a NO EMIGRAR A EUROPA, a permanecer en sus países para sacarlos de la pobreza y para que tengan continuidad como sociedades. Si los negreros europeos devastaron África en los siglos XV al XVIII, los neo-negreros actuales lo están haciendo en el siglo XXI, con mucha más aterradora eficiencia.