• Categoría de la entrada:General E2016
  • Autor de la entrada:Félix Rodrigo Mora

Lo básico y previo es comprender los muchos componentes de positividad (sin olvidar los de negatividad) que tiene la situación hoy, en lo objetivo y en lo subjetivo. Los próximo años (3-4 años) serán, en un sentido u otro, decisivos. Si en ellos logramos establecer los fundamentos del proyecto y el programa, en la forma de un cuerpo argumental mínimo pero suficiente, y si a esto unimos procedimientos para publicitar nuestro ideario de la manera más multitudinaria posible, ampliando el número de personas y equipos que se compromete activamente con él, estaremos en condiciones de, al cumplirse tal plazo, elevarnos a una nueva etapa estratégica, de metas particularmente esperanzadas y ya decisivas(1). Podemos lograrlo si acertamos, o podemos fracasar si desacertamos.

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Para cada uno de ellos es necesario elaborar un argumentario, esto es, un cuerpo mínimo suficiente de análisis, interpretaciones y propuestas, abierto y siempre en construcción, dirigido a la gente común. Éste ha de ser, por un lado, objetivo, verdadero, y por otro, transformador, propositivo y de naturaleza revolucionaria. Lo primero es lo fundamental, pues son los hechos, la práctica social, la que nos dará o quitará la razón, como siempre sucede a fin de cuentas.

Las materias que tengo por más decisivas se enumeran a continuación.

Una. La consolidación dinámica de un mega-poder del Estado y la gran empresa multinacional de unas proporciones aterradoras, para conformar un régimen de dictadura total con degradación total de la sociedad y de la persona. Hoy la lucha por la libertad se sustancia en la resistencia a ese super-poder despótico. Lo mismo puede decirse de la pelea por verdad, por un orden convivencial, por la virtud cívica y personal, por un sistema social asentado en valores, por una sociedad convivencial y por la calidad autoconstruida de la persona. Es el gran problema de nuestro tiempo. En él tenemos bastante desarrollado. En esta cuestión, la del estudio del Estado con fines revolucionarios, somos una potencia reflexiva y emisora de contenidos, lo que hay que evaluar, sistematizar y elevar a un nivel superior.

Dos. La juventud y su situación. Las personas menores de 35-40 años han sido y están siendo «educadas» en unas condiciones anómalas, deshumanizadas, por los poderes despóticos imperantes y muy poco o apenas nada por sus iguales (familia, amigos, compañeros, vecinos, etc.). Conocen, además, una situación vital muy peculiar, difícil ya y que empeora, con 500.000 jóvenes que han emigrado. Comprender a la juventud es comprender nuestro tiempo, y difundir entre ella las formulaciones y propuestas que nos identifican es la tarea más importante a realizar. Entender el presente/futuro es inteligir las condiciones de existencia de la juventud. Esta es quizá la cuestión ahora más decisiva, e incluye escrutar el sistema educativo, en sus diversos niveles, en particular la universidad. Producir materiales de diversa naturaleza sobre la juventud y, más aún, centrar nuestra atención en ella, es de una importancia colosal.

Tres. Hacer balance de las luchas «anticolonialistas» y «antiimperialistas» habidas desde 1945 hasta hoy. Desmontar la interpretación prevaleciente y formular la línea a seguir en esta cuestión considerando el conflicto entre las superpotencias, EEUU/China, el lugar de la UE, los países emergentes y la función del colonialismo islámico, sustentado en los petrodólares. Pero, sobre todo, bosquejar la función de la lucha revolucionaria de los pueblos, de la gente común, como única expresión de antiimperialismo sin comillas.

Cuatro. La crisis de la ciudad y la huida de ella, con las experiencias de los nuevos pobladores que retornan al campo. Estamos en condiciones de ofrecer todo un bloque de propuestas y recomendaciones que puede desempeñar una función de primer orden en esta cuestión, tan importante, también porque es sobre todo asunto juvenil. La base es el repudio de la ciudad, lo que se hará más y más notorio en el futuro. Aquí puede incluirse la preocupación medioambiental, la degradación de los suelos, el consumo humano de plantas y frutos silvestres, las nuevas agriculturas y el cambio climático(2).

Cinco. Necesitamos estudiar modelos de cambio revolucionario en el pasado, una vez que hemos rechazado las «revoluciones» elitistas, capitalistas y estatolátricas, de la francesa a la china, la argelina o la bolivariana, sin olvidar la rusa. La gran mutación altomedieval es útil para esa finalidad. También, ofrecer más información y análisis de su sector consciente, el monacato (cenobitismo) cristiano. Terminar mi libro «Revolución en la Alta Edad Media hispana», sería una buena contribución. Aportar a la sociedad las ideas del cristianismo revolucionario, el inicial, es de enorme significación, para afrontar con éxito los retos del siglo XXI.

Seis. Desde la desintegración del movimiento antiglobalización hace unos diez años este asunto ha quedado semi-olvidado, aunque es primordial. ¿Qué es y qué significa la globalización? Observamos que se están constituyendo poderes unificados a escala planetaria, capaces de imponerse a miles de millones de personas, que uniformizan todos los aspectos de la existencia, incluyendo las lenguas. Los aterradores fenómenos de la homogeneización y la aculturación, de la destrucción de las culturas y la extinción de los pueblos, con quiebra de lo local y lo autoconstruido, así como la conversión de los seres humanos en clones, tiene que ser objeto de especial atención.

Siete. Estudio filosófico-ideológico de las tres grandes cuestiones de la condición humana, la libertad, la verdad y el amor. Son el fundamento de una revolución total, y la base de un orden social axiológico, o sustentado en valores. Necesitamos tener unos pequeños tratados de cada uno, breves pero enjundiosos, que los sitúen en el ahora, en el siglo XXI. Aquí es muy urgente y muy decisivo disponer de un cuerpo argumental mínimo y conciso pero suficiente.

Ocho. El asunto del trabajo asalariado, principal y cardinal modo de embrutecimiento, dominación y degradación de la persona hoy (además de explotación), tiene que ser tratado de manera sistemática, para hacerlo el elemento decisivo del proyecto anticapitalista, contra el «anticapitalismo» de la izquierda subsidiada por la banca, que se sustancia en más consumo, más «derechos sociales» y más dinero. Hay que formular un programa integralmente anticapitalista, que parta de una comprensión del capitalismo hoy, no en el pasado.

Nueve. La ética y los valores son decisivos, por cuanto no hay modificación posible de la sociedad sin un sistema de fines y metas personales y sociales que tengan en cuenta la noción de bien moral. Esta materia tendrá que ser muy tratada en los próximos años, conforme a un plan específico para ella, aunque sin olvidar que la ética es un saber práctico, una experiencia y un modo de vivir. Aportar hoy a la persona una preocupación axiológica y ética es parte primordial de su proceso de reconstrucción. Particularmente cuidadosa ha de ser la atención a la moral individual, continuando con lo mejor de la tradición de la cultura occidental(3) .

Diez. Formular una concepción del individuo, una interpretación sobre la persona, de naturaleza integral, a fin de avanzar hacia una formulación acerca de lo que el ser humano ha de reflexionar, meditar y hacer para superar su actual condición de ser nada, para afirmarse como el origen de todo y la meta última de todo, para reconstruirse. Rehacer a la persona en un tiempo en que los mega-poder constituidos se han propuesta nadificarla, deshumanizarla y envilecerla es una de las más decisivas y hermosas tareas del proyecto de transformación total suficiente. La meta ahora es pergeñar un proyecto de revolución interior, o revolución espiritual, que centre al sujeto en sí mismo con proyección afectuosa hacia el otro y hacia la sociedad. Hemos escrito y hablado bastante sobre ello pero hasta ahora hemos hecho muy poco: esto ha de cambiar en los próximos años.

Once. Continuar con la puesta en claro y difusión de lo que el pasado inmediato ha tenido de popular, revolucionario y positivo, sus formas asamblearias, instituciones comunales, procedimientos de mutua asistencia, prácticas autogestionadas, libertad asamblearia y respeto por la persona. Como dice un amigo, en ese pasado hubo colectivismo sin negación de la libertad individual, lo que es la clave. Aquí somos toda una potencia, con un cierto número de textos ya publicados, en las diversas lenguas de la península Ibérica y para diversos territorios, y lo seremos más en el futuro inmediato, cuando se publiquen los que están elaborándose. Ahora se trata de planear cómo seguir, cómo consolidar lo logrado, cómo avanzar en su difusión aún mayor, en particular entre la juventud. Ésta es una batalla ya ganada.

Doce. La cuestión de la mujer, de su emancipación integral desde criterios ajenos al sexismo, revolucionarios, éticos y no-desfeminizadores, ha sido tratada con bastante eficacia. Ahí hemos desarrollado una dura brega, que estamos ganando, no sólo por nuestros meritos sino también porque la evolución de la sociedad nos está dando la razón. Hemos prevalecido en la lucha abierta contra el patriarcado y el neo-patriarcado, contra el sexismo (los sexismos) y la simple demencia. Contar con las mujeres, en su plenitud de creatividad global, mismidad y afirmación, sin negarse a sí mismas ni renunciar en nada a lo que son, seres humanos mujeres, y sin degradarse a mano de obra ni a criaturas «protegidas» por el Estado, es de lo más principal para el proyecto de revolución total social-personal. Tenemos que reflexionar por dónde y cómo debemos seguir, para atraer a más y más mujeres al proyecto revolucionario, y, también, para culminar el proceso emancipador de aquéllas en cooperación con los varones. Las mujeres y la juventud son dos pilares de la revolución.

Trece. La economía actual es hiper-compleja, un follón sobre infinitos follones, creado por el mega-capitalismo actual. Necesitamos gente, mejor un equipo, que quiera seguir su evolución y pueda producir análisis y textos. Es duro pero es necesario. En esto se requiere mucho espíritu de servicio y sacrificio…

Catorce. El ir adelantando formulaciones sobre cómo pueden ser los procesos revolucionarios en el siglo XXI, es muy necesario. La adhesión a la idea e ideal de la revolución sólo será amplia cuando seamos capaces de ofrecer una propuesta creíble, razonable y épica de las transformaciones a realizar, en tanto que cambios que darán origen a una sociedad y a una persona cualitativamente mejores que las actuales. Ir esbozando aportaciones a la vía, o vías, para la mutación cualitativa del actual sistema es más importante que nunca ahora porque los proyectos de «cambio» desde el sistema están ya entrando en barrena, lo que está dejando a muchas personas mentalmente libres para comprender nuestra propuesta. Se necesita un «Manual» de lo que es el proyecto de revolución integral, para su difusión a amplia escala.

Quince. El asunto de la destrucción de la cultura europea, lo que contiene la destrucción de la cultura de todos y cada uno de los pueblos de Europa, es otra de las grandes materias de nuestro tiempo. Con la emigración se ha constituido una nueva comunidad popular en los diversos países, multiétnica, que es la potencialmente necesitada de la revolución. Por ello, hay que rescatar, actualizar y reformular el lado positivo de la cultura europea, general y de cada uno de sus pueblos, en su vertiente culta y en la erudita, para a través de ella mejor definir los fundamentos naturales de la política, la moralidad y la convivencia. Eso ha de ser paralelo a la integración de lo positivo de las otras culturas, para mantener el principio del universalismo e integración, propio de nuestra cultura. Una parte de ello es la definición del ser humano desde su condición y esencialidad natural, en tanto que persona, dejando en un lugar accesorio sus particularidades por creencias, orientación, profesión, sexo, ideología, etc.

Dieciséis. La inmigración y la emigración, los grandes movimientos de población que la mundialización de los Estados y el capital ocasionan, tienen que ser tratado con rigor, así como el del racismo, en oposición a todas las formas de racismo y no sólo a algunas. Emigran quienes vienen y quienes se van fuera, y ello ha de tratarse.

Diecisiete. La mala salud, psíquica y física, de la persona media, así como el desarrollo pavoroso de la industria farmacéutica y la medicalización general, con lo que tiene no sólo de peligroso sino de humillante, ha de ser analizado. Hay que hacerlo desde el escepticismo, sin dejarse deslumbrar por propuestas supuestamente «alternativas», fiándolo todo a la experiencia y a la práctica.

Dieciocho. En un tiempo en que los asuntos adquieren una complejidad descomunal, necesitamos afinar en la epistemología, el modo y los procedimientos del conocer. Hay que prestar atención a la filosofía, en particular a la dialéctica, para captar las contradicciones interiores a todo lo existente, considerar los diversos aspectos de lo real, aprehenderlos en su movimiento y en su relación con los otros componentes de la realidad. Aportar una cosmovisión de la complejidad y la dialéctica a la comunidad popular, en un tiempo en que el simplismo mental extremado está siendo promovido desde arriba, es un quehacer que se eleva a la condición de gran cuestión.

Diecinueve. La peculiar fuerza que dentro de las clases populares sigue teniendo la izquierda, caso único en Europa, herencia de la guerra civil y el franquismo, exige un tratamiento. Es verdad que tal influencia está disminuyendo a buen ritmo, y que en las actuales condiciones este asunto ha quedado reducido a un problema táctico más que estratégico, al tender a solventarse por sí mismo a través de la desintegración (teórica, política, organizativa y práctica) de la izquierda como corriente mundial, pero, con todo, un balance de la actuación de la izquierda en los grandes acontecimientos de los últimos cien años, en tanto que fuerza al servicio de las elites españolas, parece necesario.

Veinte. Hay que ocuparse de las acciones reivindicativas, que irán a más a medida que avance la crisis general de la sociedad. Por cuatro motivos, porque es justo, por su importancia en sí, para no dejar el asunto en manos de demagogos o populistas y para ser realmente integrales, tratando sobre el todo de lo humano. En particular, esto es de significación para la juventud.

Veintiuno. No es posible ignorar las tendencias fascistizadoras, que adoptan formas nuevas y variadas. Hay que seguir denunciando al islamofascismo y a sus aliados en Europa. Se necesita culminar el desmontaje del mito base de aquél, al Andalus, aunque en esta cuestión están dándose avances de importancia, a cargo de autores variados. Aquí se están, también, logrando victorias fundamentales.

Hay otros asuntos también importantes pero con los citados basta por ahora.

Sobre los procedimientos de comunicación

Lo previo es señalar qué necesitamos en cada asunto o problema sustantivo de nuestro tiempo: un cuerpo argumental mínimo pero suficiente, justamente el necesario para mantener ante la opinión pública posiciones convincentes, esto es, extraídas de la conexión con la realidad, apoyadas en el sentido común y de naturaleza revolucionaria.

No se trata, al menos por el momento, de escribir extensos tratados sino de estudiar las diversas cuestiones para localizar sus componentes decisivos, refutar los argumentos del poder constituido y sus agentes y formular las proposiciones oportunas, de forma sintética, popular y concisa. Hay que trascender la mera crítica o denuncia, para dar un paso más, el de la propuesta constructiva revolucionaria.

Bien provistos de argumentos en todas las cuestiones centrales, argumentos en permanente proceso de mejora y ampliación, tenemos que ir encontrando el modo mejor de hacerlos llegar, de comunicarlos. De importancia es informar de que nuestra meta no se reduce a crear conciencia, criticar lo existente, culturizar, etc. sino que esto es parte de todo un proyecto, de una estrategia, para revolucionarizar la sociedad, en términos que están por definir pero que serán definidos en los próximos años.

Téngase en cuenta que la victoria consiste en 1) poner a punto un sistema de ideas, o programa, mínimamente desarrollado y completo, que se difunda y publicite con la mayor intensidad y habilidad posibles, 2) constituir experiencias y proyectos que, al menos en cierta medida, escapen al control estatal: cooperativas, grupos de estudio, nuevos pobladores rurales, equipos culturales, redes de ayuda mutua, etc., que desempeñen la función de «zonas liberadas», con las reservas citadas, 3) fomentar en nuestras actuaciones un estado de ánimo y una forma de relación realmente afectuosa y convivencial, que llegue a ser nuestra seña de identidad, 4) esperarlo todo de la calidad, autonomía y creatividad de la persona, sola y asociada, en tanto que ser humano integral, 5) compartir la existencia con la gente común, sin formar grupos elitistas o sectarios pero sin negar la doble naturaleza del sujeto medio y del pueblo, que ahora es a la vez pueblo y populacho, y sin tampoco negar nuestra doble y bipartida naturaleza, buena/mala, 6) confiar en que el desenvolvimiento de la crisis general de las sociedades europeas en el futuro inmediata establecerá las mejores condiciones para el avance del ideario revolucionario

El punto de partida no es desdeñable. Me dicen que algunos videos nuestros han superado las 20.000 visitas, y siguen. Sabemos que muchas personas que por el momento no se manifiestan de acuerdo quedan impactadas por sus contenidos, que continúan fermentando y madurando en sus cabezas y corazones. Otras, que sí están ya persuadidas, no dan el paso de adquirir compromisos prácticos por el momento, debido a irresoluciones, temores, etc., pero una parte de ellas irán cruzando la raya en los próximos años, en especial cuando observen lo difícil e irreversible de la situación de la sociedad, y a medida que vayamos ampliando nuestra capacidad de intervención y difusión.

La experiencia muestra la enorme significación que tiene el contacto personal, la conversación, el dialogar. En puridad, lo deberíamos hacer con todos los que escuchan los audios o videos, leen los artículos o libros, etc. Un contacto personal, incluso relativamente breve, es determinante. Por tanto, hay que buscarlo siempre que se pueda, a partir de todo nuestro actuar previo. Porque una de las actividades determinantes es lograr ir incorporando al compromiso activo a quienes ya nos siguen.

Hay que insistir todo lo necesario en que nuestro sistema no es meramente intelectual, que no se reduce a formular ideas reflexionadas y luego difundirlas. El proyecto de convivencialidad es primordial, para aportar calor humano a las personas, que en el torbellino de la atomización y descomposición social están solas, en un mundo rebosante de conflictos interpersonales, de incomprensiones, odios y falta de amor(4) . Con el tiempo, iremos atendiendo a la totalidad psíquica de lo humano, sin encallarnos en ninguna forma de intelectualismo aunque sin rechazar la inteligencia, de modo que la parte emotiva, sensitiva, estética, volitiva e incluso reptiliana, y algunas otras más, tendrán su lugar en nuestro proyecto, que es total, integral, además de revolucionario.

Una baza y un enorme activo nuestro es, en efecto, la noción de integral. En un tiempo en que lo que se está desintegrando es, literalmente, todo, los remedios sectoriales y las formulaciones parciales pierden atractivo, al ser muy inefectivas. Persistir en lo holístico y global del proyecto estratégico que promovemos es, por un lado, duro mentalmente (debido a la cantidad de asuntos a considerar) pero por otro, decisivo. La otra gran baza es la idea de revolución, cuando ya apenas nada tiene un tratamiento institucional y casi todo propende a empeorar, aunque hay que liberar al término de interpretaciones rancias y horribles, ligadas al politicismo y al economicismo.

¿Qué tenemos enfrente? Poca cosa, por el momento. El sistema de dominación, al corromperlo y degradarlo todo, termina por no obtener las suficientes personas y corrientes organizadas mínimamente competentes para ponerlas a su servicio. Al tirar de todo hacia abajo, hacia el cieno y la nadificiación, incurre en esta contradicción y se auto-daña. Por eso observamos que la acción contra el proyecto revolucionario casi nunca se sustente en la refutación abierta, en el debate leal con argumentos, sino en la censura, la calumnia, la exclusión y la amenaza. Alguno de nuestros perseguidores lo ha reconocido explícitamente, aceptando que en una controversia pública llevada honradamente no tienen nada que hacer. Esta es nuestra victoria más decisiva.

Si nuestro fuerte es lo argumental ahora tenemos que vigorizar y ampliar ese aspecto aún más, sistematizando los cuerpos de argumentos en cada cuestión, y también para el conjunto, a fin de hacernos más y más eficaces en la información, la movilización y la persuasión. Pero nuestra función no es tanto aportar explicaciones y soluciones a los grandes problemas sino persuadir a la gente común de que tiene que ser ella la que se movilice para realizar todo eso, tomando en sus manos y haciéndose cargo de los más decisivos asuntos. Eso significa que lo central reside en fomentar la creatividad e iniciativa de las personas, construyéndose como sujetos auto-conscientes.

La mejora, crecimiento y auto-superación de las personas que estén con nosotros es una de los elementos más significativos a utilizar para autoevaluar nuestro quehacer.

Una meta mayúscula es lograr una masa crítica de elementos comunicacionales(5) (blogs, videos, páginas, libros, actos públicos, intervenciones en las redes sociales, folletos, audios, obras artísticas, etc.) operando a la vez, y difundiendo ideas coincidentes pero en cada caso expuestas, en el contenido y las formas, de manera singular y muy plural. En efecto, tocar aisladamente un asunto hace escaso efecto, pero hacerlo en grupo y coincidiendo en el tiempo, aportando de manera unificada diversos enfoques y diversos materiales, hasta lograr una masa crítica de formulaciones coincidente, es bastante más efectivo. Tiene que haber una acumulación, una masa crítica.

Lo importante, en todo ello, es la calidad de los contenidos y la iniciativa individual, y conviene repetirlo. Llega a la gente lo que es auténtico por su contenido de verdad, y se hace lo que es hecho por alguien. La calidad de lo expuesto se trabaja, con encuentros o conversaciones (directas, por carta, por teléfono, por Skype, etc.) ente personas o en pequeños grupos, para realizar los argumentarios, intercambiar información, documentos o textos, etc.

Idear lemas, textos breves, intervenciones rápidas y similares es necesario. A la vez, hay que seguir produciendo libros (quién se anime a ello) y documentos profundos, aunque por ahora lo más necesario son los materiales sintéticos, que vayan al grano de cada uno de las grandes cuestiones o problemas de nuestro tiempo. Esmerarse en hablar bien, cultivando el arte de la oratoria, y en escribir primorosamente, ha de ser una preocupación permanente.

Un blog es gratis, y quien se sienta capaz debería tenerlo. Entre varios es más eficaz y fácil llevar un blog. Hay que establecer un plan para cada blog que se vaya abriendo, o que ya esté activo, sin preocuparse por lo escaso de los resultados iniciales. Tenemos entre nosotros varios casos de blog de gran éxito, cuya experiencia puede generalizarse. Tendríamos que crear una cadena o bloque de blog, que fueran al unísono en determinadas cuestiones de enorme significación, aunque siempre manteniendo e incrementando la iniciativa individual y la pluralidad.

Tenemos resuelto el asunto de la edición, pero no el de la distribución. Dado que en los próximos años el material en soporte papel que iremos produciendo crecerá tendríamos que pensar en crear una distribuidora, capaz de colocar nuestros textos en, por ejemplo, 100 librerías, de entrada, número que luego podría irse ampliando.

En la cuestión de los individuos contamos con quienes asisten a los Encuentros y con quienes no asisten (que son muchos más, por el momento), y hemos de efectuar propuestas de trabajo a todos. Hay que crear equipos de estudio del proyecto y programa de RI. Nuestro criterio es confiar en el lado positivo de las personas, animarlas a tomar iniciativas y a ser ellas mismas, hacerlas conscientes de sus grandes capacidades y de lo mucho que pueden lograr y realizar simplemente con que se lo propongan y tengan fuerza de voluntad. Si el sistema aplasta a la persona, haciéndola nada literalmente, nosotros tenemos que animarla a que se emancipe y se convierta en sujeto capaz y activo de manera múltiple, al servicio de metas transcendentes y generosas.

Otro quehacer necesario es apoyar todo lo positivo que se haga, por parcial y limitado que nos parezca, dando respaldo a todas las personas y grupos que lo hagan, sean quienes sean, sin hacer distinciones por ideología, militancia política, credo, etc. Tenemos que educar nuestras mentes para evaluar lo positivo/negativo de todo (empezando por nosotros mismos) y a continuación poner el acento en lo positivo, pues la revolución es la suma del total de bien que se está realizando en la sociedad. Hay que organizar la localización y conexión de todas las personas y grupos que efectúen actividades valiosas, aunque lo que hagan sólo sea (o nos parezca) parcialmente interesante, para respaldarlo y apoyarlo.

Ofrecimiento

Quienes deseen que colabore con ellos en tareas de fijación de contenidos o elaboración de argumentarios me tienen a su disposición. Estoy dispuesto a viajar, a desplazarme, a ir aquí y allá, para efectuarlo. A la vez, yo también haré propuestas de variada naturaleza a unos y otros.

Lo dicho: en los próximos años vamos a dar un gran impulso a la acción revolucionaria, sobre la base de la ayuda mutua para la autogestión de los bloques argumentales, las formas óptimas de transmitir nuestro ideario a la opinión pública, de autoformar/formar personas capaces y de ir incorporando a más gente a las tareas. Así pondremos fin al silencio de los buenos.

11-5-2016

(1) Alguna amiga, y algún amigo posteriormente también, han señalado que mis libros, y mis intervenciones públicas hasta hace poco, eran esencialmente pesimistas, lo que contrasta con mi modo de contemplar la situación ahora, bastante esperanzado. Cierto. Se explica por varias causas. Cuando se estudia la realidad contemporánea, y a la persona, en sus manifestaciones más profundas, lo realista es el pesimismo. Hasta hace poco, además, carecía de una estrategia, que hoy tengo, aún muy poco desarrollada pero resolutiva. La respuesta a mi sistema de ideas ha sido mucho más numerosa y entusiasta de lo que esperaba, de manera que he ido recibiendo un buen número de adhesiones, en bastantes casos cautelosas y no comprometidas, por el momento, pero no por ello menos sinceras. Finalmente, la evolución de los factores objetivos y las condiciones subjetivas ha sido tan favorable en los últimos años que su observación produce incluso algo de vértigo. Por tanto, sin abandonar el aire melancólico propio de los análisis más profundos, lo que sería irrealista, me adhiero ahora a un estado de ánimo positivo en el quehacer diario. Desde aquí doy las gracias a quienes me han ayudado a establecer esa dualidad, superando la unilateralidad. Además, los Encuentros, en particular el II, han contribuido mucho a hacerme comprender mejor las posibilidades existentes.

(2) Sobre esta materia tenemos el nuevo libro sobre plantas silvestres que dirige y organiza César Lema, en el que mi parte trata, entre otros asuntos, de la crisis de la ciudad. También está casi acabado, desde hace tres años, un texto que se ocupa de ello, «El impacto de la ciudad en el mundo rural». Puede pensarse en su publicación, sobre todo si alguien se anima a ayudarme a terminarlo.

(3) Uno de los logros del II Encuentro es la constitución de un equipo de trabajo sobre ética.

(4) El éxito enorme, con una gran masa de personas adheridas, que lograron las fraternidades (grupos locales) cristianas en los primeros siglos, I-III, cuando el Estado romano creó, en su desarrollo exponencial, condiciones muy parecidas a las actuales, debe ser analizado y considerado, para aplicarlo a la situación del siglo XXI. Hubo autores paganos que al observar a las comunidades cristianas comprendieron que era el amor en actos de unos a otros lo que las hacía muy atractivas, en especial para la gente más popular, los esclavos y las mujeres, o sea, los sectores oprimidos. Esta experiencia histórica es igualmente valiosa para creyentes y no creyentes.

(5) Otro logro del II Encuentro es la constitución de un equipo encargado de estudiar las tareas de comunicación.

Esta entrada tiene 5 comentarios

  1. Raul Cima

    No quisiera repetir el mensaje anterior que le escribí a Ileana, pero sería para empezar, algo parecido: hay que aprender a sintetizar le visión del problema, si no de tan extenso nos perdemos y no sabemos qué hacer, y nos quedamos en la nada. Y te contestaría amigo, con esas palabras atribuídas a Einstein: «si querés cambiar algo, obra de otra manera a la habitual». Y digo esto, porque acuerdo en general con lo que expresas, pero es toda una visión hecha desda una visión del mundo capitalista, desde su lógica y construcción social, por lo que se nos hace tan engorrosa, larga y difícil de combatir. Y esa otra manera de analizar el problema, lo he sintetizado en el escrito a Ileana y remito allí para no repetirlo, pero es simple: la Humanidad está enajenada, enferma, se ha roto con el equilibrio Natural que llegaba sano hasta los animales y al llegar al Hombre, se desquició, y es el tan bien descrito como una metáfora en el Génesis de la Biblia, «el pecado original», el querer ser como Dioses y dominar al mundo, en lugar de someternos al Orden Natural y adaptarnos al mismo. Para lo cual, solo hay que vivir para satisfacer las necesidades vitales básicas de TODOS los habitantes y abandonar la ambición insaciable de la explotación imparable de los bienes naturales, ya que la misma Naturaleza comienza a vengarse.
    Por eso, aunque la tarea es sumamente compleja y dificil, pero considero que es más simple de lo que la hacemos, si nos hubicamos desde la visión capitalista en la que vivimos, y debemos hacer una mirada diferente, esto es, desde nuestro ser natural y sus necesidades vitales básicas para sobrevivir con dignidad y desarrollar nuestros potencialidades. Y para terminar, nada mejor ejemplo que el que léi de un autor francés que no recuerdo el nombre,cuando criticaba el sistema educativo actual, y decía que debemos hacer como el Jardinero: cuando cultiva un rosal, no planta un palito y le comienza a pegar ramitas, hojas y luego pétalos hasta formar las flor, si no que busca una semilla, la planta, y le brinda las condiciones que ella necesita para desarrollar las potencialidades que lleva adentro. Pues esto mismo es lo que debemos hacer con la Humanidad, actuar como el Jardinero: Denunciar y combatir todo lo artificial y ficticio que se ha fabricado, y rescatar, declamar, promover, los valores y necesidades vitales que necesita la Humanidad para desarrollarse y alcanzar su DIGNIDAD Y ASÍ PODER DAR SUS FLORES.

  2. Hola amigos. No quiero decir nada más que me ha hecho bastante gracia lo que dices Rául de Félix que tiene «toda una visión hecha desda una visión del mundo capitalista, desde su lógica y construcción social». Por lo menos me has sacado una sonrisa. Un abrazo

  3. Raul Cima

    Hola José, no se porqué decis lo de la gracia de mi comentario sobre el de Felix, ya que acuerdo mucho con lo que expresa, solo que es muy extenso y hay muchas cosas que se derivan o son consecuencia del orden social capitalista y que pueden obviarse para no hacer tan extensa y complicada la tarea. Creo que más aportarías al diálogo y al crecimiento, si das tu opinión al respecto. Saludos.

  4. Siento si te falté a ti o a cualquiera el respeto. Te dejo mi opinión a continuación, pero después celebraré que contestes y sigas expresándote, aunque por mi parte no continuaré este debate.

    La realidad es compleja e infinita. Mi mayor respeto hacia Félix es por su inmensa dedicación desinteresada por la verdad, por su amor a nuestro pueblo/s y a lo mejor de lo Humano-universal.

    En las sociedades actuales hipercomplejas e hiper-estatizadas no hay soluciones fáciles para su cambio; en realidad, nunca las ha habido. La voluntad de trabajar por la libertad, el amor, la verdad y lo mejor de lo humano determinará el futuro de la humanidad.

    Espero conocerte pronto y poder charlar amigablemente, quizá en el próximo encuentro. Un abrazo

  5. Raul Cima

    Estimado José, no me has faltado el respeto para nada con tu sonrisa, solo que si me integro a un grupo tan interesante n sus objetivos como éste, me gusta recibir opiniones de todos para aclararse, enriquecerse y crecer. No se quien es Felix, solo lo he conocido ahora por su escrito. Y sobre el tema mismo, no digo que sea fácil la tarea del cambio y ni se si se podrá lograr, solo decía que no debemos analizarla desde la complejidad que la ha construido el Capitalismo, si no desde el mismo Humanismo, analizando las condiciones básicas que se necesitan para su supervivencia , desarrollo y bienestar general, y por cierto contrastando o contraponiendo con la enajenación actual en la que nos metió el capitalismo. Es una tarea inmensa y difícil por lo arraigada y globalizada que está, solo que digo que es más simple vista repito desde el Humanismo. Es mi parecer. En cuanto a conocernos personalmente, será dificil pues soy de Córdoba, Argentina, pero si podemos dialogar. Saludos, Raúl

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