He decidido publicar este texto porque creo que puede ser útil a otras personas interesadas en el movimiento por la RI, y para aquellos que asistimos a los dos encuentros anteriores o siguen esta página web y sus contenidos.
Creo, por lo expresado en el encuentro de hace unos días, que repetiré el sentimiento mayoritario de los que asistimos. Pero siento necesario expresar mi experiencia y sensación al respecto, y abordar la disyuntiva estratégica entorno a la creación o no de una estructura determinada, o la necesidad de un cierto nivel organizativo de aquellos que nos sentimos cercanos al movimiento por la RI.
Al comienzo de la preparación del II Encuentro RI sentía que, tras el encuentro del año anterior, este año iba a aportar más de lo que lo había hecho. Eran un trabajo y dedicación desinteresados que creía necesarios, que realizaba porque creía que era lo correcto. Y con el sentimiento de creación y trabajo colectivos, sin reposada ni adecuada reflexión, supuse que otras personas tenían por correcto lo mismo que yo.
Así pues, al Encuentro de 2016 llegué con la idea de que había llegado la hora de que se sumara más gente al proyecto de la página web RI. Además, tenía como lógico que paralelamente se creara una organización temporal y rotativa con el fin de preparar los Encuentros anuales RI. Realmente pensaba que ésta era la mejor manera de continuar con el primer proyecto colectivo en el que participaba.
Tras mi intervención sobre la continuidad de las tareas, durante la exposición de opiniones de cada uno de los asistentes sobre la necesidad de la existencia de la página web RI, ya comprendí a lo que se referían aquellos que criticaban mi propuesta sobre la continuidad de las tareas y la página.
Si bien es cierto que con anterioridad ya me había planteado en repetidas ocasiones qué era la RI. También acerca de mi participación, en la página y en la organización de los encuentros, y sobre qué relación existiría entre mi persona y cualquier colectivo. Por lo que algunas de las dudas con las que llegué al Encuentro creo haberlas disipado. Otras persisten, pero siento que cada vez las dudas que me asaltan al respecto son de mayor calado y profundidad.
La verdad es que considero que tenían razón aquellos que criticaron mi propuesta, y me ayudaron a comprender un poco más que es la RI, y qué significado tienen la página y los encuentros.
La RI es universal, es la revolución, y como tal nadie se debe poner como su representante o líder, cada uno y todos los que creemos en su necesidad y valía lo haremos, y si no nadie. No puede haber un grupo u organización a cargo de nada, ni de contenidos ni de modos de actuar. Todo debe ser a iniciativa individual, y por grupos que por ellos mismos quieran hacer cualquier cosa, simplemente en nombre de sí mismos. Ni pueden crearse formaciones oficiales ni oficiosas, que, ni con la mejor de las intenciones, aspiren a representar, organizar o liderar el movimiento por una revolución integral.
Si se pretende imponer contenidos o ponerse de acuerdo en estos, se estará creando una ideología, una doctrina, ya que una vez de acuerdo sobre estos, habrá que estar con ellos o contra ellos. Se pueden tratar unos puntos mínimos, pero muy básicos y sin imposición. Y si se crea una organización o estructura permanente que pretenda representar de cualquier modo a la RI, está será la raíz de un partido «revolucionario», el principio del nuevo estado reaccionario.
Así, lo que se llama RI, que se podría llamar RST (Revolución Social Total), CHH (Cambio Holístico de la Humanidad), RAPP (Revolución Popular de los Pueblos Auto-organizados), MAVL (Movimiento por el Amor, la Libertad y la Verdad) o de otras cuantas maneras más, ha de ser una meta personal o/y colectiva. Una meta que una a todos aquellos que quieren una transformación cualitativa del sujeto y de la sociedad, que tengan una cosmovisión opuesta a la institucional. Que creen en la superioridad de los valores espirituales, y que van a aportar su trabajo y esfuerzo desinteresado para luchar por lo bueno y lo verdadero, por la vida, por la naturaleza, por lo mejor de lo humano y por la Humanidad misma.
En resumen, tanto esta página como los encuentros deben ser espacios para el contacto interpersonal, exposición y difusión de contenidos, el debate-aprendizaje, el trabajo colectivo y, por supuesto, la autoconstrucción del sujeto. Cualquier proyecto que aspire al establecimiento de estructuras y/u organización será contraproducente, tanto a nivel personal como social.
Construyamos y vivamos, pues, esa nueva práctica y cosmovisión revolucionarias.
Un abrazo amigos
«A la revolución –escuela de heroísmo, espiritualidad y humanismo- debemos darlo todo.» Félix Martí Ibáñez
que cierto es eso..mil gracias amigo!!!!!!!!!