• Categoría de la entrada:General E2016
  • Autor de la entrada:Karlos Luckas

Ha transcurrido un año desde el I Encuentro de Reflexión sobre Revolución Integral y vamos ya camino del II, de forma inminente.

Observo cómo en ese tiempo nuestra realidad externa, la situación política, social, económica, a nivel del Estado y a nivel global, ha vivido cambios importantes, en el sentido de avance en la destrucción de lo viejo o al menos en términos de crecimiento de un caos, cada vez menos controlado por las élites de poder a nivel mundial. Aquí, en lo que llaman España, vemos como el declive de instrumentos dirigidos al control social por el Estado y el Capital, como Podemos, apenas son capaces de mantener un mínimo de credibilidad, al contrario, cae ésta en picado en el mismo ritmo en que muestra su verdadera naturaleza, ávida de poder y de dinero.

Nuestro análisis de la realidad y el diseño de las tareas que se corresponden ya estaban relativamente captadas en el I Encuentro, a un nivel todavía incipiente y algo confuso, pero presentes. Pero un año después se ha avanzado, como corriente de opinión revolucionaria, realmente poco. Hemos, eso sí, confirmado nuestro análisis en sus aspectos centrales del momento histórico: el papel del sujeto, las claves de la autoconstrucción de la conciencia, el análisis político del Estado, la situación internacional, la situación de la economía capitalista en el estado y en el mundo, el islamofascismo, etc., pero faltó capacidad para dar continuidad a un trabajo más colectivo en el marco de un programa de tareas comunes, basadas en una base mínima de transformaciones estratégicas definitorias del concepto de revolución integral, en el aspecto de influencia de tal cosmovisión, como corriente de opinión, y no tanto en su forma organizativa.

El crecimiento de los «factores de revolución» en el Estado y en el mundo, crisis global del conjunto del sistema, con una recesión a nivel mundial brutal de la economía que está echando por tierra todas las visiones optimistas sobre la estabilidad del capitalismo a nivel mundial; de una crisis de los modelos ideológicos de dominación, y una política de mera reacción ante los continuos movimientos estratégicos de enfrentamiento entre las superpotencias imperialistas y sus títeres. Todo ello requiere y exige el compromiso de aquellos que se consideren en disposición de impulsar análisis y criterios revolucionarios basados en el paradigma de lo que consideramos una necesaria y posible una revolución social integral, planteada lógicamente en la misma escala global, y que atiendan a lo que ya es una necesidad imperiosa: desarrollar la estrategia general de la RSI, con fundamento en el establecimiento de aquellos análisis estratégicos que cada área de conocimiento y práctica requiere. Este es el reto, de hoy y de mañana. Sin estrategia no hay revolución, sin orientación alguna de la actividad revolucionaria, todo trabajo y actividad queda diluido en meras opiniones y experiencias más o menos individuales y más o menos correctas, pero inocuas para el sistema actual de poder. Ciertamente los factores de cambio son poderosos ahora, y lo serán más en el futuro, favorecido no solamente por aquellos elementos objetivos en que se sustenta el poder, sino, y es lo más decisivo, de aquella ideología y marco de creencias promovidas desde el poder como el izquierdismo, populismo, «terceras vías», ismos de todo tipo y sus sustentos filosóficos epicureistas y eudemonistas, que igualmente se encuentran también en una clara retirada. Pero nada acontecerá en el sentido de avance de la revolución si no se dan las condiciones del desarrollo del elemento consciente, del establecimiento de una estrategia, táctica y programa, al nivel en que en cada momento pueda darse, que oriente efectivamente las tareas revolucionarias.

Considero pues esencial para este II Encuentro pasar de las intenciones y declaraciones, a la Estrategia, y de ella, a la definición de las tácticas o las formas y maneras de los caminos concretos que debemos recorrer en cada etapa de la revolución. Ello no significa nada más concreto que establecer un plan o programa de objetivos estratégicos que definen un proyecto de transformación revolucionaria del hombre y del mundo en la perspectiva de una revolución social integral, y ponerse a su desarrollo.

La necesidad de pensar en un modelo social de referencia: la sociedad comunitarista, y las cuestiones estratégicas que ello, plantea la crítica al «mundo feliz», de toda la ideología dominante: felicidad, bienestar, consumo, y todo lo que incluye el modelo de «estado de bienestar». Sin la crítica y superación filosófica de esta idea, no es posible superar los mitos del trabajo asalariado y del «espectáculo» como sistema de vida actual. Conjuntamente a la crítica filosófica a los baluartes del Estado de bienestar, se hace imprescindible idear el modelo social que proponemos que tendría que basarse en los elementos y condiciones siguientes:

  • El conjunto de transformaciones necesarias que se integran en la estrategia, no son posibles sin vencer la resistencia del actual Estado español y el sistema Capitalista que sustenta. Por lo tanto, el objeto central de la RSI no pude ser otro que la destrucción de este aparato de Estado. Éste se sostiene a partir de la actual dictadura de naturaleza constitucional, partitocrática y parlamentarista.
  • La ética de la nueva sociedad debería estar basada en criterios morales que sitúan la autonomía personal de conciencia y acción, y el amor a la humanidad, como ejes centrales, donde prevalezcan aquellos valores esenciales de una sociedad justa e igualitaria, como la entrega desinteresada al prójimo, la viveza intelectual, la valentía y fortaleza, la capacidad para convivir, la modestia, la frugalidad, el autodominio, la solidez de la voluntad y el indiferentismo ante placeres y dolores.
  • La forma de la organización política de tal sociedad debe basarse en la democracia directa efectiva y el autogobierno de los pueblos, con el sistema de asambleas ominsoberanas, con el colectivismo como sistema de producción de los bienes materiales necesarios para la subsistencia humana y de la preservación de la naturaleza. Un sistema que garantice también una verdadera libertad civil y de pensamiento.
  • El modo de vida actual, destructivo de la esencia concreta humana y de la propia naturaleza, debe ser repudiado, y sustituido por otro radicalmente opuesto, que se plantee como objetivo central la integración del hombre con sus semejantes y con la naturaleza, en una forma de convivencia e integración auto-sostenibles. Tendrá que tener las características de una sociedad básicamente rural y popular. Esto plantea seriamente repudiar los fundamentos de la sociedad actual sustentados en las macro-ciudades, la industria, la maquinización de la sociedad y la tecnología, impuestos por el Estado y el Capital para su dominio y fortalecimiento sobre el conjunto de la sociedad.
  • Partiendo de tales premisas, la sociedad humana ha de ser una sociedad frugal, como principio ético, objetivo y racional, a la vez. Se trata de comprender que los criterios basados en los fundamentos de la vida buena, en el combate por una sociedad justa e igualitaria, facilitan construirnos como seres auténticamente humanos, a la vez que preservamos el medio natural.
  • Tal sociedad deberá ser cualitativamente diferente a la actual en lo referente a la relación entre las personas, evitando el enfrentamiento entre géneros promovidos por el Estado y el feminismo. Hombres y mujeres deben estar unidos, amarse y respetarse en pie de igualdad, compartiendo las tareas de la transformación integral del orden constituido, sin sexismo de uno u otro tipo.
  • La existencia de pueblos oprimidos constituyen una realidad hoy, y desde que existe el Capitalismo y el Estado. No puede existir una sociedad libre cuando sus pueblos no lo son. No es posible plantear esto como una cuestión «específica», ni marginal del proyecto de RSI, al contrario, debe formar parte del conjunto de tareas transformadoras esenciales a acometer en la estrategia revolucionaria.

Y ahora ¿qué podemos hacer?: Pues, Ahora, lo que hay que hacer es lo que se debe hacer…, es decir, esencialmente, durante todo un periodo:

  1. Desarrollar planificadamente la estrategia. Que significa ir avanzando en esa tarea de forma dialéctica y compleja. Eso significa que debemos ir progresando de forma coherente, mediante un procedimiento analítico-práctico, en función de nuestras capacidades, mejorando nuestros análisis actuales, completándolos con el estudio de cuestiones apenas desarrolladas e incrementando nuestra capacidad respuestas al desarrollo estratégico, favoreciendo la incorporación de aquellos planteamientos valiosos, sean de nuestros círculo identitario o no.
  2. Vivir de forma revolucionaria. Significa realmente la mejora de nuestra cualidad como seres humanos, y además, como revolucionarios. Ello implica autoconstruirnos como sujetos de calidad, dotados de las cualidades propias de aquellos que deciden afrontar la vida como un reto orientado hacia la transformación radical del mundo actual, con las metas de la superación del Estado y del Capitalismo, en la perspectiva de una sociedad comunitarista, democrática y ecológica.
  3. La resistencia al «mundo feliz». Las condiciones de vida y existencia que hoy nos ha impuesto las élites mandantes en el Estado, y en el mundo, requiere de nosotros una auténtica estrategia de resistencia, de supervivencia, pues la catástrofe humanitaria es la posibilidad más real. Eso significa la negación de toda «utopía» epicureista en cómo se pretende adoctrinar a un pueblo que ya ha perdido esa condición. Se requiere decir la verdad, y prepararse para sus consecuencias.
  4. Ser revolucionario hoy, significa asumir los deberes que impone la actual situación. El avance hacia los objetivos estratégicos no podrá materializarse sin una crítica al politicismo, ideologicismo, cortoplacismo, y todas las variantes del reformismo. Las condiciones actuales son las que son, dramáticas, con una situación casi de pérdida irreparable de la condición humana, y con unos niveles muy elementales del desarrollo del elemento consciente, además de la propia crisis global del medio ambiente. Y, una crisis del sistema capitalista mundial que pone en grave riesgo la supervivencia física de la humanidad, tal y como hoy la conocemos. Por lo tanto, quien hoy considere que el mundo actual debe ser superado desde sus mismas raíces, debe tener como opción clara estar a favor de una revolución social e integral, vale decir, por la vida y la pasión.
  5. El II Encuentro como oportunidad para avanzar en la estrategia de RSI. Cuando hablamos de una Revolución Social Integral, debemos considerar seriamente que nos estamos refiriendo a un complejo proceso de transformación del conjunto de la sociedad, superador de todas las doctrinas sociales de la modernidad, incluyendo el marxismo y el anarquismo y sus propios «modelos» de sociedad «comunista». Ha de ser «superador», no por un capricho perfeccionista, sino porque ha de sustanciarse en la experiencia histórica, y en sus «lecciones», de las cuales el siglo XX nos ha dejado una fuente inmensa de prácticas concretas negativas y horripilantes sobre lo que no debemos hacer, en todas las áreas de la práctica social humana (filosofía, política, ideología, economía).

Karlos Luckas

Esta entrada tiene 3 comentarios

  1. Micael Mirve

    Me gustaría saber que tienes contra el anarquismo y el comunismo libertario, hermano Luckas.

  2. Karlos Luckas

    Hola Miguel, me alegro de saludarte. Respecto a lo que preguntas, debo contestarte que en el contexto de un comentario a un artículo no es posible dar una respuesta mínima y seria a lo que preguntas, por lo tanto me remito a lo publicado por mi en el I Encuentro, en el conjunto de documentos titulado ESBOZO DE PROYECTO POR UNA REVOLUCIÓN SOCIAL INTEGRAL, en particular, el artículo: «Ideología y Revolución Social Integral», en el cual expongo aquellas posiciones sobre las ideologías de la modernidad, en forma de posiciones básicas, pero que te pueden alumbrar todas las dudas que puedas tener a este respecto sobre cual es mi posición. Un saludo afectuoso. KL
    https://es.scribd.com/doc/262975222/3-ideologia-y-Revolucion-Social-Integral

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