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«¿Qué podemos hacer?», Respuestas para despertar consciencias

Con este título publiqué el día 5 de octubre, un vídeo en mi Canal de You Tube: «La ventana esmeralda» que ha despertado numerosas reacciones y comentarios.

La elaboración de dicho vídeo, fue consecuencia directa de otros que le precedieron donde, básicamente, denunciaba la crisis del Sistema, del Régimen del 78 y, sobre todo, la crisis de valores y de Civilización en la que estamos inmersos y de la que estamos siendo testigos y protagonistas.

Pero la razón principal y última de la publicación ayer martes de este vídeo, fue debido a que fueron muchas las personas que se dirigieron hasta mí para decirme que compartían lo expuesto pero que, ante semejante escenario, qué es lo que podíamos hacer pues se sentían impotentes y perdidos.

En esa pregunta, quise atisbar una llamada casi desesperada, solicitando respuestas a un problema de enorme envergadura para la que, lamentablemente, no tenemos soluciones más allá de pequeños pasos y de algunas aportaciones personales, basadas en sus experiencias, que adquieren por este motivo, un enorme respeto y una gran transcendencia, dignas de compartir.

Ante esta situación, decidí salir a la palestra y exponer, con transparencia, cuál es mi modo de ver las cosas al respecto, centrando la alocución en que, lamentablemente, las respuestas que tantos añoran, no las tenemos, al menos por ahora, nadie o casi nadie.

Estoy informado de diferentes proyectos y propuestas diversas que están siendo estudiadas y elaboradas, a día de hoy, con objeto de buscar esas soluciones o al menos, esos signos de esperanza que, tanta gente, pide a gritos en un momento de desesperación generalizada y de crisis abierta a destajo en todos los órdenes, un momento crítico que, sin embargo y paradójicamente, podría constituir también una gran oportunidad.

Es por ello por lo que he planteado, a nivel personal y directa, la necesidad, a mi juicio de que esos proyectos y propuestas en elaboración sean ultimados con urgencia, de manera que, si fuera posible, se tradujeran en acciones concretas a la mayor brevedad, ya que la efervescencia del momento en el que estamos viviendo exige, si no respuestas, si, al menos, la transmisión cierta de que algo se está moviendo, y de que nadie que no quiera estarlo debiera sentirse solo.

Ruego la máxima difusión posible de esta reflexión en voz alta, para que, entre todos, construyamos esos puentes a través de los cuales sirvamos de nexo con tantas y tantas gentes de buena voluntad que vibran con vídeos como el referido y que esperan ansiosos, si no respuestas, si al menos algún signo de esperanza.

 

 

Salud y Libertad
Antonio Muñoz Roig

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