En 1954 se publicó el libro “Un pueblo de la sierra: Grazalema”, de Julian A. Pitt-Rivers, fruto del trabajo de campo realizado por el autor desde 1949 hasta 1952.
El escritor refiere “una concepción de la comunidad basada en la localidad”. Que tomada en sus aspectos positivos proporciona “totalidad a las relaciones humanas”, “unidad moral al pueblo”, “proximidad física, conocimiento y aceptación de valores comunes”, posibilita que “la costumbre (sea) ley”, y es una defensa ante la agresión del fenómeno de la mundialización que priva de raíces, cultura y cosmovisión propia, ahogando por tanto toda diferencia en la pavorosa homogeneización.
Así también “hallamos en la estructura del pueblo el valor esencial de la igualdad, en el sentido de identidad de naturaleza, de todos aquellos que han nacido en el mismo lugar”, porque pueblo es “tanto el lugar como la gente que pertenece a ese lugar”, dándose la “identidad entre lugar y comunidad”.
Esta dimensión tiene igualmente su reflejo en la “apariencia compacta típica de los pueblos andaluces”, ya que “a la gente no le gusta vivir en soledad”.
Ha sido además un factor que favoreció la capacidad de autoabastecimiento material, sobre todo en áreas de sierra, de difícil acceso y núcleos urbanos más reducidos que en el llano.
Yendo ahora al aislamiento como elemento de debilidad, Pitt-Rivers se lamenta no sólo del “antagonismo (…) que se da entre pueblos distintos” sino también de la “ausencia de técnicas de cooperación” entre pueblos, de la incapacidad de éstos para “superar las fronteras de los términos”, salvo para el movimiento comercial que “entre las poblaciones vecinales es considerable”.
Desentrañar si las causas de esta carencia de vínculos entre municipios se debieron al actuar en crecimiento del Estado español desde los albores del siglo XIX, a un mal histórico subyacente a la conducta social de las comunidades populares, o a las irresolubles contradicción y limitación de la condición humana, o si tal ausencia de conexión entre poblaciones naturales manifestaba el inicio del desplome de la valía de la persona bajo la modernidad, es un asunto que queda fuera de los objetivos de este modesto texto. Pero ahí quedan anotadas estas ideas para su investigación y reflexión.
De lo que no cabe duda es que el Estado se ocupa no sólo de la parte, sino de la totalidad.
*
Cervantes escribió que “la historia es maestra de la vida”. La cual ha de resultar una valiosa contribución al proyecto de transformación integral. El estudio y el análisis sobre el pasado, hecho con voluntad de aprendizaje, nos provee experiencias de errores y aciertos. Las que habrán de ser incorporadas, adaptadas o desechadas.