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  • Autor de la entrada:Enrique Bardají Cruz

Lo que traemos entre manos en la revolución integral es trascendental. Somos más necesarios que nunca. Es un orgullo estar entre vosotros.

Nadie comprende mejor que nosotros el funcionamiento del Estado, su naturaleza. Nadie tiene más claro que nosotros que esta máquina infernal no es una herramienta neutral lista para ser usada en pro del bien. Nadie más necesario en la hora actual que nosotros para decir alto y claro que el Estado de Bienestar nos destruye como seres humanos y como comunidad. Nadie como nosotros para recordarle al anarquismo que su postura socialdemócrata al lado de los partidos políticos de extrema izquierda es un suicidio, una deshonra y una traición.

Nadie mejor que nosotros para explicar la génesis del capitalismo. Nadie mejor que nosotros para desvelar que éste es una creación del Estado. Que éste es su flor de invernadero.

Nadie mejor que nosotros para plantear un verdadero antimilitarismo que ponga sobre la mesa que no hay oposición verdadera al ejército profesional estatal permanente si no se presenta una alternativa. Y la alternativa no es el pacifismo inofensivo, que es falsamente contrario al militarismo al no asumir las funciones de seguridad y defensa y delegar irremediablemente en aquél el uso legítimo de la violencia. La alternativa es el pueblo en armas inspirada en nuestra tradición de milicias concejiles altomedievales. Un poder dependiente y subordinado a las asambleas locales. Es irreal un antimilitarismo que no plantee la autogestión de la seguridad de los nuestros y de nuestro territorio.

Nadie mejor que nosotros para argumentar en contra del feminismo, que no representa la lucha por la liberación de la mujer, sino su esclavitud al Estado y la debacle de la fraternidad, la mutua comprensión y la comunidad. Nadie como nosotros para explicar que la liberación de la mujer no pasa por el neopatriarcado feminista.

Nadie como nosotros para llamar al pan pan y al vino vino en la cuestión del hecho migratorio y para decir sin miedo a la inquisición izquierdista que estamos contra el neotráfico de esclavos, que estamos contra el racismo antiblanco y que queremos sobrevivir como pueblo con nuestra genética, cosmovisión, idiosincrasia, cultura y mentalidad. Para decir alto que nuestra posición es la de la solidaridad con los pueblos saqueados de su mano de obra joven, contra el neocolonialismo que trata a los países como granjas de seres humanos para el mayor poder y gloria del IV Imperio alemán o también llamado Unión Europea.

Nadie como nosotros para decir que la democracia o es directa o no es. Nadie como la gente de la revolución integral para explicar qué es un portavoz y qué es el mandato imperativo que éste porta. Nadie como nosotros para reivindicar el derecho consuetudinario de antaño y el del futuro, el que vamos a forjar.

Nadie como nosotros para explicar que la historia oficial no es la historia del pueblo sino la historia de las élites. Nadie como vosotros para explicar que somos seres con historia, y raíces, y que la historia de los nuestros debe ser contada, defendida y protegida para que no desaparezca. Y para que nos dé fuerza espiritual y sea maestra de vida.

Nadie como nosotros para explicar qué es el comunal y qué no es el comunal. Y el comunal no es la propiedad del Estado llamada pública

Nadie como nosotros para afirmar una ética individual contra el paternalismo, el victimismo y el buenismo. Por la independencia de pensamiento, contra los gurús y dioses en vida. Por la libertad.

Nadie como nosotros, los revolucionarios integrales, para defender el trabajo con las manos. El trabajo libre, individual y colectivo, no asalariado/esclavo y que no alimente a dominadores que pretenden vivir del esfuerzo ajeno para siempre. Nadie como nosotros para defender la ruralidad y la resurrección del trabajo artesanal, comunitario, casero, local, industrial familiar cooperativo no centralizado. Nadie como nosotros para decir con coherencia: no a las ciudades.

Nadie como nosotros para reivindicar la verdad con minúscula, no una absoluta, sino una tangible, real, asequible.

Nadie como nosotros para defender a los árboles, a los niños y la tecnología popular. Nadie como nosotros para rechazar el hedonismo enfermizo y reivindicar una vida de deberes donde la felicidad no se la espera ni se la busca, sino que se plantea ser indiferente a ella. Si viene, genial, bienvenida, pero si no viene, nada cambia nuestros planes.

Ánimo, no desesperéis. Resistid. No os rindáis nunca. Fuerza y valor compañeros. Luchad, luchad, luchad.

Que nuestra Iberia vuelva a ser el volcán que ha sido siempre. Que se vuelva a hablar de sus habitantes por el mundo entero. De cómo le hacemos morder el polvo al Estado.

No cejéis. Jamás. Las caídas son nuestras maestras.

Sé que siempre estaréis conmigo, sé que nunca fallaréis, sé que la muerte, la tortura y el ostracismo no os acobardarán. Sé que nuestros errores y deficiencias no os abrumarán y os harán tirar la toalla; porque no buscamos la utopía al comprender la profunda imperfección eterna de lo humano, sus brutales límites. Sé que estáis conmigo por la libertad razonable, acotada por nuestras capacidades siempre deficientes. Una libertad nunca total, nunca perfecta.

Por el combate eterno. Se os quiere hermanos.

Enrique Bardají Cruz. 3 de agosto de 2024

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