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Aproximación incompleta a un plan estratégico para la Revolución Integral.

1) Impresiones personales del pasado encuentro.

Llegué al encuentro del año pasado en Miraflores de la Sierra con una pesada mochila personal forjada durante una estancia demasiado larga en el ghetto político y también a través de taras personales graves de las cuales tan solo yo soy responsable y que en gran medida aún arrastro. Con todo ello, he de decir que en el espacio de unos pocos días me sentí en la gloria. Percibí un lugar donde realmente la discusión no tiene límites ni trabas y donde la eliminación del estado-capital actúa como armazón básico para el desarrollo de una pluralidad de ideas y prácticas honéstamente abierta y verdaderamente desprejuiciada.

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No ví sexismo ni intenciones neopatriarcales escondidas en los discursos de Prado Esteban (ya no los veía antes, en realidad), como tan enojosamente se sostiene en algunos ambientes del pseudoanarquismo dominante. Al contrario, lo que encontré fue una presencia femenina nutrida y libre, jovial y emponderada en el mejor de los sentidos. Ví mujeres fuertes, alegres e iguales tomando parte en discusiones de profundo calado sin verse cohartadas en absoluto.

Ví también proyectos, personas e ideas con las que estoy de acuerdo en unos casos y en total desacuerdo en otros, pero por primera vez en mucho tiempo no sentí la necesidad de saltar como un resorte de la silla cada vez que escuchaba algo que me chirriaba. Callé mucho más de lo que tuve siempre costumbre de callar, intenté escuchar más que hablar y sí, al final me dejé llevar un poco por la borrachera dialéctica y me solté un poco más, pero siempre viendo a esas personas con las que a veces discrepaba profundamente como seres humanos y no enemigos a batir en una querella dialéctica donde pueden más los egos, el afán de protagonismo o la impaciencia por imponer de inmediato la línea de acción propia a la del resto de individuos o «facciones». Para una persona profundamente egocéntrica como yo, esto es importante pues brinda un buen ambiente donde poder luchar contra uno mismo para corregirse.

Sin embargo no todo van a ser flores, así que a partir de ahora me pronunciaré también sobre los defectos que a mi juicio merecen corrección y mejora a nivel colectivo.

Por una parte hubo un par de momentos que me inquietaron, pues creí ver un poco de lo que tan desesperadamente necesito dejar atrás. En una intervención un chaval jovencito de la zona hizo unos comentarios que pudieron sonar «fascistas» o por lo menos «dudosos» para algunos de los asistentes. A mi juicio resulta primordial el comprender que a un encuentro de estas características pueden acercarse personas cuyas concepciones políticas no estén muy formadas. En estos casos es necesario desarrollar un mínimo sentido diplomático y continuar con la conversación de una manera constructiva, con controversia, pero sin polémica. Muchas veces basta con charlar un poco con el individuo en cuestión para darse cuenta de que sus intenciones distan mucho de ser las que a priori podría sonar que son y el problema se reduce tan solo a una mera dificultad a la hora de encontrar las palabras adecuadas para expresarse. Obviamente si lo que se tiene de verdad son esas intenciones, está claro que el encuentro no es sitio para alguien con dichos puntos de vista, pero para salir de dudas se debería hacer un esfuerzo previo de comprensión y no apresurarse a sacar conclusiones precipitadas.

Algo parecido sucedió con otro chaval que se mostró partidario de recurrir al reformismo estatalista. En mi opinión dicha persona tan solo estaba expresando su punto de vista y de ninguna manera sugiriendo la adopción de dicho procedimiento táctico por parte de la RI. No es justo tratar a una persona así tan solo por su desacuerdo con uno de los principios generales ejerciendo cierta presión de grupo a través de murmullos y descalificaciones. La finalidad de la RI es incompatible por definición con las tácticas estatalistas (usar medios estatales para luchar contra el estado y el capitalismo desde dentro de este), pero dicho principio fundacional no debería hacernos tratar a personas que piensen distinto con condescendencia. Por propia experiencia lo digo: si alguien tiene que irse, que lo haga, pero a ser posible de manera amistosa. Algunas personas necesitan recorrer su propio camino y equivocarse para llegar a sus propias conclusiones. Dejemos siempre una puerta abierta a quien, después de un tiempo, quizás desee regresar.

En general la organización del encuentro debo decir que fue admirable y nada más lejos de mi intención que restar méritos a sus animadores y animadoras. Dicho esto es preciso notar que quizás la duración y el número de gente no permitieran demasiadas florituras lo cual no supondría un problema demasiado grave para un evento de amistad y celebración pero…. ¿qué pasaría si hubiese que convocar reuniones a nivel peninsular no en tanto en cuanto actos convivenciales sino como jornadas de trabajo y deliberación táctica, estratégica y práctica?. Sé que quizás me esté adelantando un poco a los acontecimientos dado el presente nivel en que nos encontramos, pero no estaría mal empezar a pensar en esta y otras muchas cuestiones relacionadas con la faceta «operativa» de este incipiente movimiento.

El desarrollo de las asambleas por otro lado, me pareció correcto si bien dotado de las imperfecciones esperables de todo movimiento horizontal actual, tan lastrados todos ellos por la ausencia de hábito durante un período de tiempo tan dilatado. Interrupciones de palabra, rumores, hablar cuando un compañero o compañera está interviniendo y otras cuestiones tan comunes se dieron, (yo mismo incurrí en ellas en alguna ocasión), si bien debo admitir que en un grado mucho menor del que vengo experimentando en otros ámbitos del espectro por así decir «libertario». Los puntos álgidos y ciertamente inadmisibles de estas actitudes fueron, a mi entender, los dos que ya he mencionado más arriba.

Y finalmente las temáticas. Se echó de menos más discusión sobre táctica y estrategia, carencia a cuya subsanación intentaré contribuir mediante los apartados siguientes de este escrito además de con un proyecto de reflexión y escritura-generación de ideas en el que yo y un amigo filósofo nos encontramos actualmente enfrascados. De este último proceso, si sale bien, hablaré en el encuentro del 2017 si este tuviera lugar o en otros ámbitos adecuados al uso. Advierto desde ya que lo expuesto puede generar controversia pero ni mucho menos busca herir sensibilidades ni generar rupturas.

2) Contribución personal al desarrollo táctico- estratégico de la RI.

2.1) Problemática general

Considero que lo más necesario es encontrar respuestas en lo referente a la metodología, es decir, al como hacer las cosas, yendo desde lo más individual a lo colectivo y siempre sobre la base de los principios éticos inherentes a la lucha antiestatal y anticapitalista por una sociedad autogestionaria sin jerarquías ni explotación. Resulta muy fácil enunciar lo que debe hacerse, pero la mayor dificultad estriba en delinear los pasos, técnicas, procedimientos, ideas, intuiciones, equipamientos materiales y cognitivos, disposición de ánimo, etc… necesarios para aplicar con éxito las ideas sin menoscabo de la coherencia. Soy consciente de que cada persona es diferente y capaz de desarrollarse por sí misma y ni se me ocurre abogar por la imposición de una uniformidad de las conductas ni nada por el estilo. Lo único que digo es que no vendría mal el compartir las distintas metodologías y trucos que cada persona utiliza en el aspecto individual (el énfasis en el yoga expuesto por los y las compañeras el año pasado estuvo muy bien, pero se necesita mucho más que eso) y desarrollar modos de acción comunes efectivos a un nivel más colectivo.

Por otra parte, como alguien dijo, el medio es el fin. Los medios deben de algún modo prefigurar el tipo de sociedad hacia la que pretendemos avanzar. Aquí surge la primera duda puesto que a fin de cuentas toda revolución tiene una faceta de enfrentamiento y nos guste o no, estamos en una guerra social donde además no resulta para nada descartable la posibilidad de que el futuro de la realidad geopolítica actual nos depare un conflicto bélico a gran escala…. Así pues, las relaciones entre compañeros y compañeras deben ser cordiales y basadas en la coherencia de nuestros principios morales, pero….
¿las tácticas a emplear con el enemigo han de ser igualmente consideradas?. Obviamente jamás podríamos desde nuestra posición justificar una matanza masiva o cualquier atrocidad por mucho que se utilizasen los más excelsos ideales como cohartada, pero cuando se tiene en frente una fuerza formidable dispuesta a aplastar todo intento de contradecirla y vivir de manera diferente va a ser siempre inevitable el que debamos ofrecer hacia ella un trato distinto, algo más en plan «cabronazo» si se quiere, del que tenemos hacia los compañeros y compañeras. Aún así existen, también a este nivel, maneras y maneras de hacer las cosas. Se puede hacer la guerra con un mínimo de honor y principios, sobre todo en este mundo mediático en el cual algunas batallas se ganan también por medio de las pantallas y la opinión de la masa (al menos parcialmente).

También es cierto que al menos durante un tiempo, todo movimiento práctico debería ir siempre precedido de una reflexión previa en profundidad. La desventaja de toda corriente pequeña y en principio débil como la nuestra, dejando a un lado la incapacidad de resistir la represión puramente física del estado-capital, estriba también en lo fácil que resulta caer en el descrédito. Tan pronto crezcamos un poco más de la cuenta todo lo que hagamos será escrutado con lupa y vilipendiado por el poder, lo cual dificultará el que las ideas se extiendan y sean aplicadas y difundidas por más gente. Es por eso que no podemos permitirnos licencias ni excesivos errores a la hora de actuar. Por otra parte, la actual coyuntura nos brinda una ventaja fundamental; tiempo. Las vicisitudes actuales del sistema político en Iberia se verán dominadas por la politiquería barata y los espectáculos parlamentarios generados en torno al surgimiento de los nuevos partidos renovadores (Podemos, Ciudadanos, etc….) durante un periodo que se intuye bastante prolongado.

Esto nos proporciona un marco temporal considerable en el que trabajar por el desarrollo de unos principios táctico-estratégicos bien elaborados a la par que nos mejoramos como sujetos y nos volvemos personas aptas para la tarea revolucionaria. En resumidas cuentas, de momento (y solo de momento….), no necesitamos correr, lo cual tampoco implica que nos debamos dormir en los laureles.

Por último una breve referencia a las tácticas. Estas últimas no deben ser aplicadas de manera irreflexiva y a la ligera sino en función de las posibilidades de cada momento y manteniendo siempre la coherencia con nuestros valores de base. Dicho esto, se hace necesario deshacerse de viejos paradigmas ideológicos referentes a este aspecto que ya han demostrado sobradamente su ineficiencia. Digámoslo ya alto y claro; No se puede ser no-violento de la misma forma que tampoco se debe glorificar la violencia como el culmen de la acción radical. En palabras más zafias pero más claras: masturbarse con pistolitas, bombitas y disturbios callejeros es tan contraproducente como el pacifismo ciego y a ultranza. Si se quiere de verdad hacer una revolución hay que aceptar el principio de la diversidad de tácticas, lo cual incluye la violencia, tanto defensiva como de ataque puesto que la actitud ofensiva o de defensa no la marca este o aquel procedimiento práctico, sino la iniciativa o lo que es lo mismo, la diferencia entre la actitud del ataque activo (iniciativa) y la recepción activa o pasiva de ese ataque (defensa). Bajo dicho esquema se puede atacar y defender de múltiples maneras, violentas o no. La violencia es una mera táctica que a priori no define las posiciones sobre el terreno.

A todo ello debemos añadir los ya mencionados escenarios geopolíticos actuales y futuros, para nada halagüeños, así como la posibilidad cada vez menos descartable de un incremento de la violencia represiva del estado y de escenarios bélicos próximos, sean estos a gran escala o localizados. Ante dicha eventualidad no basta afirmar lo obvio, es decir, el hecho de que tendremos que defendernos, sino que además se hace necesario el desarrollo en profundidad de tácticas innovadoras de lucha basadas en la filosofía de la guerrilla (la eficacia de una fuerza menor frente a un enemigo más poderoso). El gran handicap aquí es que las guerrillas del pasado han sido superadas por el desarrollo de la contrainsurgencia y la tecnología militar, volviendo los esquemas guevaristas, marighelistas, maoistas, vietnamitas o anarquistas del 36 entre otros muchos si no totalmente inaplicables al menos mucho menos efectivos que antaño. Así pués hay un trabajo enorme de preparación, estudio y entrenamiento del cuerpo y la mente a desarrollar en este aspecto cuya negligencia resultaría a todas luces suicida.

Que no se escandalice nadie una vez dicho esto por favor. No estoy abogando por formar un grupo armado ni nada por el estilo y soy consciente de que muchas personas sois partidarias de la no-violencia. Con estas palabras tan solo pretendo dar mi opinión acerca de un tema que muchas veces se hace más escabroso de lo que realmente es pero para nada niego la utilidad y la pertinencia de las tácticas no violentas en contextos apropiados, que son muchísimos, dicho sea de paso. Esta es mi postura, nada más.

Y ya para dar por concluido este apartado, una idea que quizas suene a «flipadura» pero que no lo es tanto: ¿Y si al igual que hacian los campesinos y campesinas orientales para defender sus poblados y sus vidas de los ataques de bandidos, recaudadores de impuestos o matones al servicio de los poderosos desarrollásemos nosotros y nosotras mismas nuestro propio arte marcial secreto?. Es solo una idea…

2.2) Preparación individual del sujeto

Como ya he comentado en el epígrafe anterior, cada persona es un mundo, todos y todas poseemos temperamentos y tendencias de carácter únicas y diferentes y por lo tanto no tiene sentido el establecer una línea absoluta y homogénea de trabajarse por dentro válida para todo el mundo. Hay gente a quien le viene mejor practicar Yoga, a otra Tai Chi y a otra una buena sesión de Jiu Jitsu, MMA o Kick Boxing. Asimismo una persona «peleona» e inquieta puede beneficiarse mucho de disciplinas que primen en su práctica lo contrario al temperamento de dicho tipo de practicante y al revés, una persona apocada y retraída con problemas de autoestima puede emponderarse mucho a través de una actividad más agresiva en la que se fuerce a sí misma a aguantar golpes y a devolverlos aun a riesgo de volver a casa con un par de moratones. Personalmente creo que deberíamos intercambiar las ideas, prácticas y trucos que cada uno o una emplea para trabajarse por dentro física y mentalmente de tal forma que se genere un abanico amplio de posibilidades donde cada cual pueda escoger lo que más vaya con su persona y estilo de aprendizaje.

Por otra parte, la autoconstrucción desde un punto de vista espiritual y autocrítico con la finalidad de hacerse persona mejor y más apta para el esfuerzo revolucionario es una cuestión que va más allá de disciplinas de meditación, artes marciales o cualquier otra actividad concreta. Estas últimas constituyen a lo sumo herramientas muy válidas, pero el meollo de la cuestión se halla en otra parte. No basta con escoger una actividad a través de la cual se supone que uno o una canaliza ciertos potenciales sino que también deben desarrollarse hábitos de reflexión y meditación pura y dura. Sentarse, estar tranquilo, meditar, pensar el mundo…. mantener una actitud de vigilancia con uno mismo ante los errores que comete en el día a día sin llegar a extremos de pura autocrueldad masoquista neurótica como sucede en ciertos movimientos y entornos….

Hay mucho por definir en esta búsqueda y una de las cuestiones de las que más se habla resulta ser, paradójicamente, aquella cuya forma o expresión en la práctica se tiene menos clara. ¿Que es pues un ser humano integral?. ¿Qué características lo definen?.
¿Existe una sola «versión» de ese ser humano mejor y revolucionario o existen tantas como individuos?. ¿Cuales serían los mínimos comportamentales que de alguna manera conectarían mi ser integral con el ser integral de otras personas?. ¿En qué aspectos comunes a todos y todas nos reconoceríamos unos a otros como tales?. No sé hasta que punto sería deseable definir unos mínimos o si lo suyo sería fiarlo todo a un relativismo absoluto. Los peligros del exceso de estructuras suelen ser tan nocivos como los de la total ausencia de las mismas. El término medio Aristotélico quizás sea necesario aquí, pero incluso hallar dicho punto de equilibrio es complejo.

Personalmente mi ideal es el del PAISANU Y LA PAISANA, en la acepción del término que tenemos «na llingua asturiana». Persona definida por el aprecio y la gratitud con que es percibido o percibida por su prójimo. De esa persona que se entrega, que ayuda, que cuando le piden estar está ahí, que si se compromete cumple…. suele decirse que «ye un buen paisanu» o «una buena paisana». Una figura quasi arquetípica y relativamente reciente, que en el rural preindustrial, con todos sus defectos y virtudes, estaba mucho más extendida como tal y cuya aplicación práctica al propio ser posiblemente no requiriese de artificios conductuales ni de esfuerzo alguno al formar parte de cierta «segunda naturaleza».

Abro un pequeño inciso aquí para advertir también contra los peligros de volver a caer en uno de los errores más nefastos del izquierdismo y el anarquismo de los últimos dos siglos…. la fe en el buen salvaje de naturaleza angelical y en una supuesta edad dorada donde todo el mundo «era mu güeno» mucho cuidado con esto…. De todos modos, una vez hecho el apunte y dejando las idealizaciones excesivas a parte, se hace preciso reconocer que la pérdida de convivencialidad y sentido de lo colectivo que nos separa de nuestros ancestros está siendo experimentada como una carga y hasta cierto punto una discapacidad, una especie de minusvalía colectiva. Es triste pero cierto, la casi ausencia de referentes vivos nos condena a una artificialidad indeseada mas posiblemente inevitable.

Para resumir lo anterior en pocas palabras, tenemos un abanico de procedimientos y prácticas a través de los cuales los y las más entusiastas de entre sus practicantes nos ofrecen una vía para llegar a construirnos como sujetos de calidad, pero nos falta una idea clara de qué es realmente eso a lo que aspiramos y ni siquiera sabemos hasta qué punto necesitamos o deseamos definir unas pautas comunes acerca de ello.

Otro foco de problemas lo podemos encontrar en la praxis asamblearia. La casi total ausencia de un tejido social en el que estas facetas personales y prácticas colectivas se inserten como parte de un todo lleva a que hoy en día la asamblea (o los horripilantes despropósitos que pasan por tales las más de las veces) haya sido mitificada como la culminación de no se sabe muy bien qué procesos de transformación social. La práctica de una asamblea sana, formada por «paisanos y paisanes» de calidad necesita de cierto «lebensraum» (espacio vital) sin el cual se convierten en meras cuentas de un collar deshilvanado. Los diferentes factores que forman una comunidad de lucha integral (personas de calidad en proceso constante de autoconstrucción y asambleas-acciones efectivas), no pueden surgir por separado pues son (o al menos lo fueron), parte indisoluble de un todo. En realidad, las problemáticas que se presentan en asamblea deberían ser discutidas en el día a día constantemente de tal forma que cuando el momento de la reunión llegase, estas se hallasen elaboradas y procesadas en gran medida por el cuerpo social a través de procesos espontáneos y cotidianos de diálogo.

Esto es algo de lo que he sido testigo en Grecia por ejemplo, donde no existe tanta separación artificial entre el antes y el después de la asamblea. La savia vital de una convivencia sana ya elabora ella misma, por su propia dinámica los problemas y las potenciales soluciones que posteriormente son razonadas y moldeadas del modo más conveniente y sabio a traves del acto asambleario. Soy de los que piensa que no es la profusión de asambleas sino todo lo contrario, la escasez de las mismas, lo que denota la eficiencia, la buena salud y las posibilidades de éxito de un movimiento. En resumidas cuentas, se necesitan 2 ingredientes; sujetos de calidad y un espacio político-vital propio que permita la generalización del vivir cotidiano de los temas que nos incumben, sacando la reflexión a la calle, a los espacios y tiempos de la vida diaria, fuera lo más posible de las asambleas.

Hay 3 textos de Félix que reconozco como particularmente útiles en la labor de autoconstrucción personal de cada uno y de cada una. Son los siguientes:
• «La noción de sujeto autoconstruido en la cultura occidental».
• «Los 25 puntos del sistema de convicciones para la revolución integral».
• «Movilización, autoorganización popular y ética de la responsabilidad».

Llamo la atención además sobre un aspecto que considero bastante importante para la autoconstrucción de la persona. Evitar lo fácil, salir de nuestra zona de confort y no desarrollar tan solo aquellos aspectos en los que somos más duchos o duchas, sino también aquellos otros «que se nos dan peor», para los cuales no tenemos aptitudes innatas o en los que somos diréctamente «torpes». Toda organización con aspiraciones igualitarias debería, a mi entender, reducir lo más posible la especialización de tareas y funciones en su seno (al menos hasta unos mínimos evitables) tanto en cuestiones teóricas abstractas como en otros ámbitos más procedimentales. Siempre es bueno ser muy hábil en algo, pero resulta incluso mejor aunar esa habilidad con otras en las que quizás se sea mediocre pero cuyos entresijos básicos, al menos, nos sean conocidos.

A efectos prácticos la siguiente lista proporciona algunos procedimientos de utilidad en la labor de construcción del propio sujeto revolucionario:

a) Búsqueda de un espacio diario o cuanto menos frecuente de paz, relajación, meditación o lectura crítica, toma de notas, elaboración si se tiene claro de algún texto etc…. Pensar en los problemas o conflictos en que nos hayamos visto envueltos reciéntemente, los errores de nuestra conducta, analizarlos y hallar maneras de subsanarlos.

Según los últimos estudios en neurociencia, la manera en que aprehendemos el mundo en derredor nuestro está producida por nuestra mente y no por la realidad misma en un alto grado. La verdad es que la razón pura, en tanto ente separado de las emociones y el cuerpo no existe como tal y nuestros juicios sobre el mundo constituyen interpretaciones aproximativas más o menos acertadas y vinculadas siempre a un trasfondo complejo. La verdad exterior a nosotros y nosotras está ahí, con lo cual no estamos hablando en términos de solipsismo (la realidad tomada exclusivamente como aquello que nuestros sentidos perciben) sino más bien de la imperfección intrínseca a nuestra capacidad para comprender con objetividad y de la la falsedad de la separación entre mente y cuerpo.

Precisamente por todo esto resulta fundamental arrancarle a la prisa y el stress laboral cotidianos unos momentos de sosiego y calma que nos faciliten la acción de ponderar la experiencia vivida desde una perspectiva de recogimiento y quietud. Un momento para detener en seco el flujo caótico de los acontecimientos tanto personales como colectivos, ponerlos en orden, delinear procesos de cambio, sacar conclusiones útiles de cara a avanzar en el aprendizaje y volver a la carga con energías renovadas.

b) Práctica de algún trabajo manual creativo como forma de meditación.

c) Desarrollar hábitos «espartanos» y frugales en la vida cotidiana. Aprender conscientemente a vivir con poco. Salir de la zona de confort personal y exponerse a situaciones o actividades en las cuales no somos diestros para completar lo que nos falta confrontando nuestras debilidades.

d) Entrenamiento de artes marciales interiores o exteriores. Exponerse a aquellas que quizás vayan en menor sintonía con nuestro temperamento-base. Tener la prudencia de no caer en «flipaduras» misticistas excesivas.

e) Reunión en grupos de amistad, actividad y trabajo (físico o intelectual) o terapia grupal.

f) Cultivo del aprendizaje autodidacta tanto de aquellas actividades que se nos den bien como de aquellas otras en las cuales no seamos particularmente habilidosas o habilidosos.

g) Participar en movimientos sociales y causas justas si se desea y se ve adecuado pero cambiando el enfoque. Centrándose más en la dádiva personal, en el ofrecerse para ayudar que en la causa defendida en sí misma. Aspirar a convertirse en una persona- referente, apreciada porque se sabe que siempre se puede acudir a ella incluso en los momentos más jodidos.

h) En resumidas cuentas, amar, ser, estar ahí. Bien podrían convertirse estas palabras en consigna.

Y ya sin más, paso a delinear mi particular visión sobre táctica y estrategia colectivas en el siguiente apartado.

Aprovecho además para avanzar una de las ideas centrales que surgirán en este último; la revolución hoy en día pasa por la autosegregación pero eso sí, no de cualquier manera….

3) Aproximación a una táctica colectiva para la RI

3.1) Análisis de la situación actual:

La idea central sobre la que va a girar todo lo que escriba a continuación puede resumirse en el siguiente precepto táctico:

Precepto táctico número 1: No hay que ir a buscar a la gente, sino alejarse de ella. Revolución es autosegregación

Este alejamiento, como se verá más adelante, no constituye una mera acción de autoaislamiento y clausura en la burbuja utópica de una comuna perdida en cualquier monte. El plan es mucho más complejo que todo esto, pero empecemos por el principio.

La calidad del ser humano actual en nuestra sociedad ha tocado fondo. Nunca ha existido mayor grado de servilismo y estupidez no ya impuesto sobre personas e individuos «moldeados» desde fuera por los aparatos «culturales» del adoctrinamiento mediático, sino también (y esto es lo mas terrorífico de todo) deseado, querido, buscado, por los propios sujetos-objeto de dicha ingeniería social. La gente no quiere preocupaciones ni aunque el mundo se caiga literalmente a pedazos. Prefieren seguir autoengañándose y aunque protesten, les cuesta salir de la mentalidad meramente crematística o izquierdista- buenista-tontorrona y buscar soluciones complejas a problemáticas no menos complicadas. Una de las frases que más se oyen por ahí es el latiguillo «no te rayes»…. bastante sintomático a mi modo de ver, de lo aquí expuesto.

Así pues de un tiempo a esta parte todo el mundo dice sentirse indignado e indignada pero no cabreada o cabreado, que sería lo más propio. Se busca manterner una fe ilusa en soluciones prefabricadas fáciles, sin demasiado ruido de batalla…. y se muestra auténtica alergia al esfuerzo inherente demandado por cualquier proyecto siquiera ligeramente basado en la autogestión y la responsabilidad personal, es decir, cualquier iniciativa que gire en torno a la libertad. Esta baja calidad del sujeto medio, contradicha tan solo por la actividad de una ínfima minoría de personas, convierte en un fracaso garantizado cualquier intento de lucha organizada en la que participe la «persona común de la calle» de hoy en día. Si bien no existe semejante entidad idealizada al haber sido todos y todas convertidos en cómplices de un modo u otro, sí es preciso hacer notar que algunas personas lo somos más o menos que otras. Por desgracia la tónica dominante es la de una población en su mayor parte indolente, donde no abunda una preocupación genuina acerca de la propia responsabilidad en el mantenimiento de una sociedad a todas luces injusta. La culpa de lo que sucede será siempre de alguien más, del chivo expiatorio de turno más o menos real, pero jamás de uno o una misma por consentir, por haber «pasado de política» durante casi tres decenios y haber acabado de la noche a la mañana arrastrando pancartas sin saber muy bien por qué y sobre todo para quién.

El sistema y su aparato intelectual por otra parte no dan palos de ciego. Décadas de desarrollo de la genética conductual, la psicología-psiquiatría y las neurociencias no han servido tan solo para llenar grandes tratados y organizar pomposas conferencias y simposios, sino para penetrar en lo más profundo de la psique humana (incluyendo lo más instintivo y animal de nuestra filogénesis) y perfeccionar las técnicas de dominación hasta extremos que rebajarían a Joseph Goebbles a un nivel de parvulario. Los peores y más malévolos aspectos de nuestra animalidad han sido normalizados en el universo de la cultura actual a través sobre todo de la supuéstamente liberadora dictadura de la desestructuración traída por el postmodernismo y su maldito pensamiento débil. Las flores hippies ya contenían el germen hábilmente camuflado de lo que hoy padecemos. En realidad ha sido una jugada maestra y hay que reconocerlo. Al enemigo hay que respetarlo. La guerra tiene sus propias reglas y una de ellas, quizás la más importante, es la de no frivolizar jamás sobre las capacidades de quien tenemos en frente.

Así pues, de todo lo anterior extraigo el precepto táctico ya mencionado más arriba, el cual soy consciente de que va a chirriar a más de uno. Suena mal pero la realidad es muy tozuda; si de verdad deseamos echar a andar una perspectiva y una práctica con potencial libertario, hoy por hoy debemos evitar luchar con la gente y seguir luchando a pesar de ella. Intentar contar con individuos como el actual en un debate público con visos de futura organización revolucionaria equivale, bajo las presentes circunstancias, a rebajar el nivel de argumentación y las posteriores acciones que se deriven de este último a niveles ínfimos. Una discusión pública horizontal y productiva, con potencial de originar una práctica verdaderamente revolucionaria solo puede tener lugar al menos momentáneamente, dentro de ciertos círculos cerrados formados por minorías. Hoy en día abrir un movimiento al gran público de buenas a primeras, por mucho que sus preceptos sean altamente precisos y meticulosamente elaborados significa abrir las puertas de par en par a un fracaso garantizado. No digo que tarde o temprano no se deba abrir el movimiento a la gran masa de la población ojo, sino que dicha apertura debe hacerse de manera gradual y siguiendo procesos de filtrado. La triste realidad es esta, estamos solos. Y lo seguiremos estando durante una larga temporada.

¿Donde nos sitúa todo esto?…. sin duda en un terreno muy resbaladizo. Obviamente, dados los principios básicos que animan el proyecto de Revolución Integral debemos evitar toda tentación de vanguardismo grupuscular Leninista, pero por otra parte lo dicho anteriormente no parece dejar demasiadas opciones.

La solución, a mi juicio se encontraría en lo que voy a decir a continuación y que podría considerarse el segundo precepto táctico-estratégico, a saber: Un proyecto constructivo llevado a cabo por una minoría consciente en principio para sí misma, pero a su vez capaz de atraer la atención y el deseo de emulación y aprendizaje vicario por parte de aquellas personas que vayan despertando y buscando soluciones autónomas a sus necesidades tanto materiales como espirituales. El salto a la esfera pública debería ser, y apuntaremos aquí ya un tercer principio táctico, GRADUAL, manteniendo siempre un control férreo sobre la propia obra. Un movimiento revolucionario autogestionado, libertario, no jerárquico, no patriarcal y con deseos sinceros de derribar al estado-capital debe ser dueño de su propio trabajo y decidir sobre su propio destino. Debe acabar con la tendencia a influir en todo tipo de iniciativas exteriores sin construirse a sí mismo como tal en nada. En lo tocante a la admisión de nuevos miembros tanto individuales, como de comunidades, colectivos o grupos que deseen presentarse como manifestaciones del proyecto liberador de la Revolución Integral la decisión debe depender siempre de quienes ya forman parte del proyecto y hallarse supeditada a un proceso exigente de filtro y selección.

El movimiento social revolucionario a la antigua, basado en la agitación, la propaganda, la formación de grupos, el crecimiento numérico sin más, la demostración de fuerza en forma de manifestaciones e infraestructuras, y la posterior toma del poder ha muerto. Hoy en día hay que empezar por lo que aquellos movimientos solían dejar para lo último de todo. La construcción de comunidades y estructuras propias de manera secreta y paciente orientadas a la resolución práctica de los problemas de la vida y a una autosuficiencia máxima y real.

Y ya sin más delación paso en el siguiente apartado a elaborar y desarrollar más ampliamente los conceptos ligeramente anticipados en el presente epígrafe.

3.2) Conceptos básicos

Tenemos ya varias ideas:

• Precepto táctico número 1: No buscar a la gente. Luchar a pesar de ella. Revolución como autosegregación.

• Precepto táctico número 2: Formación de comunidades que fomenten el aprendizaje vicario.

• Precepto táctico número 3: Publicitación gradual de la existencia del movimiento y selección exigente de futuros miembros a título tanto individual como colectivo.

A partir de aquí pasaré e enumerar varios conceptos e ideas-fuerza sobre las cuales se puede fijar un discurso con solera propia:

A) Lucha por etapas:

Plantear distintos tipos de tácticas que se vayan desarrollando de acuerdo a los cambios de escenario político. El primer paso sería la constitución en secreto de comunidades autónomas que vayan madurando y avanzando en calidad en el tiempo. Fijarse objetivos realistas a cumplir en el corto, medio y largo plazo.

B) Independencia versus redependencia:

La formación de comunidades podría presentarse como una forma de independencia territorial verdadera frente a aquellos otros independentismos de corte estatalista y partidista, para los cuales pasaríamos a generalizar lo más posible el término REDEPENDENTISMO. En cada comunidad el idioma y la cultura serían las de la realidad local más una lengua franca internacional (Esperanto) y otra a nivel peninsular Ibérico (castellano-portugués), pudiendo hacerse extensivo el uso del inglés por cuestiones diplomáticas.

C) Derecho humano a vivir sin estado-capital:

Otra idea-fuerza y a la vez trampa dialéctica hacia el estado y el capitalismo sería el volver en su contra su propia verborrea liberal. De este modo, la existencia aún de una porción considerable de seres humanos que viven sin aparato estatal y con economías más o menos ajenas al sistema capitalista (250 millones según un pasaje del libro de Félix «La democracia y el triunfo del estado») serviría como excusa para lanzar una lucha que podríamos definir como caballo de Troya reformista… Un movimiento en principio respetable, cívico y pacífico que reivindique la inclusión de dicha cláusula en la Carta Internacional de los DDHH.

Esta ultima reivindicación representaría una manera también de conectarse y «echar un cable» internacionalista a movimientos y luchas que estan teniendo lugar a dia de hoy en otros lugares del mundo, tales como la revolución de la Rojava.

D) Caballo de Troya en el reformismo o táctica del reformismo fingido:

Se trata de una táctica que consiste en poner contra las cuerdas al sistema en su propio terreno utilizando su propio discurso y conceptos. Proponer reivindicaciones que podrían considerarse como «posibilistas extremas», en los márgenes de lo que pueda ser concedido por el sistema o diréctamente inasumibles por el mismo pero formuladas de una forma tal que puedan a llegar a conquistar las simpatías del gran público. Fingir sobreidentificación con los mecanismos e ideologías sistémicas (aún deseando su destrucción) para generar confusión en el enemigo.

E) Necesidad de cierta publicidad e imagen de marca:

En el mundo en que vivimos se hace indispensable (por mucho que nos disguste) la presentación de los proyectos políticos de una manera visual y llamativa, que atraiga a gente. Resumiendo: necesitamos cierto marketing político, un logo, un nombre pegadizo o sigla. Mal que nos pese el tipo de sujeto al que nos vamos a dirigir no atiende más que cuando se estimulan sus sentidos lo suficiente (lo cual suele ser mucho). En nuestro caso el recurso a llamar la atención de una manera visual no sería empleado para abotargar aún más los cerebros sino tan solo para establecer un contacto mínimo que iría seguido de una conversación respetuosa y profunda. Estaríamos usando cierto «sensacionalismo» publicitario para captar la atención y nada más que para eso. No obstante esto no debería preocuparnos hasta que no lleguemos a estadios más avanzados de la lucha.

F) Lucha interna y apoyo exterior:

La gente que viva en las comunidades sería la encargada de la lucha interna y el mantenimiento de las mismas. La que por razones personales o de otra índole no pudiera participar en el interior organizaría grupos de apoyo externos, generaría campañas informativas u otras actividades. Ante la eventualidad de sufrir algún ataque, los enlaces externos pondrían en marcha acciones de autodefensa en diversos grados de intensidad dentro del espectro no violencia-violencia (desde el boicot pacífico al sabotaje o la lucha armada si llegase a hacerse necesaria).

G) Universalidad:

Se trata de crear un formato exportable de procedimiento revolucionario, regido por unos principios ético-políticos básicos que habría que precisar (autogestión y toma de decisiones en común, ausencia de jerarquías y discriminaciones por razón de raza, género, orientación sexual…, laicidad respetando las creencias religiosas de cada cual, anticapitalismo, organización comunitaria de la producción económica, igualdad, libertad y autonomía individuales efectivas y no solo «ante la ley» etc…) y susceptible de aplicación en cualquier lugar del mundo bajo la propia lengua y costrumbres culturales locales compatibles con dichos principios.

Se busca establecer un nexo de unión y comunión salvando las distancias de cara a la generalización de una revolución mundial que ponga en contacto, en tiempo presente, realidades de lucha tan lejanas en el espacio y tan dispares como podrían ser por ejemplo la del pueblo kurdo en La Rojava, el antidesarrollismo de la península Ibérica e Italia, los conflictos en Grecia o la lucha del pueblo Mapuche en las provincias del sur del estado Chileno.

La experiencia histórica enseña que hasta ahora las rebeliones o intentonas revolucionarias se suceden como una especie de efecto dominó. Estallan fuertes en uno o varios lugares del mundo y luego van pasando a otros cuando ya se han extinguido en los anteriores. Obviamente esta tendencia vuelve extremadamente difícil, cuando no imposible, todo tipo de revolución internacional.

3.3) Procedimientos

El año pasado expuse una idea que llevaba tiempo dándome vueltas en la cabeza y sobre la que aún no había pensado demasiado. Se trataba de reivindicarle al sistema la independencia politica y territorial de zonas donde quien así lo desee pueda vivir sin estado y sin capitalismo, libremente y sin que los organismos del poder establecido puedan intervenir para nada. Zonas de autoexclusión y objeción de conciencia en definitiva.

Obviamente este objetivo (estratégico a largo plazo), no puede llevarse a cabo de buenas a primeras y sin pensar a fondo los pasos a tomar antes de emprender ninguna acción.
Aún así me parece la conclusión mas lógica derivada de cualquier análisis medianamente certero de la realidad actual.

Nuestro movimiento se encuentra lastrado además por un gran handicap, el cual constituye problema y virtud a la vez. Y es que se basa entre otros principios fundamentales, en la apología de la libertad de conciencia con un efecto añadido que al parecer aún no ha sido tenido en cuenta lo suficiente; el de autoprohibirnos el recurso a la propaganda política y la publicidad sensacionalista, parte vital de todos los movimientos revolucionarios del pasado. Ahí están la cartelería política y el cine obrero del 36 entre un sinfín de ejemplos más para demostrarlo….

Una renuncia expresa a la utilización de métodos propagandísticos podría entrar por tanto en flagrante contradicción con una de las ideas-fuerza mencionadas el apartado anterior; en concreto aquella que hace referencia a la necesidad de «cierta publicidad e imagen de marca»….(crear un logo y recurrir a cierto «marketing» político para «vender» nuestro movimiento)…. Personalmente sigo pensando que esto último resulta necesario en el mundo en que vivimos y puede hacerse o no. Aún así lo que está claro es que necesitamos decidir acerca de si renunciamos a toda propaganda, si la aplicamos del mismo modo en que lo haría cualquier movimiento político partidista o sindical convencional, o si podemos hacer un uso mínimo indispensable de algunas técnicas audiovisuales para atraer la atención del público de cara a animarle a reflexionar por sí mismo en vez de «lavarles el cerebro» plantando subrepticiamente en él nuestros principios. Personalmente apoyo la tercera de las opciones, pero esto es sólo mi opinión.

Con todo, la autoprohibición de recurrir en mayor o menor grado a métodos de difusión que suplanten los procesos cognitivos de reflexión y autoconstrucción del sujeto con una actitud de recepción pasiva de la información en quien la recibe, no debería ser vivida y experimentada como una carencia sino como una ventaja genuina que nos obliga a pensar y desarrollar de verdad nuevas formas de intervención en la política y los foros públicos. Sinceramente creo que una de las opciones mas claras que se nos ofrecen tras haber renunciado a constituirnos en un movimiento a la antigua usanza es el de promover los ideales a traves de los actos y fomentar un aprendizaje vicario por parte del resto de la población.

Los pasos a seguir para la puesta en práctica de dicha alternativa los voy a ir desarrollando en los siguientes puntos junto con los mayores problemas que en mi experiencia suelen surgir en tal empresa. Me gustaría profundizar más sobre ellos en posteriores textos o conversaciones, pero por lo pronto debo darme cierta prisa en terminar este escrito así que pido disculpas de antemano por el esquematismo excesivo del apartado siguiente. Escribo ahora mismo a fecha del 29 de Abril de 2016, cuando el II Encuentro ya ha dado comienzo y tengo la intención de concluir lo antes posible para poder haceros llegar estas reflexiones antes del final del evento. Vicisitudes de la vida me han llevado, una vez más, a terminar de escribir a prisa y corriendo algo para lo cual me habia prometido a mí mismo tomarme mi tiempo….. De nuevo, ruego disculpas por la negligencia.

Hechas ya las aclaraciones pertinentes vamos al ajo:

• Existe en estos mismos momentos cierta base práctica para la creación de una red ibérica de comunidades e individuos liberados, pero el equilibrio es frágil. Dichas comunidades o proyectos unipersonales (que también existen) se encuentran atenazadas en muchos casos básicamente por los siguientes problemas:

◦ Incertidumbre sobre la posibilidad de continuar con el proyecto (okupaciones rurales, conflictos con propietarios etc…).

◦ Conflictos interpersonales.

◦ Aislamiento y falta de comunicación, coordinación o información sobre proyectos en otras partes de la región o de la península.

◦ Presión debida a la necesidad de supervivencia. Control férreo y chantaje constante de las leyes estatales sobre producción y comercialización de productos agrícolas y artesanos, uso fuentes de energía alternativas etc….. Todo lo cual vuelve la pervivencia de estos grupos o proyectos individuales muy difícil y en ocasiones obliga a entrar de un modo u otro en los mecanismos del poder, sea legalizándose, convirtiéndose en empresa para poder pasar controles de «higiene» de los productos que contribuyen a la obtención de medios de vida, etc….

◦ Incapacidad de renunciar al uso del dinero y otras lacras del sistema debido en parte a la ausencia de una red de intercambio más eficiente. Existen estructuras a nivel local pero no parece que basten aún para lograr un mínimo de independencia material y política.

• No pocas de estas comunidades acaban fracasando por lo anteriormente descrito y sus anteriores miembros volviendo a sus casas con un queme importante. Unas veces esto sucede por cuestiones de índole personal a las cuales en ocasiones se añaden decisiones desafortunadas que en un principio parecían de lo más radical. Un ejemplo aquí sería el autoimponerse un regimen afectivo de poliamor para toda la comunidad arguyendo que de este modo se lucha contra el patriarcado inherente (según algunas teorías) a la relación de pareja. Los efectos nefastos y disgregadores que esta aproximación imprudente ha provocado podrían considerarse algo históricamente probado a tenor del elevado numero de comunas hippies y de otro tipo que sucumbieron debido en gran parte a esta y otras cuestiones.

Es importante tener en cuenta que una comunidad autosuficiente necesita tambien mantenerse así. Cortar lazos con el sistema en la situación presente en que nos encontramos puede resultar a todas luces imposible, pero de lo que se trata es de hallar la manera de hacerlo, para lo cual podríamos ir anticipando las siguientes ideas:

◦ Objetivos realistas a corto, medio y largo plazo. No autoexigirse nada con lo que no se esté seguro o segura de poder lidiar.

◦ Insistir mucho en el trabajo personal de autocritica y automejoramiento tanto a nivel individual como colectivo a traves de la meditación en soledad, dinámicas de grupo etc…

◦ Mantener un justo equilibrio entre comunidad e individuo. No caer en la formación de una especie de dictadura de lo comunitario donde todo tenemos que hacerlo «juntitos». Hay personas que por naturaleza tienden a querer vivir solas y eso debe ser respetado, siempre y cuando se cumplan los compromisos de trabajo y la situación no derive en un «autismo» enfermizo.

◦ Pensar y actuar «más allá de la burbuja». Lo que se busca ante todo es formar un movimiento y una revolución capaces de cambiar el mundo. Podemos hacer cosas maravillosas en nuestra propia comuna, podemos convivir como los angeles, cultivar los mas bellos y sabrosos productos…. pero todo eso carecerá de significación política alguna si no llega jamás a trascender a la arena pública. Hablando en plata, si no nos convertimos en una amenaza a tener en cuenta, nuestras maravillosas huertas o redes de intercambio no le importarán jamás a nadie más allá de los círculos cerrados de «iniciados».

◦ Un defecto casi endémico de toda organización horizontal que debería subsanarse cuanto antes es el de la falta de coordinación territorial entre grupos e individuos. Hay que hacer lo posible por articular un poco más el grado de comunicación entre distintos proyectos y personas a la par que se empiezan a construir en secreto comunidades fuertes y bien equipadas sobre la base de las ya existentes. Todo esto iría acompañado de la necesaria labor de automejoramiento individual. Con el objeto de obtener fondos para realizar dichos objetivos quizás fuese una buena idea explorar las posibilidades que nos ofrecen las plataformas de «crowd funding» entre otros recursos. Esto último es solo una idea…. pero podría funcionar.

• Yendo al grano, de lo que aquí se habla es de establecer una infraestructura poco a poco, «con buena letra y sin correr» y trabajando mediante fases a corto-medio y largo plazo en las que se vayan trazando objetivos realistas a conseguir. Por el momento esto sería una labor «de puertas adentro», sin inmiscuirse demasiado en otros movimientos existentes, rehuyendo un conflicto directo con las autoridades mientras la relación de fuerzas permanezca tan desigual como lo está ahora mismo y manteniéndose lo más posible en la penumbra. Grosso modo podría describirse este proceso a traves de las siguientes fases:

1) Fase de construcción personal y de infraestructura: Construir comunidades que funcionen y que, llegado el caso puedan demostrar a quien las visite que realmente lo hacen. Labrarse una reputación de buen hacer y honor a los principios autogestionarios que nos animan. Antes de proceder a una publicitación del movimiento a nivel general, sería deseable que estas comunidades adquieran un grado óptimo de cohesión tanto individual como colectiva ademas de un alto nivel de buen hacer a efectos prácticos. Todo esto lleva un tiempo considerable y hay que contar con ello pues los problemas que semejante obra plantea son titánicos. Existen muchos puntos complicados de dificil solucion en el quasi-arte de construir comunidades sanas y en no pocas ocasiones la parte negativa de nuestra naturaleza genetico-instintiva humana nos juega malas pasadas. Enumeraré a continuacion unos cuantos:

• Especialización grupuscular excesiva que puede llevar tambien al desarrollo de una desconfianza exagerada hacia los y las «extrañas».

• Ineficiencia en los mecanismos que se poseen actualmente en todos los movimientos horizontales para hacer frente a robos, conductas parasitarias o disruptivas y agresiones, sean estas sexuales o de otra índole.

• Relacionado con el punto anterior: Autoculpabilización ingenua cuando se actua contra alguna de las conductas dañinas mencionadas al considerarnos sucios o sucias por haber incurrido en un comportamiento «autoritario». Hay cosas desagradables que a veces deben hacerse y no hay por que sentirse mal. Autoritaria en estos casos concretos, sería la persona que a través de su comportamiento inaceptable fuerza a otra o a otras a tomar medidas drásticas contra ella.

• Necesidad de tomarse un respiro después de una larga temporada en la comunidad. La vida en un proyecto de este tipo puede llegar a hacerse muy cuesta arriba y stressante por lo que no conviene idealizarla. Se hace necesario en muchas ocasiones salir, ir a ver a la familia, a los amigos, viajar un poco…. Sin embargo muchas veces la ausencia de una sola persona puede resultar muy disruptiva para el conjunto de la actividad. Haría falta pues un sistema de «relevos» o «gente de reserva» a nivel local que pudiese en alguna ocasión echar una mano.

• No todo el mundo puede permitirse el ir a vivir a una comunidad autogestionada, lo cual hace necesaria una doble e incluso triple aproximación a la lucha. La de aquellos y aquellas que vivan en un proyecto, la de quienes pueden entrar y salir con cierta frecuencia sin quedarse del todo y la de quienes quizás no puedan hacerlo más que puntualmente pero sí llegar a ser utiles como enlaces y organizadores de tareas a nivel externo. Se ha de notar que aquí ya estamos incurriendo en cierto grado (posiblemente inevitable) de división del trabajo, lo cual resulta siempre peligroso.

• Peligro de ser «absorbidos o absorbidas por la burbuja», es decir, centrarse tanto en el trabajo diario de la comunidad que perdamos conexión, o se nos olvide lo que hay fuera y la actividad más politica. Lo contrario, el especializarse demasiado en el panfletismo intelectual sin dar un palo al agua en lo manual, también debe ser evitado.

• Democracia: La revolución integral tiene como una de sus bases la reivindicación de una democracia verdadera y directa. En sí mismo esto no esta mal, pero quizás deberiamos evitar caer en una excesiva fetichización de tal concepto. Existen bastantes voces críticas hacia la democracia como sistema incluso en sus formas supuestamente mas «puras» y directas. Creo que merece la pena leer sobre dichas

posturas y reflexionar al respecto asumiendo la posibilidad de que una sociedad libre, igualitaria, justa, no patriarcal, con amplia autonomia personal y libertad de conciencia asi como basada en el principio del esfuerzo no tenga necesariamente por que autodenominarse «democrática».

Algunas de entre estas críticas han hecho notar que toda democracia, incluso las que podrian considerarse como ejemplos historicos paradigmáticos de dicho sistema, genera inevitablemente mecanismos maquiavélicos para manipular conciencias, maniobras políticas por facciones, liderazgos nefastos y otras lacras que pueden acabar derivando en injusticias sociales evidentes. Si lo que deseamos es un modelo de toma de decisiones horizontal pero que no sucumba a la inmoralidad de las jugarretas sofísticas, las trampas de la retórica y la manipulacion de la audiencia para «llevarse el gato al agua», es decir, si lo que perseguimos realmente es que las decisiones se tomen en consideración al bien comun, creo que no podemos dejar de familiarizarnos con estos puntos de vista críticos. No conviene crear «totems» ideológicos demasiado rígidos. Todo, llegado el caso, debe ser cuestionado.

2) Fase de mejora de la coordinacion (a ser posible simultanea a la anterior): Una vez que a nivel local las comunidades se hallen consolidadas o quizás al mismo tiempo en que esto se lleva a cabo, deberíamos encontrar maneras no exclusivamente digitales (aunque sin rechazar completamente estas últimas) de mantener una comunicación fluida. Recuerdo haber propuesto un sistema de comunicación a traves del viejo arte de la colombofilia al final del encuentro del año pasado. Pues bien, sigo pensando que es una buena idea.

Palomas a parte de todos modos…. aquí nos encontramos de nuevo con otra serie de puntos para la reflexión inmediata de extrema importancia:

• El nivel de exigencia y de presión que el combate contra el sistema nos vaya echando encima actuará de manera inversamente proporcional a la capacidad de mantener esquemas organizativos excesivamente informales; es decir, tarde o temprano tendremos que hacer frente al dilema formalidad-informalidad.

• Sobre esto último existe el mito de que los grupos informales se hallan de algún modo más libres de reproducir en su seno estructuras de poder, mando y jerarquía. Puedo afirmar por experienca propia la falsedad rotunda de tal estereotipo aunque me consta que algunos grupos de afinindad (no muchos por desgracia), se desenvuelven de manera ejemplar. De todos modos mi conclusión personal al respecto es clara. No existen formas de organización o toma de decisiones perfectas e incorruptibles, de ahí que las más de las veces si falla la gente acaba fallando todo lo demás. El trabajo de autoconstrucción individual debería ir acompañado del diseño de métodos organizativos y de toma de decisiones que no se lo pongan fácil a los intentos de cooptación o manipulación y poder.

• Por otra parte, las organizaciones de tipo mas estructurado corren un gran riesgo de generar burocracias, liderazgos y querellas con rivetes maquiavélicos en su funcionamiento interno. Esto es un hecho sobradamente probado por las desventuras históricas de estructuras pesadas y anquilosadas como las de la CNT entre otras.

• Así pues, ¿qué podemos hacer al respecto?. Está claro que el esquema «inorganizado» actual (por utilizar un término acuñado por Felix en uno de sus artículos más recientes) se adapta de maravilla al momento en el que nos encontramos, pero si el movimiento sigue prosperando, tarde o temprano este último se mostrara claramente ineficaz y por lo tanto las posibilidades de que surjan liderazgos indeseados y pequeños despotismos se veran incrementadas exponencialmente de manera proporcional a la «presión» de la coyuntura externa. Ante todo esto una buena defensa es siempre el trabajo personal como sujetos de calidad para la obra revolucionaria pero…. ¿bastará con ello?. A fin de cuentas somos humanos, lo más excelso y lo más perverso vive en nuestros genes, y el poder, tal y como reza el viejo adagio, puede llegar a corromper a quien menos se espera uno.

• De lo anterior se colige que al deber de autoconstrucción personal como sujetos de calidad debemos aunarle el de confeccionar unas estructuras organizativas que, pese a no poder llegar jamas a un nivel de perfección que vuelva lo anterior innecesario (a todo se le puede buscar la vuelta si se desea hacer daño o conquistar influencia), al menos se impermeabilicen al máximo frente a las tentaciones de dominio y corrupción, volviendo todo «gople de timón autoritario» lo más difícil posible de llevar a cabo.

• Y ya para cerrar este apartado un punto directamente relacionado con lo anterior. ¿Se deben tener consignas y trabajos comunes a nivel de todo el territorio de Iberia?. Con esto quiero decir que andado un tiempo quizás se deban consensuar unos puntos comunes sobre los que trabajar todos los grupos e individuos, ademas de aquellos en que cada cual se encuentre implicado a nivel local. ¿Es esto autoritario de por sí?.
¿Constituye ya el embrión de una potencial centralización y «linea de partido»?. ¿Se puede tener una línea común a seguir por así decir «suave», que nos identifique en tanto que grupos locales como parte de algo a mayor nivel pero no actúe en detrimento de la autonomía de las unidades locales?…. Más problemas sobre los que pensar….

3) Fase de acción: Salir definitivamente a luz pública y plantear la lucha de la manera que enumeraré a continuación:

• Movimiento INDEPENDENTISTA AUTOGESTIONARIO, que reivindique al estado la independencia de una serie de territorios desestatalizados y sin capitalismo donde quienes así lo escojan puedan irse a vivir. En estas «reservas indias», la lengua será la de la cultura local (castellano, euskera, catala, galego, asturianu etc…) ademas del esperanto para relaciones con grupos afines ubicados dentro de los limites de estados extranjeros y a lo mejor el inglés para cuestiones diplomáticas. El mismo principio sería de aplicación para el resto de expresiones de la cultura autoctona que no supongan menoscabo de la dignidad, libertad e igualdad de las personas individuales por motivos de genero, etnia, orientacion sexual etc….

• Exigir la inclusión del derecho a vivir sin estado y bajo una economía comunista en la carta internacional de los Derechos Humanos. Recurrir para ello a volver las armas discursivas del sistema en contra suya desempolvando los 14 puntos de Woodrow Wilson por ejemplo (más en concreto el punto VI referente a la autodeterminación de la URSS en aquella época), o los parrafos mas «jugosos» de las constituciones liberales del pasado. Se trata de devolverle al sistema su propia demagogia ampliada y envenenada.

• Exigir la constitución de todas las comunidades adheridas a este proyecto como país sin estado internacional de pleno derecho con todas las competencias atribuibles a una nación de naciones, incluyendo la defensa armada.

• Como se habrá observado ya de lo que hemos estado hablando hasta ahora es de una aplicación extensiva de los pincipios tácticos establecidos como base en los epígrafes anteriores es decir:

Autosegregación: Buscar el salir de esta sociedad sin aislarse. Construir nuestro camino sin contar en un principio con «ganarnos al gran público».

Construcción de comunidades: Establecer ejemplos de vida aquí y ahora que funcionen y vuelvan atractiva la opción autogestionaria.

◦ Publicitación gradual de la lucha: No correr, ir preparando poco a poco la disposición de animo personal y las formas de organizarse a traves de un profundo debate que tenga en cuenta las experiencias y fracasos del pasado.

◦ Lucha por etapas: Marcarnos metas realistas a corto, medio y largo plazo. Tomarnos nuestro tiempo. Tener muy presente el componente intergeneracional de dejar una herencia teórico-práctica útil para las futuras generaciones.

Independencia frente a redependencia: Un independentismo que aune el objetivo estratégico de una vida sin estado ni capitalismo con la defensa de las culturas autóctonas bajo unos mínimos ético-morales. Frente a él se puede generalizar el concepto REDEPENDENTISMO para todos aquellos movimientos que buscan una mera independencia política sin acabar con el capitalismo ni con el aparato estatal. (Esto es, «resetear», redefinir las formas bajo las cuales continuar dependiendo y delegando en otros las funciones que le corresponden al pueblo).

Universalidad: La aproximación táctica delineada en este texto podría ser susceptible de aplicación en numerosos contextos culturales a nivel internacional. Si se consiguiese exportar de manera significativa a otras partes del mundo y a otras culturas manteniendo siempre un consenso de minimos ético-morales entonces las perspectivas de revolución mundial bien podrían pasar de constituir una mera ensoñación a tornarse medianamente realizables.

Derecho humano y caballo de troya reformista (reformismo fingido): Uso de los conceptos desarrollados por el sistema liberal como cohartada ideológica para el dominio del capital-estado en contra de este mismo. La jugada aquí es el dar la apariencia de movimiento ciudadanista, ingenuo y «responsable» con el que resulta fácil lidiar mientras se le «pide» al sistema algo que obviamente no puede o al menos resultaría harto dificil que concediese. Esto le obligaría a tener que negarnos lo que «pedimos» y combatirnos, pero no de una manera demasiado violenta o agresiva puesto que podrian ponerse muy en contra a una opinión pública a la cual tendríamos la tarea de ganarnos en cierto modo.

A modo de colofón….

Para terminar me apunto a mí mismo con el dedo. Soy el primer egocéntrico de todos, caigo en errores garrafales de incoherencia en ocasiones y neglijo muchos aspectos de los aquí descritos aunque hago lo que puedo en otros (menos de lo que debería). Como todo el mundo, moriré imperfecto, pero es mi deber continuar en esta batalla de por vida contra mi yo mas obstinadamente gilipollas.

No he podido asistir al encuentro de este año pero no obstante os deseo que este resulte de lo mas fructifero y que los lazos entre buenas personas sigan estrechándose. Por el momento no me considero digno de participar al 100 % en esta obra, precisamente por las contradicciones flagrantes ya mencionadas. De todos modos, ya nos iremos viendo. Espero que antes de 2017 y si no en la próxima quedada.

Espero que la diarrea mental con que os he castigado en estas casi 20 páginas de cháchara os resulten de utilidad y contribuyan a impulsar la Revolución Integral hacia adelante, aunque sea solo un poquito. La magnitud de lo que propongo quizas tenga conexiones inconscientes con las dimensiones de mi principal enemigo, mi propio ego….

De todas formas, creo haber dado en el clavo en más de una cuestión, aunque haya sido a medias y me daría por satisfecho si algunas de las propuestas aquí examinadas sirvieran para alimentar el debate y la construcción de alternativas prácticas.

Vosotros y vosotras direis, amigos y amigas. Os quiere.

Espertellu.

Esta entrada tiene 6 comentarios

  1. Roberto Serna

    ¡Vaya un pedazo de reflexión que te has currado Paisanu! Me parece que has dado en el clavo, son muchas cosas a las que llevaba tiempo dando vueltas y que has planteado magnificamente. Intentaré responder como la cosa merece. Desde luego que la estrategia es fundamental si de verdad queremos proponer un cambio revolucionario. Y no valen las estrategias de hace 100, 50 ni siquiera 10 años, el sistema es mutable y flexible, como debemos ser nosotros.

  2. Raul Cima

    Estimada gente, la verdad es que me extraña no haber recibido ninguna respuesta a mis comentarios anteriores, tanto de parte de integrantes del grupo, como de las personas autoras de los escritos sobre los que opiné que acordando en general, me parecían demasiado complejos y largos y yo expuse mi síntesis. Yo creo que sin reflexion y participacion activa de la gente, no se puede hacer ningun cambio y menos una revolución. Un cordial saludo y espero opiniones.

  3. Hola, soy el autor del texto este. Mira Raul, a mí solo me sale el comentario que te acabo de leer y ninguno de los dos anteriores. Perdona porque a lo mejor es la torpeza con los cacharros estos. Por otra parte ando absorto en cuestiones personales de las que podría depender mi supervivencia material en un futuro así que no entro mucho en el internet. Por otra parte no tengo conexión en casa así que …. De pascua en ramos voy a un cyber y demás. Aún así pido disculpas. Escribe todos los comentarios que quieras y en lo que pueda responderá. De todas formas como autor del excrito me parece más enriquecedor dejar que sean los y las demás quienes hablen y comenten, absteniéndome de participar personalmente lo más posible…. no sé, cosas mías que soy más raro que un perro verde….

    Y tú paisanu… ¿yes d’Asturies?…. prestenme abondu les tos pallabres de animu. Que siga’l alderique y que seliquino, seliquino, vaya tornándose en daqué productivo y tresformaor.

    Gracies fonderes y vémonos nes barricaes…

  4. Roberto Serna

    Hola Simon! Estoy acabando la respuesta al texto, si te parece la pongo en un foro de «Estrategia», dentro de «Cajon de Sastre» y a ver si más gente participa en el debate. Creo que Raul se ha confundido porque sus comentarios eran referidos a otro texto, no a este.
    Raul ten en cuenta que algunos autores se conectan poco (hay gente que vive en el campo o no tiene internet). Para poder resolver el tema de que alguien no contesta en la web habiamos pensado lo del mapa que acabamos de sacar, así quien quiera puede contactar directamente por email o cualquier otro medio. Eso si, recomiendo paciencia.

  5. Carmen Angulo Martos

    Es hermoso encontrar a PAISANOS.
    Enhora buena por tu capacidad de análisis y de concretar. Esto de acuerdo con lo que dices, aunque hay partes, que no tengo ni idea de cómo llevarlas a cabo, por ejemplo la parte estratégica, pues no tengo ni idea.
    Si mucho a la parte humana. El análisis que haces, me parece muy necesario que lo tengamos presente. Si queremos una revolución integral “con el pueblo”, acordemosno, de el.
    Tengo muchísimas controversia, vivo en constante dualidad, respecto a “un consumo sostenible y responsable” hay me queda mucho que desaprender.
    Lo que si he conseguido es vivir como una “buena paisana”. Creo que es la base para la RI. Por muchas teorías, por muchos planes estratégicos, si nos olvidamos de “la parte humana”, volveremos a repetir los esquemas.
    Hoy más que nunca, necesitamos al otro y el otro nos necesita. Necesitamos darnos, romper esas barreras que nos tienen enajenado y acomodados. Vivir con entrega agota físicamente, aunque consigues una paz interior, igual que una buena meditación. Cuando estas entregado al otro, estas en el momento presente, no vas al pasado ni al futuro, no puedes permitirtelo.
    Estás, desarrollando también la fuerza la capacidad del esfuerzo, a la que tan poco estamos acostumbrados.
    Eso es lo que más echo de menos y eso para mi es lo esencial.
    Un abrazo PAISANO.

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