Hoy, en la RI, entrevistamos a uno de nuestros conocedores de los orientalismos, Tombol.
ENTREVISTADOR: Me gustaría conocer su visión particular sobre el mundo de los orientalismos, y más particularmente sobre el budismo tibetano.
TOMBOL: En la RI cada cual tiene su propia manera de entender el mundo, cada uno percibe la realidad según su experiencia y saber. A partir de ahí, lo que sí es central para el movimiento de la RI es desenmascarar a todo lo que se quiera imponer como verdad absoluta y no es más que dogma y creencia impuesta desde fuera del individuo.
E: Dígame entonces que opina sobre el budismo tibetano, grosso modo.
T: Lo primero que debe saber uno es que la idealización de cualesquiera filosofías o estructuras de pensamiento no llevan al sujeto a otro sitio que a la anulación del propio discernimiento. Prácticamente la totalidad de las organizaciones que encarnan esas estructuras, entre ellas la del budismo, funcionan como aparatos de poder al uso, esto es, son estructuras de dominación que someten al sujeto a una manera de pensar convirtiéndolo en un ser no pensante, sumiso, esclavo de unas ideas prestadas. Convendría primero estudiar los antecedentes de dicha religión y de su líder, el Dalai Lama, para comprender que no hay diferencia entre el funcionamiento de ésta y otras culturas religiosas institucionalizadas. (1)
E: A la gente no le importa eso, lo que les interesa es la cosmovisión budista, las ideas que les aporta y que pueden aplicar en su vida.
T: Bueno, lo anterior dicho es importante para ubicar un contexto; los aspectos materiales de la realidad son básicos para entender el mundo en que vivimos. Por ejemplo, supongamos que Jesucristo o el Papa Juan XXIII hubieran sido unos puteros, no podríamos desligarlo del ideario que hubieran propuesto. Nos adscribimos al ideario budista sin conocer a fondo sus orígenes, cuando un estudio profundo de ellos puede refutar la realidad que nos han vendido (2) de hecho si analizamos los datos existentes podemos deducir que todas las religiones organizadas parecen creadas por los poderosos de su tiempo, al igual que hizo Constantino para desvirtuar el pensamiento cristiano original. Los aspectos materiales de la realidad son tan importantes como los inmateriales, la realidad es un todo, y desde ese todo bien integrado podemos empezar a comprender lo que podríamos llamar una verdad sólida (no verdad absoluta, pero sí verdad suficiente).
E: ¿Cree que la gente se plantea tanta historia?
T: Evidentemente no. El sujeto occidental ha asumido mucho del llamado ideario budista sin conocerlo bien. Está claro que la Iglesia católica ha ido perdiendo credibilidad en las últimas décadas producto de las graves contradicciones en las que ha caído, así como por la erosión provocada por las ideologías procedentes del izquierdismo político. Ello ha supuesto un vacío existencial y una necesidad de comprender el mundo en un sinfín de individuos, y es allí donde el budismo y otras corrientes orientalistas han aprovechado para hacer acólitos. La realidad muestra que el individuo medio se ha acostumbrado a que le den una forma de pensar hecha, con pensamientos o frases a los que agarrarse, con imágenes idealizadas, con idolatría a nombres y formas; nos hemos creído que somos seres desvalidos necesitados de tutela para que nos expliquen cuál es nuestra verdadera naturaleza.
E: Algo habrá aportado el budismo, digo yo.
T: No digo que no. Es cierto que el mundo de hoy, en el que los valores morales y la ética están hechos pedazos, en el que la cultura es un campo de minas, en el que la libertad para el pensamiento es una quimera, uno necesita agarrarse a lo que sea para construir alguna clase de visión que le permita comprender la realidad. Pero estamos en un tiempo en que impera intensificar el discernimiento, los peligros acechantes demandan eliminar lo superfluo, los parches, las muletillas. Aunque haya aspectos rescatables en el budismo, como en cualquier filosofía, religión o corriente de pensamiento hecho, la realidad nos muestra que esa cosmovisión (por llamarla de alguna manera) provoca desunión entre la población autóctona occidental, no deja de ser un ismo, no nos acerca a nuestros iguales, sino todo lo contrario.
E: Insisto en los aportes budistas.
T: Seguramente si tomamos los principios del pensamiento cristiano primitivo no necesitaríamos mucho más para tener unas bases materiales y espirituales sólidas. Lo digo porque lo normal es que uno no vaya a buscar fuera lo que ya tiene en casa, y estamos hablando de una cosmovisión única, aquel cristianismo consiguió dar un sentido a nuestra existencia en todos los planos, esto es, individual, social y político. La difusión del budismo, interesadamente, provoca que nos alejemos cada vez más de nuestras raíces. Pero de acuerdo, pregúnteme por algún aporte budista concreto.
E: Por ejemplo la aplicación del “aquí y ahora”.
T: Sí, se utiliza esa expresión como si la hubieran inventado ellos, incluso ahora el Papa se adscribe a la expresión (3), en un acto de “genialidad”. Aquí en Occidente era un clásico el “carpe diem”, expresión que prácticamente significa lo mismo. Nos sirve de ejemplo para comprender cómo se ha exaltado de manera injustificada esa cultura budista.
E: “La paz viene de adentro, no la busques afuera”. (4)
T: Ya en los Mandamientos cristianos se dice “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, no creo que te puedas amar a ti mismo si no tienes paz interior. Ahora parece que lo oriental ha inventado lo que es la paz interior, cuando la tradición cristiana empleó todo su ideario en desarrollarla. Nada nuevo bajo el sol vamos.(5)
E: Las leyes del karma…
T: Es esa una ley creada desde el intelecto. Esa y las de la reencarnación. Cada uno puede pensar lo que quiera. Yo sólo digo que esas leyes son indemostrables y, por tanto, sometidas a creencia ciega. No necesitamos ese tipo de creencias para dar un sentido a nuestra vida. Es más, si creo que tengo más vidas por delante, no haré lo que debo hacer en esta. Vemos por tanto cómo este tipo de ideas no sólo son nocivas para el individuo, sino que tienen una connotación política dañina.
E: “Conquistarse a uno mismo es una tarea más grande que conquistar a otros”.
T: Uno puede comprobar que en el budismo se hace un hincapié desmedido hacia lo individual, olvidándose del desarrollo de lo social. No digo que lo individual no sea una cuestión principal, por supuesto que lo es; de hecho, la noción de sujeto particular es más propia de la cultura occidental; no me extrañaría que la frase fuera una adaptación cocinada para la mente del occidental. En todas las culturas orientales lo que prepondera es la anulación del sujeto por el colectivo. En todo caso, ese énfasis tan desproporcionado por lo personal-individual nos aleja de planteamientos más equilibrados y coherentes con lo que somos. Se habla en la frase de conquistarse a uno mismo, como si fuera una lucha fratricida. De hecho el budismo y demás orientalismos se centran en la lucha contra el ego, el yo. En mi opinión no hay que luchar contra nada de lo que somos, sí hay que regular, limitar, pulir, dominar, lo que podemos considerar como ego. Pero todos tenemos un ego, alguna función tendrá digo yo, lo lógico es moldearlo para que funcione a favor de nuestra naturaleza, pero considerarlo un enemigo es crear una lucha dañina en nuestro interior.
E: “La verdad en sí misma sólo puede ser alcanzada dentro de uno mediante la más profunda meditación y conciencia”.
T: En esta clase de religiones se habla con ligereza de la verdad, y esto es una manera de alejarse de ella. De cualquier manera, la frase apunta a que sólo dentro de uno están las respuestas, que no necesita a los demás. Yo creo que los demás son esenciales para ser capaces de ver una verdad más completa, si la hay a este nivel. En esta frase podemos comprender el éxito del budismo en Occidente, todo queda centrado en el interior y se olvida el trabajo en el exterior. Somos también cuerpo físico, somos seres sociales, somos seres pensantes, alguna importancia han de tener estos aspectos.
E: No me ha dicho nada de la meditación.
T: Ahora todo el mundo se llena la boca con la meditación. Yo he practicado mucho la meditación, pero pienso que una acción equivalente a ella puede ser cualquiera que nos lleve en soledad hacia nuestro interior y nos permita la escucha. La meditación es un ejercicio de concentración, de atención, en el que es esencial el aspecto relajación, no se trata de tensarse, esto la hace diferente de otros actos de concentración. Pero ese entrenamiento lo podemos hacer de muchas maneras, por ejemplo caminando, en el trabajo con la tierra, y en otras muchas actividades; lo importante es donde enfocamos la mente, la clave es que el discurso mental no nos aleje de lo que estamos haciendo.
E: Es un gran aporte la meditación…
T: Bueno, en la tradición cristiana ya existía la contemplación, un ejercicio de interiorización con los mismos efectos. No digo yo que la meditación no sea un buen ejercicio. Pero sí afirmo que el silencio, la escucha interior, etc., propios de cualquier tradición cristiana, tienen el mismo valor. Es más, y esto es opinión personal, me atrevo a afirmar que la práctica de la meditación en el mundo moderno que conocemos, esto es, en una ciudad grande, con todas sus nocividades y perjuicios, apenas sirve para algo o incluso para nada me atrevo a decir. Porque el mundo en que vivimos provoca tal ruido interior que hace imposible que fructifique una práctica así; la meditación no deja de ser una manera de pensar que estamos “trabajándonos” y “cambiando el mundo” cuando no es más que una acción estéril y una pérdida de tiempo. Estupendo para los poderes que nos dominan.
E: Nada, que no hay una sola frase que sirva de algo…
T: No se trata de eso, por supuesto que hay pensamientos con un gran significado. En todas las tradiciones, si los buscamos. Lo que digo es que, primero, no tenemos que irnos muy lejos para encontrarlos. Igual que no tenemos que traernos de China unos buenos arándanos para encontrarlos aquí. Digo que observo, en el tiempo de degradación y aniquilación que estamos viviendo, que tanta teoría orientalista y tanto dogma importado está provocando que no nos entendamos entre nosotros, entre los iguales. Por supuesto que algo te aporta, no digo que no. Pero mi percepción del asunto me dice que no necesitamos aferrarnos a esos planteamientos budistas para encontrar en nuestro interior lo mejor de nosotros, que si queremos ser capaces de comunicarnos de verdad con nuestros semejantes, necesitamos hallar un lenguaje común alejado de particularismos, que sólo desde lo esencial puede surgir una base fuerte y revolucionaria, y lo esencial no puede estar en lo doctrinal. Es posible que creer en “el enfoque budista” nos haya sido muy útil y práctico en su momento, pero la situación actual nos demanda, en mi opinión, superar eso, ya no lo necesitamos, sólo puede resultar útil lo que sirva de entrenamiento y práctica.
E: Las culturas y las tradiciones siempre se han nutrido de la influencia de otras culturas y tradiciones externas…
T: Ahora hay una invasión cultural planificada que disgrega y destruye. Hay tanta información y tanta teoría pululando que lo que acontece es un individuo más alienado y asolado que nunca. A fin de cuentas, no tenemos más que ver al sujeto de la modernidad; es un sujeto que hace suyas con facilidad todas las filosofías orientalistas, siendo el budismo una de las centrales. Ocurre lo mismo con el idioma inglés, su imposición no está ocurriendo de manera inocente y natural, eso no significa que ese idioma sea malo.
E: La aportación del budismo tibetano le parece menor, entonces.
T: Lo que no puede ser es que la espiritualidad nos divida. El mundo del espíritu está a un nivel muy sutil, no nos podemos plantear la creación de un mundo nuevo en torno a ello. Ocurre hoy día que hay mucha confusión entre la separación de lo terrenal-lo espiritual. Queremos ser los más espirituales pero de tapadillo somos ruines. O lo contrario. Hay una cuestión crucial: Por más espirituales que queramos ser debemos resolver el cómo organizarnos aquí en la tierra, cómo colaborar, desde qué principios mantener la unión entre los iguales, lo terrenal no es una cuestión menor, como tanta filosofía budista nos quiere hacer ver.
E: No valora usted demasiado entonces a los sabios budistas.
T: Tienen todo mi respeto, he leído textos y les reconozco su sabiduría. Pero mire usted, el budismo tibetano y otros budismos se basan en la tradición maestro-discípulo, esto es, en una relación de poder. El discípulo no sabe nada, el maestro lo dirige como un muñeco. Esa relación de dominación es la que ha llevado a tantos abusos en los centros religiosos. La actual aceptación de la superioridad de los expertos se basa en realidad en lo mismo. La libertad personal tiene que ser central para el autodescubrimiento, no quita que haya personas a las que consultar, pero personas iguales, nada de endiosamientos.
E: Vamos, que no cree en nada que venga de Oriente.
T: En lo que no creo es en los absolutismos. Tampoco en cualesquiera sistemas de dominación. Tampoco creo en las soluciones fáciles. La tradición occidental ha demostrado ser más comprensiva con el individuo que la oriental, por eso tampoco acepto lecciones de superioridad.
E: Qué se propone en la RI para afrontar la cuestión del desarrollo humano a nivel particular.
T: Se está trabajando en un manifiesto; tendrá que ser el elemento fundamental en el que estar de acuerdo y a partir de su aceptación habrá que definir qué es lo esencial para la autoconstrucción de un sujeto de calidad. El materialismo imperante no es una visión procedente de la sociedad civil, es una ideología producida y promocionada por el poder establecido, es su manera de hacer y deshacer, es la que ha triunfado en todo el mundo. Trabajar por un mundo más justo y humano requiere primero plantear unas bases éticas y morales que nos sustenten que no premien ejercer el poder sobre los demás.
(1) Para conocer algunos hechos de interés sobre la historia budista tibetana más reciente, https://revolucionintegral.org/index.php/item/691-budismo-tibetano
(2) https://www.britannica.com/topic/Buddhism/Celestial-buddhas-and-bodhisattvas
(4) Estos y otros pensamientos aparecen en una página budista de las que primero aparecen entrando en Google https://psicologiaymente.com/reflexiones/frases-budistas-encontrar-paz-interior
(5) https://youtu.be/QCdXD83YPGg En esta entrevista podemos ver que hay otras lecturas sobre el origen e interpretación de los idearios budistas. Si aceptamos lo que este interlocutor dice, habrá que deducir que todo el conocimiento budista que nos ha llegado es un “corta y pega” adaptado a la mente del occidental.