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  • Autor de la entrada:José Maenza

Las posturas contrarias a admitir la necesidad del conflicto son tan negativas como las que lo absolutizan y niegan la importancia de la convivencia fraternal. Estas dos visiones extremas olvidan la naturaleza dialéctica del conflicto. Éste es destrucción a la vez que construcción.

En cualquier ser real o sistema natural, dinámico, dialéctico y complejo intrínsecamente, el conflicto existe per se. Se precisa para multitud de procesos autotransformadores. Surge un problema, el cual, a través de la capacidad innata de dicho ente, en la mayoría de los casos supera, y por ende se fortalece; verbigracia una enfermedad. Esto nos ocurre a nivel individual ante cualquier cuestión o problema que nos encontramos en la vida diaria, donde se nos presenta un conflicto, pensamos una solución si es posible, e, idealmente, aprendemos.

La pretensión de evitar a toda costa el conflicto es utópica y dañina. El epicureísmo abrazó esta idea con aciagas consecuencias, igual que todo el resto de ideologías que huyen del sufrimiento inherente y constitutivo de lo real. Aceptarlo como parte de la vida es fundamental. Tanto a nivel personal como colectivo, el conflicto es no solo inevitable, sino sano e imprescindible.

En un sentido colectivo, al evitarlo se acaban constituyendo colectivos gregarios y sectarios, aniquiladores de la libertad individual. De modo que lo preciso es promover el debate constructivo, basado en el respeto, la cortesía y la cordialidad, pero sin buscar siempre el acuerdo. Si éste no surge, hay que aceptar las diferencias y la diversidad, mas premiando el espíritu convivencial entre los iguales.

Lo vemos en las amistades, parejas, familias y demás formas naturales de convivencia. Los conflictos emergen, sobre todo en las dificultades, pero al superarlas juntos fortalece al conjunto, igual que a los individuos como tales. La ideología hobbesiana de todos contra todos nos está haciendo olvidar esto. La causa de ello es el empeño de las élites en que la gente común viva en un continuo enfrentamiento interpersonal para que su sistema jerárquico de poder se perpetúe ad infinitum.

Si un conflicto rompe radicalmente con lo anterior, por ejemplo acaba con una relación de pareja, esto no significa el fin de la convivencia. Es preciso convertirse en una persona con templanza, amor, compasión, humildad, así como capacidad para perdonar las ofensas y ver lo positivo. Aunque no se pudiera continuar dicha relación como anteriormente era, existen otras vías distintas de hacerlo. Verbigracia se puede continuar siendo amigos.

Tenemos, la gente común, que esforzarnos al máximo por mantenernos juntos todo lo posible y trabajar por erigir una sociedad convivencial opuesta a la actual. Sobre todo aquellos conscientes de la muy grave situación en la que nos encontramos, y, más aún, quienes pretendemos una revolución integral.

Como es obvio, a quienes estamos a favor de la revolución también nos afecta esa situación generalizada de enfrentamiento interpersonal. Con que debemos evitar cualquier enfrentamiento a causa de temas secundarios o de poca importancia; aceptar el conflicto de ideas y evitar el personal.

Ergo entre quienes apoyamos la revolución integral hay que incorporar, además de contenidos y enfoques políticos, un aprendizaje de comportamiento individual y colectivo, de autoconstrucción del sujeto para capacitarnos en lo convivencial con introducción de normas de convivencia que nos permita cumplir las tareas que nos fijemos; porque, en caso contrario, nos estamos boicoteando a nosotros mismos.

Con que hay que aceptar los conflictos, adversidades y tribulaciones internas y externas como parte de la vida; igual que debemos afrontarlos con fortaleza, templanza y decisión, sabiendo que se resuelvan o no, lo importante es perseguir nuestras metas, ser fieles a nuestros valores y cultivar los bienes espirituales, ante todo el par dialéctico libertad-convivencia, libertad junto al otro.

 

José Maenza

Colectivo Amor y Falcata

www.amoryfalcata.com

amoryfalcata@riseup.net

 

Fuente: https://amoryfalcata.com/2021/07/24/conflicto-y-convivencia/

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