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  • Autor de la entrada:Concha Sánchez Giráldez

Quedaron algunos audios y charlas del II Encuentro RI sin su correspondiente texto. Aquí va uno de ellos. Si alguien más falta y nos quiere enviar su artículo lo publicaremos con mucho gusto.

En esta ocasión, Concha Sánchez Giráldez escribe sobre su experiencia en tratar con los medios de comunicación y hacer difusión sobre proyectos que no tienen espacio en el sistema actual.

El audio grabado en Mazarate lo podemos escuchar aquí: «Apuntes para una estrategia de comunicación de la Revolución Integral»(AUDIO)

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Ciertamente aún nos queda mucho que trabajar sobre las propuestas, ideas e ideales que den impulso a un cambio sustancial en lo individual tanto como en lo social que posibiliten un sujeto y una sociedad cualitativamente distintos a los actuales.

Pero ya contamos con un punto de partida en textos, libros, blogs, vídeos, etc., material que es imprescindible difundir para atraer más personas al proyecto de Revolución Integral. No somos muchos y deberemos ser más para que nuestras voces puedan ser oídas.

La comunicación, por tanto, es un tema de importancia estratégica para contribuir al desarrollo de la conciencia.

Una experiencia en comunicación desde el activismo 15M

Desde el activismo social que impulsó el 15M y en concreto en el movimiento por el derecho a la vivienda que tuvo lugar en Sevilla en 2012-2013, conocido como las Corralas de Vecinas, que consistió en la ocupación de bloques de viviendas vacías y pertenecientes a bancos por parte de familias desahuciadas como consecuencia de la crisis económica, puedo aportar una experiencia personal pues ejercí como portavoz ante los medios de comunicación de una de ellas, la Corrala de vecinas La Alegría.

También fui portavoz del Centro Social La Soleá que se originó en la ocupación por parte del 15M de un edificio abandonado que antes había sido centro de enseñanza en el barrio obrero de San Pablo.

Ambas experiencias dieron lugar a que me enfrentara ante las cámaras y los micrófonos de los medios de masas por primera y hasta el momento única vez en mi vida. ¿Cómo me atreví?, me pregunto todavía.

Antes del 15 de mayo de 2011, en que tuvieron lugar las ocupaciones de plazas en las ciudades de todo el país, no había ejercido militancia política alguna, ni formado parte de ningún movimiento social. En aquellos primeros días era tan sólo curiosa espectadora de aquel original encuentro de personas diversas, que luego se trasladó a los barrios. En las rondas de «micrófonos abiertos» de las plazas del inicio no participé aunque ya una vez constituida la asamblea de mi barrio sí me animé a tomar la voz en nombre propio. A formar luego parte de los grupos de trabajo que organizaron las ocupaciones y de los grupos de apoyo de las mismas. En esas asambleas fue donde mis compañeros decidieron depositar su confianza en mí para que les sirviera de portavoz. La labor consistía en redactar escritos para convocar a la prensa y luego atenderla, llevar un blog donde se registraba toda la información generada por la corrala o el centro social, etc.

Las corralas tuvieron una gran repercusión mediática, no así el centro social que apenas fue atendido tan sólo por los medios locales y escasamente.

La primera, cronológicamente hablando, de las corralas había tenido una repercusión mediática que transcendió las fronteras y muchos medios extranjeros se hicieron eco de ella. Eso determinó luego el seguimiento de los medios del país de las siguientes ocupaciones de viviendas. El tema de los desahucios, junto al rescate de la banca por el Estado, estaba en pleno apogeo y los medios generales no podían obviarlo, debían darle algún espacio en los informativos, así como en las horas destinadas a los reportajes y talk show de la amplia programación televisiva.

Esta atención de los medios generalistas favoreció el desencadenamiento de ocupaciones que siguió a la primera corrala. Esta contingencia fue aprovechada por el 15M para propiciar un efecto contagio y que las ocupaciones se multiplicaran primero organizadas por el propio movimiento aunque poco después y por imitación por gente que, hallándose sin vivienda, optó por la ocupación por sus propios medios de las que estaban vacías.

Como una mancha de aceite se fue extendiendo la ocupación y la creación de corralas que llegaron a ser más de veinte, primero en Sevilla capital, luego en la provincia y más tarde en otras localidades andaluzas e incluso de fuera de Andalucía.

A algunas ocupaciones seguía un pronto desalojo. Y este fue el caso de la corrala La Alegría, que tuvo una corta trayectoria de algo más de un mes y pico hasta que vino la policía a echar a los vecinos con un despliegue policial que todos los presentes juzgamos como propio de una operación antiterrorista. Para desalojar a seis familias, niños incluidos, necesitó hacer ostentación de varias lecheras y un número considerable de efectivos reglamentariamente armados con todos los pertrechos. Los medios de todo el país estaban a las puertas de la recién desalojada corrala -que ocurrió de madrugada, para evitar testigos, supongo- a primera hora de la mañana para recoger las impresiones de los ocupantes desalojados, los vecinos del lugar, etc. De nuevo, por segunda vez desde el día que se dio a conocer la ocupación, me vi rodeada de una nube de cámaras y micrófonos. Entre el primer y el último día la portavocía había consistido en atender el goteo de alguna radio, televisión o periódico que solicitaban alguna declaración, alguna intervención en algún debate sobre problemática de la vivienda, etc. Los días, por así decir «estelares», solían ser el primero y el último, el de la ocupación y el del desalojo.

Hasta aquí el hecho anecdótico, ahora conviene una reflexión.

¿Por qué los medios de masas atendieron las convocatorias del 15M en el caso de las ocupaciones de viviendas y no así de otro tipo de acciones? por ejemplo obvió –salvo el caso de la televisión autonómica o los medios locales- la ocupación y desalojo del Centro Social La Soleá.

En el activismo de aquellos días estaban mezcladas gentes sin ninguna experiencia anterior en movimientos sociales ni partidos políticos o sindicatos con quienes ya tenían un curtido pasado de militancia o activismo social. Entre estos últimos había militantes de la izquierda institucional que promovían el pacto con las instituciones y la demanda ante ellas de concesiones en materia de vivienda, a la sazón la consejera del ramo del gobierno de la Junta militaba en IU y muchos militantes de éste partido se hallaban entre los activistas experimentados.

Los activistas con «trienios» sabían mover bien al resto y el resto nos dejábamos conducir como corderitos en la certeza errónea de que no estábamos cualificados para tomar iniciativas y otros, más listos o más expertos, sí. Se hizo empleo del «tactismo» frente a las instituciones.

Lo que se demandaba era un derecho, y se demandaba ante las instituciones, es decir, los medios nos atendían porque no estábamos situados fuera de lo amparado por el Sistema sino dentro de él y reforzándolo. Aunque entonces algunos no fuéramos conscientes de ellos, otros, los activistas con «pedigrí», que en la costumbre del activismo habían perdido escrúpulos o capacidad de reflexión, si lo sabían no les importaba o lo daban por descontado.

Los medios, en particular las televisiones, convierten todo lo que tocan en una «realidad nueva» conveniente al Sistema, no sólo tergiversando los hechos o mintiendo sino desustanciándolo todo. Muchas vecinas de las corralas formaron parte de «la telerrealidad», que en las mañanas o las tardes necesita rellenar horas y horas de televisión, en el que las declaraciones testimoniales fueron convertidas en espectáculo.

De la experiencia conviene extraer una lección, si no varias.

Comunicar la Revolución Integral

Los medios de masas, lo sabemos, son parte del Sistema y a él sirven, por tanto sólo aparecerá en ellos lo que no suponga peligro o riesgo para el mismo o lo contravenga de alguna forma. Si dan cabida en ellos a un tema es:

a) porque el tema es pro-sistema

b) porque no siendo abiertamente pro-sistema no lo contraría

c) porque si el tema tiene algún viso «contestatario» con el tratamiento adecuado puede ser tergiversado, desustanciado, falseado o ridiculizado, y por el afán de hacer creer que existe la libertad de expresión.

d) a todo lo que no sea de aplicación lo anterior, directamente se le obvia, no existe.

Es obvio que quienes pretenden una revolución –esto es un cambio radical y sustancial del orden establecido- no cumplen los apartados a y b.

Como la revolución que se pretende no es una toma de poder, ni sucederá por ello de un día para otro, muchos de los temas que tratamos podrían ser obviados o tal vez no, quizá podrían eventualmente encajar como tema aislado, y no como inscrito en un marco revolucionario, en el apartado c, y ante ello se impone una reflexión.

¿Hacer uso de los medios generales en el caso que se dé la oportunidad o desestimarlos por completo?

En mi opinión, si se diera esta ocasión, optaría por no hacer uso de ellos, porque no tendríamos ningún control sobre lo luego emitido y los «corta y pega» de las ediciones pueden ser mutiladores en exceso y por tanto tergiversadores, desustanciadores, falseadores, ridiculizadores.

A quienes de verdad están contra el Sistema no los llamarán por regla general, por eso, si sucediera, sería motivo de sospecha.

En mi opinión debemos comunicar la Revolución Integral por nuestros propios medios, aunque no tengan una repercusión amplia. Siempre será mejor llegar a pocos de la forma elegida por nosotros que llegar a muchos de manera falseada por otros, a quienes de esa manera otorgaríamos poder sobre nosotros.

En cuanto a los llamados «medios alternativos», ¿qué hacer, participar o no? Depende del medio. Por regla general no son medios de amplio alcance, pero sí tienen una audiencia de gente «inquieta» que constituiría un público objetivo muy propicio a ideas por así decir «no convencionales». Pero no es oro todo lo que reluce en los llamados «medios alternativos» y algunos constituyen lo que se llama «propaganda negra», otros tienen unos orígenes poco claros o encubiertamente reaccionarios. Sería cuestión, a mi entender, de valorar qué medio y en qué tema o en qué momento.

Por tanto la comunicación es un deber que nos corresponde a los que promovemos las ideas de la Revolución Integral.

¿Cómo hacerlo?

Las nuevas tecnologías tienen algunos claros inconvenientes pero ofrecen algunas oportunidades que debemos saber aprovechar. Las redes sociales, internet en general, están hoy al alcance de una amplia mayoría de personas. Debemos sacarles partido.

Se trata de difundir lo ya elaborado, por tanto el esfuerzo vendría de hacerlo de forma que se adecuara a las diferentes personas a quienes pudieran llegar a interesar. Hay quienes no se van a leer nunca un ensayo de muchas páginas escritas en un lenguaje muy culto o florido y hay quienes sí. Hay personas que ya están en un nivel pre-conciente, por así decir, gentes que están muy escamados con el Sistema pero no saben qué hacer y a quienes les faltaría solo un pequeño empujón para unirse a una idea de revolución total. Otros sin embargo están en la inopia y tendrían que «despertar» con una sacudida. Distinto público requiere distintas formas.

Pensando en quienes no leen grandes volúmenes se podrían elaborar resúmenes que incluyeran las ideas principales. Estos resúmenes podrían adoptar forma de folleto impreso o igualmente ser divulgados por la red.

No debemos descartar formatos no escritos, como son: vídeos, comics, viñetas, memes, skechts humorísticos, doblaje de escenas famosas del cine poniendo otra intención en los diálogos, canciones pegadizas a las que se les cambia la letra, o componer –me consta que hay músicos y cantautores entre nosotros- canciones revolucionarias.

Además de escribir ensayos, cortos o largos, escribir novelas, cuentos, teatro, poesía, etc.

Debemos hacer un esfuerzo desde la propia creatividad de cada uno.

Contamos ya con la página web y con los diferentes blogs, los cuales pueden ser, junto con todo lo demás, viralizados a través de las redes si un número importante de nosotros nos dedicamos ratos a hacerlo cada uno desde nuestra casa con nuestros medios pero coordinándonos.

Los más atrevidos podrían animarse a dar charlas en sus barrios, en asociaciones, colectivos, etc. El bis a bis es un método lento pero muy eficiente. Además ni que decir tiene que esas charlas podrían grabarse en video y audio y colgarse en la red y difundirse por ellas. O bien grabar vídeos dónde se expresen opiniones pero en lugar de escritas habladas frente a una cámara, hoy todos tenemos cámaras en los móviles. O grabadas en audio, también tenemos grabadoras en los teléfonos.

Ya sé que a esto último se opondrán muchos bajo la excusa de «me pongo nervioso, no soy capaz». Y a este respecto quisiera añadir lo que ya dije en vivo en el Encuentro del pasado mayo, no somos profesionales de la comunicación ni tenemos que pretender serlo, no queremos ni ser ni parecer lo que los medios son puesto que los medios sirven al Sistema, son Sistema, nada más impostado que un profesional de los medios. Nuestra forma de expresarnos es la nuestra, la de cada uno, la genuina, sin intentar emular a los profesionales, porque ni los admiramos ni valoramos el trabajo que hacen, son las voces de sus amos, nosotros no tenemos amos, somos nosotros mismos y nos expresamos como lo que somos gente común, con nuestros respectivos acentos, con las dudas que son propias de la gente común, pues no pretendemos tener respuesta para todo, eso de suministrar respuestas para todo corresponde, una vez más, al Sistema. Somos gentes del común que habla a gente del común, que quiere juntarse y hacerse Pueblo. Por ello también es importante que seamos muchos y de variados «perfiles» quienes tomemos la palabra. De distintos lugares geográficos, de distintas edades, etc. Una revolución que no quiere líderes requiere de muchos individuos fuertes en virtudes y valientes a la hora de tomar la palabra, no importa si al principio temblamos. Los miedos hay que convocarlos para vencerlos. Me lo dice la experiencia. Al inicio del 15M no era capaz de tomar la palabra en una asamblea y en pocos meses me hice portavoz, si yo puedo puede todo el mundo, basta con lanzarse, si a la primera no sale bien no pasa nada, ya saldrá, no estamos en un casting para locutores estamos comunicando desde la verdad que nos mueve.

Consideraciones éticas

Si detestamos y combatimos las imposturas, la propaganda y el «lavado de cerebro» al que somos sometidos por el Sistema no podemos en ningún caso emularlo. Si el Sistema es, por definición, la mentira, nosotros pretendemos la verdad, por lo tanto que nuestra pretensión sea la comunicación pero no la propaganda en sentido torticero del término, no podemos decir lo que nos «conviene» y ocultar lo que no nos «conviene», ni maquillar la realidad para hacerla más digerible. La verdad por supuesto no es algo que se conquiste del todo, es una pretensión, una búsqueda que nunca concluye, siempre hay que buscarla, jamás se encuentra del todo. Nos movemos en esto como en todo en las limitaciones de lo humano. Desde mi parecer no deberíamos buscar en ningún caso la manipulación de las conciencias, sólo el abierto debate de las ideas.

Cuando viralicemos información debemos tener en cuenta no ser invasivos en los grupos que no nos son afines. Lo sabemos por experiencia del grupo de facebook nuestro donde hemos tenido que sufrir el acoso de, por ejemplo y sin ir más lejos, partidarios de Trevijano dándonos la brasa después de haberles reconvenido para que no siguieran haciéndolo. Esto aparte de no ser ético es inefectivo y hasta contraproducente.

El tema no puede agotarse aquí ni lo pretendo, por el contrario quiero abrir el debate y la reflexión a todo aquel que quiera aportar. Desde el Encuentro hemos creado un grupo de comunicación al que se han unido desde entonces varios compañeros. Si bien nos falta elaborar propuestas firmes y coordinarnos. Hay elaborados algunos memes, aún es poco material el que tenemos disponible, todas las ideas que puedan aportarse serán bienvenidas, no sólo para crear material para la difusión sino porque de seguro que se me habrán pasado por alto muchas cuestiones sobre las que convendría detenerse y reflexionar sobre cómo comunicar la Revolución Integral.

Todo sea porque cese «el silencio de los buenos»

Concha Sánchez Giráldez

Esta entrada tiene un comentario

  1. Roberto Serna

    Gran reflexión Concha. Desgraciadamente siempre tendremos la tentación de «usar a los medios» como si no fuéramos nosotros los que realmente somos utilizados y nuestro mensaje vaciado de cualquier contenido revolucionario.
    Desgraciadamente, aunque yo lo intento siempre que puedo compartiendo puntos de vista «alternativos» en el facebook, se trata de una gota en el océano de propaganda que nos rodea. No hay más que ver que el 99% de lo publicado en redes sociales son corta y pega de noticias aparecidas en los grandes medios o bien memes, videos relacionados con ellos.
    No quiere decir que no hagamos uso de los medios de que disponemos, pero si siendo conscientes que cuales son nuestras limitaciones, incluyendo lo superficial que suele ser el mensaje en estos ámbitos.
    Luego está el tema de la privacidad a la que renunciamos en parte pero bueno, es decisión de cada uno si vale o no la pena. Yo de momento sigo con mi cuenta y voy a seguir con la guerrilla informativa.
    Un fuerte abrazo

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