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  • Autor de la entrada:José F. E. Maenza

Por primera vez he titulado en inglés un texto que he redactado en castellano. La razón es sencilla: pretendo resaltar que la tan “novedosa” teoría conspiracionista sobre los chemtrails es otro de los manidos subproductos basura yankis consumidos en el Estado español.

La falsedad y absurdez de tal teoría ha sido ampliamente demostrada,[1] aunque el propio sentido común debería bastar; de ahí que en este artículo centre mi atención en su origen y metaanálisis.

Al igual que sucedió hace 20 siglos con el imperialismo romano, la Península ibérica en la actualidad está siendo aculturada de forma terrible a manos del imperialismo estadounidense. Es más, toda Europa lo está siendo, así como los serviles Estados que la componen siguen las órdenes que vienen de Washington: ya sea en guerras contra Rusia, China, Irán, Afganistán, Siria, Irak, Venezuela, Cuba, Argelia, Hezbolá, los Hutíes, los Palestinos, etc. o en todo tipo de políticas (feminismo, racismo antiblanco, ecologismo, extinción de las culturas populares y clásica occidental, etc.).

Una de las primordiales imposiciones yankis es la aculturación mediática, llevada a cabo a través de la música, el cine, la televisión e Internet. De ahí que, verbigracia, alrededor de la mitad de la programación televisiva del Estado español esté compuesta por series, películas y programas originarios de EEUU; desde los dirigidos a los más infantes hasta los más ancianos.

Curiosamente, entre todos esos productos televisivos y adoctrinadores yankis, se hallan unos cuantos relacionados con el conspiracionismo; que versan, por ejemplo, sobre extraterrestres, OVNIS, fantasmas, pirámides, sociedades secretas, etc.

De tal forma que el fenómeno conspiracionista[2] cada vez se restringe menos a su conocida presencia virtual, de Internet y las redes sociales, a la vez que cada vez está más presente en los medios de propaganda de masas u “oficiales”. Una prueba inequívoca de su función manipuladora.

En realidad, como explico y demuestro en mi último libro,[3] que asimismo incorpora un perspicaz texto de Félix Rodrigo Mora, todas las teorías conspirativas modernas proceden de EEUU, en concreto, de la extrema derecha yanki, el fanatismo religioso y el partido republicano. Incluso, las antiguas teorías conspiranoicas, como la de los masones o la de las omnipotentes élites judías, ésta última encumbrada por los originales nazis alemanes, han sido actualizadas a manos del conspiracionismo estadounidense.[4]

Entre las principales teorías conspiracionistas creadas e impulsadas por el imperialismo yanki se hallan las que tratan sobre extraterrestres, la ley natural, las relacionadas con el movimiento antiglobalización, el 11-S y, cómo no, los chemtrails.

La teoría sobre los chemtrails, en castellano “estelas químicas”, se refiere a las estelas de gases producidas por los aviones, que, según afirman sus defensores, algunas de tales estelas no son producidas por la combustión normal de los motores, sino que son fumigaciones planificadas con fines “perversos”; verbigracia, intoxicar a la población, esparcir virus u otros agentes invasores físico-químicos, y hasta provocar sequías.

Dicha teoría tiene al menos un cuarto de siglo, lo que muestra su anacronismo hodierno, al tiempo que la ingenuidad de quienes la defienden hoy día. Conforme a lo que he podido averiguar, su primera aparición pública se halla en el programa yanki y conspiracionista de radio Coast to Coast, creado en 1988 por Art Bell; formato que luego, en el año 2002, copiaría y adaptaría para el Estado español el conspiracionista más conocido y adinerado del país, Iker Jiménez.

Concretamente, el supuesto autor de tal teoría es un periodista y activista estadounidense, William Thomas. Éste, después de renunciar a su exitosa carrera militar, debido a una “crisis existencial”, se dedicó al activismo.[5]

Su primer gran éxito propagandístico fue un documental titulado Eco War, donde critica el uso de bombas nucleares en las guerras por las repercusiones medioambientales; pero, como buen ecologista, no le importan las matanzas, genociodios y etnocidios de los Estados con otras armas “menos contaminantes”.

Él mismo se atribuye la “invención” de la teoría a cerca de los chemtrails, a partir de 1998; gracias a lo cual, a lo largo de los años, ha publicado varios libros sobre el tema que le han reportado pingües beneficios.

En su autobiografía sostiene que también participó en la famosa película-documental conspiracionista, antiglobalizadora, The Corporation (2004), así como defiende posturas conspiranoicas en todos sus libros y artículos; por ejemplo, Rulers of the world.[6]

Así mismo, continúa la línea conspiracionista actual de la extrema derecha yanki, republicana y cercana a Trump, por medio de su apoyo al Estado imperialista ruso en la invasión a Ucrania; véase Punishing Putin.[7]

Al fin y al cabo, el conspiracionismo, desde su origen hace más de 200 años, siempre ha ido de la mano de la ultraderecha, puesto que es una de sus expresiones ideológicas o religión política.

De tal modo que la teoría sobre los chemtrails, por fuerza, aquí debía ser abanderada por la extrema derecha y los nazis del Estado español; y así ha sido, como, verbigracia, el grupo neonazi Democracia nacional.[8]

El dislate conspiranoico llega a tal punto que algunos conspiracionistas han tenido que recurrir al argumento de que el Estado es el responsable “directo” de los chemtrails, pues es quien tiene la última palabra respecto a la soberanía del territorio nacional y su espacio aéreo. Incluso, de manera acertada, esos mismos conspiracionistas apuntan que el nivel tecnológico, económico y logístico necesario para producir esas supuestas “estelas químicas” sólo sería factible a manos del ente estatal, y de su espina dorsal, así como verdadero imperator, las Fuerzas armadas.

Sin embargo, siendo fieles a su fanatismo conspiranoico, rematan su relato afirmando que, por encima o detrás del Estado, quienes “realmente” mandan son misteriosas fuerzas oscuras y poderes en la sombra, sociedades secretas o semiclandestinas, razas de alienígenas o extraterrestres, etc.[9]

Pero basta ya de memeces. Es hora de rechazar el invento de los chemtrails, así como el resto de disparatadas teorías conspiranoicas que se fabrican en los EEUU con miras a que sean consumidas por los súbditos de dentro y fuera del Estado yanki.

[1] En la misma página web Revolución integral (https://revolucionintegral.org/sobre-conspiracionismo-chemtrailero y  https://revolucionintegral.org/acerca-del-conspiracionismo-una-perspectiva-desde-la-revolucion-integral) lo realiza Alex Cosma. También se puede consultar en castellano la obra de autoría colectiva El fenómeno Chemtrail: ciencia o creencia en el Siglo XXI.

[2] Ya en enero de 2021 traté de arrojar cierta luz en torno al conspiracionismo, véase ¿Dónde se sitúa el conspiracionismo? (https://josefranciscoescribanomaenza.wordpress.com/2021/01/10/donde-se-situa-el-conspiracionismo).

[3] El conspiracionismo, la extrema derecha y el Estado               (https://www.editorialbagauda.com/product/10007074/el-conspiracionismo-la-extrema-derecha-y-el-estado). Cierto es que en dicho libro no analizo ninguna teoría en concreto, pues trato de realizar un estudio general del fenómeno conspiranoico. Sin embargo, ya que la teoría sobre los chemtrails está ganando una popularidad vergonzante, he decidido dedicar este breve artículo para poner en su sitio a tal teoría. 

[4] Uno de los primeros y más relevantes estudiosos sobre este asunto fue el historiador Richard Hofstadter, con su obra The Paranoid Style in American Politics, publicada ya en el año 1964. Otro relevante investigador, éste actual, es Michael Butter; véase, por ejemplo, Routledge Handbook of Conspiracy Theories.

[5] En su página web (www.willthomasonline.net/articles-by-william-thomas/who-is-william-thomas), expone su biografía.

[6] Aquí: www.willthomasonline.net/articles-by-william-thomas/rulers-of-the-world.

[7] Aquí: www.willthomasonline.net/articles-by-william-thomas/punishing-putin.

[8] Llevan muchos años con el tema (www.democracianacional.es/?s=chemtrails), siguiendo a la conspiracionista Josefina Fraile. La relación directa entre los neonazis españoles y el conspiracionismo ya la expuse, en marzo de 2023, en un artículo de mi blog:

https://josefranciscoescribanomaenza.wordpress.com/2023/03/01/neonazis-y-conspiracionismo-3-el-estado-espanol.

[9] A fin de esclarecer algunas incertidumbres en torno al poder, las jerarquías sociales, las élites y las instituciones estatales, publiqué no hace mucho un escrito titulado Sobre el poder y sus estructuras (https://josefranciscoescribanomaenza.wordpress.com/2024/03/13/sobre-el-poder-y-sus-estructuras). Dicho texto complementa lo que explané en el capítulo Ascenso del Estado, dentro de mi libro, anteriormente citado, El conspiracionismo, la extrema derecha y el Estado.

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