• Categoría de la entrada:Artículos
  • Autor de la entrada:

 

Nota enviada a los convocantes del “Llamamiento a una coordinación estatal contra todas las guerras y todos los bloques»

Nos gustaría que se hiciera llegar esta nota a los convocantes del “Llamamiento a una coordinación estatal contra todas las guerras y todos los bloques”, con ánimo de contribuir a la reflexión y al debate sobre un asunto tan relevante como es la guerra, y en especial, el ejército. Más si cabe en un momento histórico en el que existe un riesgo más que notable de que a corto-medio plazo los ciudadanos europeos sean llamados a filas por sus gobernantes poderhabientes para ser usados como peones en las guerras de reconstrucción de la hegemonía mundial que está en curso.

Estamos de acuerdo en tomar posición en contra de los dos bloques hoy en liza (el de la OTAN-USA y el de Rusia-China), porque ambas son fuerzas estatales militarizadas que representan un antagonismo frente al pueblo. Y es que la voluntad de poder de los Estados-nación está presente tanto en los momentos de paz (en los que se cuece la guerra por vías políticas) y los de guerra (en los que se cuece la paz mediante la diplomacia y la capitulación del enemigo). Pero nos sorprende no encontrar la palabra EJÉRCITO en todo el llamamiento, lo que denota un claro sesgo estatista de la misma, ya que al parecer algunos quieren guardarse el as en la manga de sus futuros proyectos estatistas que no se pueden entender sin sus correspondientes ejércitos.

Debemos dejar una cosa clara, el Estado no tiene sentido de ser sin su correspondiente ejército (1), es decir, su más ferviente militarismo con el que hacer valer su hegemonía sobre otros Estados y sobre todo, sobre su propia resistencia interior, el pueblo llano, en aquellos acontecimientos en los que las fuerzas de seguridad del Estado (la policía) queda desbordada.

Además, no puede entenderse la viabilidad de una sociedad organizada si no es mediante procedimientos de autodefensa, ya que es una utopía delirante pensar que el mundo se vaya a desarrollar según la consigna “Paz y amor”, dada la naturaleza bipartida de la condición humana y de las comunidades humanas, pasadas, presentes y futuras (y, sobre todo, dada la existencia de los Estados-nación). Es por esto que la autodefensa debe ser garantía de soberanía en la base de la sociedad y que esta debe ser articulada mediante milicias concejiles con adalides designados en concejo mediante mandato imperativo, siguiendo la larga y rica tradición concejil de los pueblos ibéricos forjados en la Alta Edad Media Hispana. No en vano, está noción de autodefensa estuvo muy presente en la actividad histórica miliciana ya que la huestes no podían permanecer fuera de su territorio más de un número determinado de días como signo de prevención contra la agresión permanente y la conquista de otros territorios.

Así mismo, los gastos sociales son esa otra trampa de los “periodos de paz” en contraposición a la economía de guerra de los tiempos belicosos. La redistribución de recursos monetarios es solo posible mediante la imposición vía expropiación forzosa (los llamados impuestos) de la fuerza de trabajo de las clases populares por parte del Estado, gravámenes obligatorios que el ejercicio de la fuerza del par ejército-policía garantiza su cobro. Por tanto, la redistribución de recursos solo puede hacerse respondiendo a las necesidades inmediatas de la gente, articuladas estas de abajo arriba y en contra de ese gran aparato burocrático de millones de funcionarios parásitos con los que la sociedad es simplemente inviable (como constatamos hoy en día). Para que todos seamos libres, todos debemos trabajar libremente en la producción de una parte de nuestras necesidades materiales y las labores de gestión solo pueden ser designadas por mandato imperativo, mediante cargos rotativos y de manera no profesional, es decir, no remunerada.

Así pues, queremos decir alto y claro ¡No al ejercito! y ¡No a los Estados-nación! que son quienes legitiman, impulsan, promueven, financian y sostienen ayer, hoy y mañana las guerras. Las guerras perpetradas por los Estados-nación son siempre imperialistas porque conquistan los territorios donde habitan las comunidades populares del Estado invasor o del invadido. La paz se defiende y la libertad se conquista con las armas en la mano, por eso la garantía de la soberanía popular es el pueblo en armas. ¡Sí a la soberanía popular! ¡Sí a la autodefensa por el procedimiento de las milicias concejiles!

(1) No sirve hacer referencia a los 21 Estados-nación que hoy en el mundo carecen de fuerzas armadas, ya que su insignificancia es manifiesta.
————————————————————————

Respuesta de los convocantes.

Buenas:

Disculpad que os conteste brevemente a un desarrollo tan interesante:

El llamamiento surgió de individualidades vinculadas a colectivos sindicales, antimilitaristas, antinucleares, por la sanidad pública y a alguno más… Y las deficiencias que pueda tener el texto se deben probablemente a dos cuestiones fundamentales:

-que se trata de un grupo modesto de personas implicadas en otros quehaceres militantes y además dispersas en la geografía, nutrido en apoyos (unos 20 colectivos) pero con muy poca participación

-que nos parecía que el tiempo apremiaba por las circunstancias del desarrollo de la guerra

Por otra parte, os puedo asegurar que es el sentir general entre lxs promotorxs una oposición al ejército y al Estado, y así se formulará en un primer punto de la reunión (y quien quiera coordinarse en otros
términos es libre de hacerlo por sus propios medios).

Por esto os animamos a participar el miércoles 30 a las 20.00 y a aportar vuestras apreciaciones.

Os mandaremos el link de la reunión a este mismo correo el día 30.

Salud
————————————————————————-

Una persona afín a la RI asistió a la reunión, expuso el posicionamiento de la RI sobre los asuntos en cuestión (remitiéndose a la nota que encabeza esta publicación), y la RI queda a la espera de la evolución y propuestas de dicha coordinadora.

Deja una respuesta