Después de leer la extensa reflexión que el amigo Espertellu publicó hace poco sobre estrategia, me puse a escribir una respuesta que en principio era personal, pero que finalmente me parece que puede ser interesante publicar como artículo y así contribuir al debate que ha cobrado importancia en este segundo encuentro.
También de mis conversaciones con Manuela Garreffa, que es una mujer muy cercana a las ideas que aquí defendemos he extraído algunas conclusiones que pueden precisar el mismo concepto de «estrategia».
A menudo, sin darnos cuenta, nos dejamos llevar por el pensamiento racionalista occidental que asume que todo en la vida es cuantificable y predecible. Este pensamiento, que por un lado ha permitido un gran despegue científico y económico, por otro lado es el causante de un sinfín de problemas, no sólo por enfocar las cosas en su aspecto material o útil, sino por su carácter totalitario y simplificador de una realidad que es hipercompleja y multicausada. Lo peor sin duda de este tipo de pensamiento son las utopías engañosas del socialismo (y el anarquismo) científico de las cuales me quisiera alejar lo máximo posible. Por ejemplo cuando afirmamos que queremos una sociedad sin Estado ni capitalismo debemos de preguntarnos ¿por qué? ¿es por la injusticia social? ¿por la falta de libertad?… ¿o hay algo más profundo? Quizás dar sentido a nuestras vidas en esta sociedad llena de sucedáneos (gracias Concha, te robo tu idea), quizás sentir y no «sentir», decir la verdad y no la «verdad», amar y no «amar».
Existe en otras sociedades y existía en la nuestra hace un tiempo, la concepción del mundo que podríamos llamar «mágica», propia de las religiones o los ritos antiguos, que asumía el universo como un todo «incontrolable» y en parte inexplicable y misterioso. Pienso que ante todo hemos de dar a cada cosa su justo valor y por tanto nuestra estrategia debe ser limitada, moldeable según las circunstancias y modesta, es decir, que no aspire en ningún caso a la totalidad sino a una serie de lineas generales supeditadas siempre a la interpretación de cada persona y comunidad según las circunstancias que atraviese que son siempre imprevisibles.
La importancia del «misterio», los mitos o el destino en todos los pueblos libres preindustriales no es debido a su ignorancia, como se nos ha hecho creer, sino a su conocimiento profundo del orden universal, que no responde a los patrones de la razón humana. Como el orden natural, que no es cuadrado sino curvo, y cuyos procesos duran siglos o milenios, es como debemos entender nuestra estrategia, basándonos en las experiencias de los pueblos libres que aquí han existido y que todavía subsisten en algunas regiones del mundo.
Hecha esta aclaración retomo el hilo de la reflexión que hace Espertelu y me dirijo a él:
La primera idea que has lanzado acerca de la idealización de la «no violencia» me parece importantísima. Del mismo modo que resulta contraproducente idealizar la violencia. Para abordar de una forma integral un cambio revolucionario, o yendo más allá, la misma esencia humana, debemos de entender la vida en toda su complejidad, no mutilada que es como el Sistema nos la quiere presentar. Un macarra es un «ser nada», del mismo modo que lo es un «hippie» pacifista.
Es evidente que no estamos en 1936, ni siquiera en los años de la primera transición cuando algunos grupos optaron por la lucha armada o por el sindicalismo revolucionario. La correlación de fuerzas ha cambiado con mucho a favor del Estado-Capital y las experiencias guerrilleras han fracasado estrepitosamente. Sin embargo el énfasis que movimientos como el 15M hacen en la «no violencia» nos privan de nuestro legítimo derecho a la autodefensa o incluso de la posibilidad de pasar al ataque. Muchas veces esta llamada a la «no violencia» oculta un asunto mucho más trascendente: la cotidianidad de la violencia del Sistema, en sus dos vertientes, física y psíquica. De manera que al ser la agresión constante, especialmente a través de la violación psíquica de la propaganda, puede llegar uno a acostumbrarse. Así, la violencia sólo es «violencia» cuando se enfrenta al monopolio que de ella tiene el Estado.
Pensando a largo plazo, si algún día consiguiéramos crear comunidades sostenibles y si fuese posible que estas se declararan independientes con todo lo que ello conlleva: negativa a pagar impuestos, a enviar nuestros hijos a las escuelas, a identificarnos, a acudir a sus «servicios sociales»… llegaría el momento en que el Estado intervendría para detener a los insumisos y llevarse a los niños. Sería responsabilidad de esas comunidades elegir entre una resistencia «pacífica» o «violenta» y para ello deberían de estar mental y físicamente capacitados.
Del mismo modo hay experiencias cercanas como los actos de sabotaje llevados a cabo en el marco de las luchas contra el TAV o contra la presa de Itoiz que a mi parecer han sido positivos y bien recibidos por gran parte del tejido social que las apoyaba. También, pero en sentido negativo, por su papel de comparsas en el espectáculo antiglobalización están las acciones del «Black Block» anarquista, que a modo de «show» violento daban cierta credibilidad a las protestas que desembocaron en la creación de ese engendro izquierdista llamado «Foro Social Mundial», punta de lanza de las organizaciones globalistas reguladoras del mercado.
Otro aspecto que mencionas, el descrédito y la difamación también pueden ser moneda de cambio. No tenemos más que recordar lo sucedido a la CNT con el caso Scala, típico caso de infiltración policial y posterior ataque de «bandera falsa». La difamación por parte de la prensa orgánica hizo el resto.
¿Por qué la CNT fue el objetivo de las intrigas del Estado? Primero por su negativa a firmar los «Pactos de la Moncloa», dando conformidad al espectáculo de la llamada «transición» y segundo por su independencia política y sindical (no participar en las elecciones sindicales, no cobrar subvenciones ni tener liberados…).
Yendo más atrás en el tiempo podemos hablar de las rebeliones campesinas del siglo XVI en Europa, impulsadas por anabaptistas como Thomas Müntzer. Si bien este movimiento tenía un claro objetivo revolucionario colectivista, al ser aplastados, los supervivientes, fundaron comunidades que hoy día llamamos Amish o Menonitas, que si bien cuestionan muy acertadamente la tecnología y el Estado, han perdido su sentido político originario y se conforman con la coexistencia pacífica en el marco de la propiedad privada. Además han quedado encorsetadas en una serie de leyes muy estrictas que anulan el espíritu inicial. Los medios (el pacifismo al que no tuvieron más remedio que acudir tras su derrota militar) se convirtieron en un fin.
Otro tanto podemos decir de las tierras del norte hispano de la alta edad media, que a pesar de haber logrado una independencia casi completa de la Corona y estar perfectamente armadas las milicias concejiles, consideraron innecesario atacar a dicha institución, por lo que en cuanto esta se vio fortalecida, acabó con el concejo abierto y los bienes comunales, bases de la vida popular rural.
De todas formas, para mí la situación en la que nos encontramos es más cercana a la que vivieron las cristianos primitivos. No cabe duda de que hubo un sector revolucionario del cristianismo que fue víctima de las sucesivas persecuciones decretadas por el Imperio (el Donatismo fue un claro ejemplo). De forma similar a lo que aquí pasó con el anarquismo se utilizó la represión y la difamación a partes iguales (recordemos el incendio de Roma), pero fue el colaboracionismo el que dio los mejores resultados, el palo y la zanahoria en definitiva. Finalmente con Constantino, se funden el Estado y la Iglesia en una nueva forma de dictadura política que renovaba y fortalecía al decadente Imperio. Perviviría otros mil años en la forma del Papado y el Sacro Imperio por un lado y Bizancio por el otro.
Cabría preguntarse entonces que estrategia oponer a un aparato Estatal aparentemente invencible y que constantemente se renueva aprovechando las ideas de sus oponentes.
La respuesta no es nada fácil, exige permanecer en alerta y no descansar nunca en cuanto a la reflexión y el análisis de las nuevas maniobras políticas. Lo que ayer nos era útil (como lo fue el sindicalismo revolucionario, las distintas luchas anticoloniales e independentistas, incluso el ecologismo o las luchas asamblearias en los barrios) puede que hoy no lo sea, al no darse las condiciones de enfrentamiento necesarias, ya que nunca debemos de olvidar que las luchas parciales no dejan de ser un medio, nunca un fin en si mismas. Es lo que ocurre por ejemplo con movimientos de masas tipo 15M, que utilizando un discurso pseudolibertario y prácticas asamblearias en el fondo no aspiran a ningún cambio real de las estructuras de dominación (excepción hecha de algunas personas bienintencionadas que tuvieron escaso eco en el mismo). Simplemente porque estas son capaces de adoptar nuevas formas aparentemente más democráticas (listas abiertas, consultas a la militancia, asambleas…) y porque el adoctrinamiento a través de las nuevas tecnologías permite incidir en los movimientos sociales y sus demandas orientándolos en la dirección adecuada. Por otro lado la obsesión por el crecimiento cuantitativo conlleva también una degradación de las ideas, que tienden a ser suavizadas para hacerlas agradables a la mayoría de los ciudadanos. De ahí lemas como el famoso «Somos el 99%», o los «No nos representan», «Si se puede», «Lo llaman democracia y no lo es»… perfectamente asumibles por el ciudadano medio y que recuerdan al viejo «Basta Ya» o al movimiento Manos Blancas desarrollado en su momento por los servicios de propaganda del Estado.
Así que tienes toda la razón cuando dices que hay que tener cuidado con la «asambleitis» y las dictaduras de las mayorías. En una sociedad sana, como era la de los paisanos del mundo rural popular, no hacía falta hacer asambleas constantes ni distribuir a todo el mundo en comisiones, ni hacer aspavientos con los brazos y las manos… la convivencia debe surgir como algo natural, igual que las asambleas o el trabajo cotidiano. Y claro está, quien quiere permanecer al margen, respetando a los demás, puede hacerlo, de lo contrario estaríamos instaurando una nueva dictadura de aspecto democrático. También si algún día hay que decir las cosas claramente a los caraduras, que son bastantes, o a quienes no respeten al prójimo, se les dicen sin trabas sectarias ni excusas buenrrollistas que han dado al traste con tantos proyectos. De eso desgraciadamente creo que muchos tenemos malas experiencias.
Y ya que hablabas de artes marciales, una parte más de la RI ha de ser la de recuperar saberes tradicionales como son estas últimas. No cabe duda que las milicias concejiles medievales jugaron un factor fundamental tanto en el desarrollo de las batallas como en la negociación política con la Corona, que por temor a ellas permitió a las villas autogobernarse. Todavía quedan por ejemplo la lucha canaria, el palo canario y la lucha leonesa como ejemplos.
Al igual que la meditación, el yoga, la oración o los paseos al aire libre nos pueden ayudar a tener una buena disposición mental, las artes marciales nos pueden ayudar a estar en buen estado mental y físico. Además, bien entendidas, fomentan el compañerismo y el apoyo mutuo.
Yo he practicado el Kali o Eskrima, que tiene raices hispano-filipinas y Wing Tsun y la verdad que me han ayudado mucho, a nivel de autoestima y también de autocontrol.
Mencionas la «autosegregación» y en mi opinión es otro aspecto clave. Por una parte creo que muchos de nosotros hemos necesitado ese «retiro» personal para no engolfarnos en la vida cotidiana moderna, que no deja de ser bastante triste en lo espiritual y en lo político. Por otra parte a nivel grupal, no en el sentido de crear un guetto o secta, sino por la necesidad de tener modelos reales de la sociedad que queremos en los que podamos experimentar nuestras ideas en vez de hacer castillos en el aire y lanzar utopías imposibles. El tema del movimiento «neorrural» es un ejemplo, si bien por lo que yo conozco está bastante despolitizado, puede que en un futuro, una buena parte del mismo simpatice con las ideas de la RI. También, como ya se empieza a vislumbrar, el Estado y sus satélites de Podemos y el ecologismo institucional harán esfuerzos de captación para llevarlo a su terreno mediante subvenciones y probablemente algunas innovaciones de corte participativo. De momento es un pequeño movimiento, pero conforme se vayan agotando los recursos naturales y empeorando la calidad de vida en las ciudades, no tardará en crecer.
La influencia que puede tener la RI debería de hacerse mediante el aprendizaje vicario, totalmente de acuerdo. Las comunidades simpatizantes que se construyan deberían de ser cuidadosas para que por un afán de crecimiento excesivo, no acaben destruidas por los vicios de los nuevos miembros, haciendo un trabajo extra en cuanto a desarrollo de las virtudes humanas y la convivencia. Para que se propague la RI nada mejor que personas virtuosas que sirvan de referencia a otras. La propaganda, en el sentido de generar lemas o simplificaciones que puedan resultar más atrayentes, es algo que yo no contemplaría. El campeón de la propaganda es el Sistema ya se trate de contar mentiras o medias verdades. Nosotros debemos de ir siempre con la verdad por delante, aunque resulte incómoda y «poco atrayente», eso si, adaptando nuestro lenguaje al interlocutor, que no todo el mundo ha estudiado historia ni es capaz de leer «la democracia y el triunfo del Estado». Eso es un trabajo por hacer, ya que no supone renunciar a nada el utilizar un estilo más sencillo y mejor explicado. A fin de cuentas, lo que puede ofrecer la RI es verdad, autenticidad, frente a la sarta de mentiras y manipulaciones a la que estamos acostumbrados. «Vencer por verdad», como dice acertadamente Félix.
Soy consciente de que de esta manera no veremos un gran crecimiento a corto ni a medio plazo, pero igualmente ese crecimiento será real, no ficticio ni a costa de vender nuestros principios.
La idea del Redependentismo es buena aunque igual se podría decir «verdadero independentismo», hay que evitar renunciar al valor real de las palabras. Es posible que ante la decadencia de los Estados-nación tradicionales, se produzca la independencia o semiindependencia de algunos territorios del Estado Español. ¿Tiene esto algo que ver con la RI? En mi opinión si, ya que nuestra propuesta es la independencia total respecto de los Estados podríamos plantearnos la independencia de los nuevos Estados independientes. El trabajo consistiría principalmente en separar claramente los pueblos o naciones de los Estados y en pensar un modelo alternativo que puede estar basado en el confederalismo libertario tradicional, pero liberado de burocracias y dogmatismos. No hay que confundirlo con el «municipalismo libertario» de Bookchin que básicamente es una táctica de «entrismo» en las instituciones para «destruir el capitalismo desde dentro», tarea tipicamente troskista que ya nos ha demostrado en qué desemboca: una nueva generación de funcionarios izquierdistas y profesionales de la política y la administración como ha demostrado la «entrista» CGT y sus aliados, todos entusiastas de Bookchin y su Ecología Social (por cierto, financiados por el señor Rockefeller y la fundación Tydes, amén de varias Universidades norteamericanas, es decir, su gobierno).
La verdadera independencia debe de ir acompañada de una recuperación de la cultura tradicional de los pueblos, siendo secundarias las manifestaciones «folklóricas» que por supuesto siempre serán utilizadas por los Estados independientes como medio de propaganda. Así mismo se debe de hacer frente al «globalfascismo», la muy presente dictadura de la cultura global que arrasa sin piedad cualquier otra bajo la excusa del internacionalismo progresista. ¿Como luchar contra esta cultura de masas que controla el cine, la prensa, la tv, internet…? Aquí entra en juego lo que decías del «retiro» e incluso el «silencio» que no es más que la dignidad de apagar todo ese ruido y comenzar desde cero. Como diría Durruti: «No nos dan miedo las ruinas».
Lo que no me parece tan bueno es reivindicar un «Derecho humano a vivir sin Estado». La idea de «pedir algo que el sistema no puede satisfacer» me parece peligrosa. Basta con un juego de palabras y los Estados dejarán de ser Estados por decreto, ya se va viendo en la jerga de los nuevos funcionarios de Podemos que la palabra Estado apenas se pronuncia, todo es ciudadanismo y estructuras «horizontales». También esta de moda lo de «Yo soy ciudadano del mundo», expresión que suscribirían con entusiasmo todos los grandes jerifaltes capitalistas, partidarios de un sólo Estado global. Igual que ocurre con el Capitalismo, que suena tan mal que en breve tendremos un nombre más adecuado y aceptable al estilo del «ecosocialismo». De todas formas, el cambio cualitativo sería el dejar de pedir y pasar a hacer.
Las tres fases que apuntas: 1. Autosegregación, 2. Formación de comunidades y 3. Publicación gradual me parece que reflejan muy bien lo que ya está ocurriendo de aquí a unos años.
1- La autosegregación de las personas decentes que ya se están desentendiendo de los «movimientos sociales» tradicionales (ecologismo, obrerismo, feminismo, okupación…) y de la sociedad misma, al comprender que todos ellos, vistos como hasta ahora de manera parcelada, son parte del problema y de la perpetuación del Sistema, que también pretende la especialización y la parcelación.
2- La formación de comunidades que ya se está dando en parte en el movimiento neorrural.
3- La publicación gradual es algo que se empieza a hacer, y la RI es la principal responsable (en gran parte gracias a personas como Felix que ha sabido congregar a gente afín de muy diversas procedencias).
Para mi la clave está en que ese incipiente movimiento neorrural se politice y acabe tomando partido por la RI. Desgraciadamente me parece que una gran parte del mismo sólo lo contempla como una salida personal o bien en el aspecto espiritual, muchas veces incluso sectario. Deberíamos centrar nuestros esfuerzos en ello, por ejemplo acercándonos a las comunidades y tratando personalmente con sus gentes, invitándoles a los encuentros, creando redes de solidaridad…
Sobre la Rojava, me parece que no estamos sino ante una especie de Zapatismo 2.0 que pronto se especializará en el turismo revolucionario. Tiene muchos aspectos en común, sobre todo el tomar como base el «municipalismo libertario» y la «ecología social» de Bookchin. También que los jefazos marxistas (el subcomandante Marcos y ahora Ocalan) abandonan sus antiguas tesis troskistas o estalinistas para pasarse al «anarquismo». Además hay un extraordinario seguimiento mediático, aquí te pongo reportajes de New York Times y de Aljazeera sobre las bondades de la «revolución libertaria»1.
No debemos olvidar los vínculos de la ecología social con el gran capital globalista (Rockefeller, Tydes Foundation…) y con el gobierno norteamericano (que financia a los intelectuales universitarios del Institute of Social Ecology)2.
Otro aspecto desagradable es que sus instituciones «populares» no esconden lo que parece ser un programa estratégico de Naciones Unidas o la Unión Europea. La jefatura suprema la ostenta el Comité Supremo Kurdo, nombrado por el PYD (la sucursal Siria del PKK) y los políticos del Consejo Nacional Kurdo (y ONG’s internacionales que participan en el y en los diversos órganos de gobierno «autonomos»). Sus principios son «igualdad de género», «sostenibilidad ambiental» y «reforma social»… ¿que narices tiene esto de revolucionario? ¿no son las mismas consignas del PSOE, Podemos e IU? La única diferencia es que como carecen de suficientes funcionarios, permiten la «participación», eso si, contando con las instrucciones de las ONG’s (Human Rights Watch, Amnistia Internacional… ligadas al gran capital financiero y a las grandes potencias), en las decisiones locales. ¡Bien!, podemos elegir que día se recoge la basura, e incluso podemos hacerlo nosotros mismos, gran avance. Para terminar, quienes todavía alberguen dudas al respecto pueden consultar la constitución de Rojava, llamada «Carta del contrato social» y ver quienes son sus patrocinadores entre los que destacan varios lores ingleses, parlamentarios europeos y la superestrella de la intelectualidad progre Noam Chomsky agrupados en la «Kurdish Iniciative for a Democratic Syria»3.
Con respecto al «caballo de Troya» mi postura es clara: el Estado no es tonto, si nos hacemos pasar por reformistas, solo nos engañaremos a nosotros mismos y eso si, echaremos a perder todo el trabajo que estamos haciendo para conseguir algo auténtico. Recordemos los enfrentamientos que en su momento tuvieron los anarcosindicalistas frente a los «troyanos» de la CGT que tanto reclamaban participar en los comités de empresa y las elecciones sindicales. El Estado les premió por ello y son la tercera fuerza sindical, con sus subvenciones, sus liberados y sus luchas patéticas. Otra cosa es que consideremos que hay luchas justas en las que debemos tomar parte porque forman parte del proyecto de Revolución Integral. Se puede participar sin necesidad de pedir reformas, por ejemplo en las luchas contra el TAV hubo un sector que reivindicaba un «tren social» mientras que otro sector, simplemente no quería que ningún tren arrasara el entorno, pasando además de las palabras a los hechos. Si hay una huelga general contra el futuro gobierno de Podemos se puede participar sin pedir «mejores salarios» y explicando que el trabajo asalariado es un tipo de esclavitud. Incluso si hay una pequeña protesta en el lugar que trabajamos porque han despedido a un compañero, uno puede tomar parte para demostrar que la explotación existe y, aunque no esté de moda decirlo, hay clases. Se me ocurren mil formas, como este año que estuve de profesor en un instituto y me obligaban a hablar de la «violencia de género»… después de mucho pensar como boikotear el evento, acabé dando unas clases sobre el significado de la propaganda (en mis horas de informática y dije que me hicieran unos trabajos), además de leer un par de poesías románticas, ya que decían que eso era muy «machista». Si hubiese tenido más apoyos quizás me hubiese planteado otras actividades contrapropagandísticas. Otras veces que me dicen que hable del papel positivo de las «Nuevas tecnologías» les he hablado de la historia y de movimientos rebeldes como los Ludditas planteando dudas y cuestiones. Iba a poner un video de Félix sobre la edad media e incluso le propuse dar una charla en el instituto que finalmente no pudimos hacer por mi enfermedad. Todos podemos hacer mucho en el día a día, cada cual según sus posibilidades.
Si que es importante la «marca», en el sentido de ¿que impresión queremos causar en la gente? Por ejemplo se ha hablado de la web, de reducir costes o incluso de pasarla a un blog sencillito. Eso me parece un error grave. Frecuentemente lo primero que la gente ve sobre la RI es la web o los grupos de facebook, luego puede participar en el encuentro o conocer algún grupo o proyecto, pero esa primera impresión es fundamental. Si nos negamos a pagar un alojamiento decente y no tenemos un buen diseño (como es el que hay, que David hizo estupendamente a costa de mucho trabajo y voluntad), estaremos dando una imagen cutre, poco seria, que es lo contrario de lo que buscamos, es decir, gente seria y comprometida. Tenemos las siglas RI que deberíamos dar a conocer, yo creo que cada cual puede poner sus medios para hacerlo.
Se ha hablado también de crear una editorial y bueno, ¿por qué no plantearse hacer un periódico de tirada mensual o anual? En mi opinión sería un buen momento, ¿no crees? Ahora que nos enfrentamos a la censura de nuestras ideas entre los medios «alternativos» esta sería una forma directa de enfrentarla, junto a la de una editorial.
Por último claro que es necesario que se consolide una red de comunidades libres, autogestionadas y políticamente comprometidas, esto permitiría además que quienes inician nuevos proyectos no se sientan solos y que puedan contactar con individualidades y colectivos afines, pero bueno, es algo que debería surgir en los encuentros entre las personas que andan construyéndolas. Yo de momento sólo estoy en disposición de darles todo mi apoyo, pero no de vivir en comunidad, aunque podría planteármelo en un futuro.
En fin majo, es mi humilde opinión, a ver si sirve para avanzar entre todos. Aupa y un abrazo fuerte.
1 Por ejemplo de la «activista» y reportera de Aljazeera Dilar Dirik (que no tiene reparos en trabajar para la monarquía Qatarí, financiadora de los islamistas y activa participante en la invasión Libia): Dilar Dirik en Al Jazeera
New York Times nos hace un idílico cuadro de propaganda a favor de Rojava y Bookchin: New York Times: La utopía kurda de Rojava
2 En este enlace tenemos a sus financieros (parte de abajo), los dos mayores son Rockefeller y «Ben & Jerry’s Foundation» (controlada por Unilever), que a su vez financia a «Tides Foundation» («Mareas», curiosamente), un fondo financiero «progresista» al que acuden los grandes millonarios filántropos para desarrollar sus movimientos ciudadanos ecoizquierdistas: Financiación Institute of Social Ecology
3 https://peaceinkurdistancampaign.com/charter-of-the-social-contract/
Muy buena reflexión. Salud.
Gracias Sergio, lo bueno sería que de esta surgieran otras, cuanta más se enriqueza la estrategia desde distintas perspectivas, más fuerte será. Sólo estamos plantando las semillas…
Amigos, creo que hay que aprender a sintetizar las propuestas, ya que no podemos pasarnos horas leyendo éstas y las respuestas, y al final se hace algo tan complejo y complicado que no dan ganas de seguir leyendo. Si la Vida Humana es algo simple, como lo es la vida animal, solo que la hemos complicado los humanos, al punto que estamos enajenados, es decir, ajenos a nuestra naturaleza y vivimos para cosas externas, cuando de lo que se trata es de satisfacer las necesidades vitales básicas que se necesitan para el desarrollo de los potenciales de TODAS Y CADA UNA de las personas. Y lo que considero que hay que analizar y debatir, es acerca de cuales son los elementos culturales que impiden que esto sea posible, y así, eliminando la causa del mal, lo demás se dará de manera simple y naturalmente, como en el mundo animal. Hay algo que falló en el Ser Humano que produjo esa enajenación que nos hizo perder el contacto con la naturaleza y vivimos de problemas materiales externos a nosotros y nos metemos en complejidades que nos hacen perder el sentido de la existencia.
Hola Raul, pues coincido contigo en que tenemos que lograr una sociedad «simple», ser gentes sencillas y por tanto más cercanas al orden natural y al bien. Desgraciadamente nos hallamos inmersos en unas estructuras extraordinariamente complejas construidas con el único objeto de dominarnos. Si pretendemos una revolución que destruya esas estructuras no nos queda más remedio que estudiarlas en su gran complejidad, y yendo más allá, ser conscientes del grado en que cada uno de nosotros participamos física y mentalmente. Pero bueno, si quieres te puedo resumir las conclusiones principales del texto a ver si se ve más claro:
1. La estrategia no debe de ser estática, sino moldeable y dinámica.
2. No deberia de ser únicamente «racional» sino tener en cuenta el componente sensible/espiritual humano y natural.
3. No debe de aspirar a la totalidad.
4. No debe ser ni pacífica ni violenta, sino integral, holística.
5. No debería ser reformista ni siquiera parecerlo.
6. No debe de hacer propaganda sino buscar el «vencer por verdad».
7. No debe de ser «entrista» sino buscar el enfrentamiento desde fuera del sistema.(Eso si, mientras las personas seguimos «dentro» del sistema, podemos hacer todo lo posible para enfrentarlo).
8. Debe de hacerse comprensible, sin renunciar a ninguno de los principios que se defienden.
9. Debe de plantear un plan alternativo al independentismo estatista basado en la independencia de los pueblos y las comunidades.
10. Las tres fases que Espertellu llamó Autosegregación, Formación de Comunidades y Publicación Gradual ya están en marcha simultáneamente y las tres son igual de necesarias.
11. La formación de una red de comunidades cercanas a la RI (vinculadas al movimiento neorrural) y que se puedan prestar apoyo mutuo sería algo muy importante, pero debe de surgir por iniciativa de estas personas.
Bueno, espero que te sirva, saludos amigo.
Estimada gente, voy a tratar de dar en apretada sintesis mi visión personal de como considero que se debe encarar la gran histórica revolucion para lograr el éxito que tantos anhelamos.
POr lo que he leído hasta acá, veo que la mayoría se van en buenas intenciones y propuestas abstractas, muchas fundamentaciones teóricas e individualistas, pero muy poco en concreto. Y eso creo que es por manejarse solo con buenas intenciones , pero sin recurrir a la ciencia, o sea, al análisis concreto de la realidad.Y que es lo que trataré de presentar.
Debemos partir del hecho de que en el mundo, por causas que no viene al caso ahora señalar, se ha instalado desde sus inicios y hoy globalizado, la visión u orden social capitalista, es decir, el apoderamiento de unos pocos de los bienes terrenales y los medios de producción, dejando a unos pocos que trabajen para ellos por un salario mayor o menor, no importa, y a una inmensa mayoría excluída y sin la mínima satisfacción de sus necesidades básicas. Y por cierto que todas las leyes y las instituciones han sido moldeadas a su gusto e interés para mantener ese orden o sistema social de vida. Y como desde siempre fué así, la inmensa mayoría considera que el mundo es así, que es lo Natural y hay que pelearla individualmente para salvarse. O sea que los únicos seres activos de verdad son los dueños del mundo y los seguidores más íntimos llamados «políticos» que colaboran con ellos para darle forma y fortaleza y que permanezca dicho orden. Y la inmensa mayoría de la población es social y políticamente pasiva, a la cual solo le han dejado el derecho a votar, para ilusionarlos y hacerles creer que ellos gobiernan.
POr eso es uno se desgasta con lindas palabras pero no se consigue cambiar las estructuras biopsicosociales moldeadas y adaptadas para subsistir a dicho orden.
Y vemos que todos los intentos violentos, llamados «subversivos» por querer modificarlo, han fracasado, pues ellos dominan las mejores armas y es dificil vencerlos.
¿Entonces? ¿que hacer para alcanzar el cambio o la revolución humanista anhelada?
Considero que es sacar a la mayoría de la población del adormecimiento y pasividad en que la han dejado. Y para eso yo veo dos actividades fundamentales: 1) exigir a nivel mundial, por cierto en cada país, el imperio de la más amplia Democracia, participativa, para que el Pueblo pueda «controlar» a sus gobernantes, supuestos «representantes», y así de esa manera tomar un papel más dinamico, activo informarse más, tomar conciencia de la SOBERANÍA POPULAR, y la fuerza que da la UNIDAD.2)A la par, estudiar bien las bases filosóficas-político-sociales en las que se asienta el sistema social capitalista, para ir denunciandolo, no acusando personalmente a sus «Hombres» ejecutores,simples consecuencias, sino el sistema u orden social de funcionamiento interior, instrínsecamente perverso y antihumano, para ir rompiendo la ilusión de que es que algo Natural y demostrar que es una creación cultural, y dando y despertando así con ello los deseos y fuerzas a la población para querer cambiarlo, y así de a poco de ellos mismos saldrá el ir planeando los principios, Valores y las formas alternativas que lo reemplacen. Ya que si uno le llama a ese nuevo orden «Socialismo», se asocia con Rusia o Cuba, etc. y es la peor propaganda. CReo que recién allí se le podría llamar un verdadero Humanismo, pero que no será teórico si no bien concreto y práctico.
Espero haber expresado más o menos la idea y bueno con ello aportar la idea para el debate y acercarnos cada vez más a la anhelada revolución o construcción del mundo nuevo, para lo cual deben existir hombres nuevos.