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  • Autor de la entrada:Félix Rodrigo Mora

No. Esta vez no sucederá como tras los Encuentros I, II y III. Porque ahora la situación es diferente y nosotros somos diferentes. Las condiciones nos son bastante más favorables y nosotros hemos aprendido mucho, tenemos más presencia en la sociedad popular de los pueblos de Iberia y nuestros enemigos, las instituciones y sus esbirros políticos, están hoy en declive, cuando antes se situaban a la ofensiva.

Así que el año que ha de transcurrir entre el IV y el V Encuentro va a ser emocionante, lleno de acontecimientos y pleno de logros. También será profuso en peligros, porque el caos y desfondamiento social se irán haciendo mayores[1] y la situación ganará, como consecuencia, en tensión y antagonismos. Esto añadirá grandeza y épica a nuestro obrar[2], lo que siempre es muy estimulante. Y quien tenga miedo que se quede en casa.

Lo primero es reafirmar nuestras metas estratégicas. En una situación de desmoronamiento histórico del cuerpo social no queremos permanecer como una gente que simplemente “crítica” y “denuncia”, con poco de positivo y constructivo que ofrecer. Deseamos ser un movimiento popular que se propone metas elevadas, decisivas y sublimes. Son las que siguen, 19 principales en total.

-Influir concluyentemente en la gente del común, en toda la sociedad.

-Formar y autoformar numerosas personas capaces, preparadas, determinantes. Para ello hay que establecer procedimientos concretos, uno ha de ser el sistema de Cursos de Formación

-Estar en la calle como combatientes.

-Aportar ideas e ideales bien fundamentados a una comunidad popular hiper-adoctrinada en el mal, la sumisión, la autodestrucción y la mentira.

-Resocializar una sociedad atomizada, hundida en la soledad, la depresión y el conflicto interpersonal[3].

-Poner en pie, en acción, a unas multitudes hiper-dóciles, pasivas, muertas.

-Constituir grupos de trabajo para temas específicos, muchos grupos, con una metodología y un sistema de actuación apropiados.

-Formar grupos territoriales por todas partes, cuyo fundamento y cimiento debe ser la convivencia, la amistad, el afecto, la promoción de lo propio y el apoyo mutuo[4].

-Llevar nuestras ideas, ideales y propuestas al pueblo/pueblos por todos los medios a nuestro alcance, conforme a un Protocolo de difusión de ideas muy práctico y bien meditado[5].

-Imaginar procedimientos de supervivencia, necesarios en una sociedad que se va desplomando económica, médica y asistencialmente, e ir hacia la elaboración de un Manual de Supervivencia.

-Afirmar, frente a la mundialización, la imposición del inglés neolengua y la Unión Europea, la cultura, idiomas, saberes, libertad/libertades e idiosincrasia de los pueblos ibéricos y europeos.

-Hacer que las mujeres se unan a nuestro proyecto de transformación, de revolución integral, rompiendo con el Estado “protector” neopatriarcal.

-Proporcionar criterios axiológicos y morales, desde la cultura popular autoconstruida/reconstruida, a unas multitudes que naufragan en la amoralidad y la barbarie, que le es impuesta desde arriba.

-Entrar en polémica y crítica, a menudo constructiva pero otras veces severa, con formulaciones, teorías, corrientes y fuerzas, pues en las condiciones actuales se necesita de la claridad y escrupulosidad conceptual.

-Lograr una síntesis, en nuestro obrar, entre la libertad individual y el quehacer colectivo, sin que ninguno de ellos menoscabe o dañe al otro.

-Autoprotegernos y ayudar a quienes sean víctimas de la represión institucional.

-Afirmar, actualizar y desarrollar en actos la cultura, lenguas y cosmovisión europea, la erudita pero sobre todo la popular, la de los pueblos europeos, existente desde hace milenios.

-Combatir las medidas inmediatas de aniquilación personal y social: vacunas, medicalización total autoritaria, chips personales, videocámaras, imposición de la mascarilla, ataques estatales a las libertades individuales, fascistización, pobreza general inducida desde arriba, paro, actividades neo-negreras, etc.  

Definir con precisión y rigor nuestra estrategia para los próximos diez años, en la perspectiva de lograr la sustitución del actual orden político y económico por otro, popular revolucionario integral, basado en la libertad, la comunalidad, el bien, la verdad, el trabajo libre, la primacía del individuo y el afecto.

Estas diecinueve labores necesitan 1) ordenarse según su importancia e urgencia, b) concretarse en un plan de acción específico. Ya lo estamos haciendo.

Tales tareas son asunto de TODOS, que cada una y cada uno tiene que considerar como propios, con responsabilidad, entrega, voluntad de esfuerzo y sentido del deber. Nadie, ni yo ni tú ni nadie, puede hacerlas individualmente, pues lo que cada uno es capaz de realizar es inevitablemente limitado. Se necesita un colectivo, una comunidad, un movimiento. Nadie nos ayuda, nadie nos financia, nos cierran todas las puertas, ahora pretenden ahogarnos con un silencio completo, ninguneándonos, como mañana se lanzarán contra nosotros con todas sus armas, que no son pocas. Por eso, únicamente nos tenemos a nosotros mismos/mismas. De ahí que necesitemos una comunidad hermanada activa, creativa y combatiente. Y, sobre todo, un individuo autoconstruido/construido.

Y eso es lo que estamos creando.

En el año que va a transcurrir entre el IV y V Encuentro realizaremos muchas tareas, algunas las terminaremos y otras quedarán a medias. E incluso otras no podremos ni empezarlas. Pero las que queden pendientes, total o parcialmente, las haremos posteriormente, en el V Encuentro, o en el año posterior, o en el VI Encuentro… Nada nos va a detener. Porque tenemos la voluntad de hacer historia.

Félix Rodrigo Mora

[1] Sobre este asunto, que es decisivo comprender, está a punto de ser editado mi libro “Autoaniquilación. El hundimiento de las sociedades de la última modernidad”

[2] Conviene elaborar un texto titulado “Elogio del combate”, para cultivar aquellos atributos naturales del ser humano que la sociedad actual desprecia de manera absoluta, como son la fuerza de voluntad, la energía del carácter, el espíritu de servicio, la responsabilidad individual, el autocontrol del temor y el dolor, el entusiasmo y el sentido de lo épico, por citar lo más importantes. Así nos autoformaremos también en las virtudes morales, conforme a la división clásica en virtudes intelectuales y virtudes morales.

[3] Está pensado un “Manifiesto Convivencial”.

[4] Se necesita un Reglamento, un tipo especial de Estatutos, que impulse y oriente esta decisiva tarea. Los ideales comunes que nos unen están expuestos en los textos editados en la web revolucionintegral.org y en los libros “I Encuentro de Reflexión sobre REVOLUCIÓN INTEGRAL. Recopilación de textos” y en “II Encuentro de Reflexión sobre REVOLUCIÓN INTEGRAL. Recopilación de textos”. Ruego a todas y todos los asistentes al IV Encuentro que tengan esto en cuenta.

[5] Para ello es necesario un texto breve de síntesis, un folleto apto no sólo para ser leído sino para ser consultado y estudiado, que se difunda masivamente, y que su estudio sea una herramienta notable de organización de las fraternidades de base… Sería el titulado “Transformación Integral. Manifiesto”, que tengo por tarea personal. En el IV Encuentro no estará acabado, pero presentaré un resumen de su orientación, significado, uso y contenidos. Y además, el Protocolo que se cita arriba.

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