Mientras las personas comunes, vacunadas o no, aún se están recuperando del abyecto espectáculo coronavírico, las maquinarias bélicas de los Estados continúan funcionando a todo tren.

Todos los medios de manipulación de masas occidentales, tanto estatales como privados, de izquierdas y derechas, han volcado su atención en adoctrinarnos en un discurso militarista atlántico (OTAN) antirruso, a favor del imperialismo yanki y de la Unión Europea, como hicieron con Siria hace unos años.[1]

Como explicaba el general prusiano C. von Clausewitz, “la guerra es la continuación de la política por otros medios”, y hoy en día la política, el poder, está más concentrado que nunca. Tanto que existen varias Fuerzas armadas en el mundo capaces de acabar con toda la vida del planeta con solo pulsar un botoncito (situado, verbigracia, en el Pentágono, no en manos de ningún politiquillo ni empresario). Además, tan inmenso es su poder (político, armamentístico, económico, legislativo-coercitivo, cultural, tecnológico, mediático-propagandístico, etc.) que prácticamente nadie les menciona o critica, ni mucho menos les acusa de lo que son: torturadores, colonialistas, explotadores, tiranos, asesinos, ecocidas, imperialistas, genocidas, igual que aniquiladores de pueblos, etnias, lenguas y culturas.

Así pues, por esa misma razón de su poder y capacidad de comprar almas, ahí tenemos a infinidad de títeres, secuaces y lacayos del Estado, como el feminismo,[2] la izquierda, el conspiracionismo, las ONGs, etc., quienes se esfuerzan por ocultar el poder despótico y genocida estatal-militar. Mas la realidad pone a cada uno en su sitio.

De modo que analicemos la situación geopolítica presente, dentro del contexto histórico reciente.

Desde hace unos años se viene desenvolviendo una confrontación explícita e implícita entre los EEUU y China (igual que Rusia como aliada de ésta), pues son las dos superpotencias mundiales, quienes desarrollan una guerra total por el dominio planetario.[3] De hecho, este enfrentamiento es una reedición de la Guerra Fría o Tercera Guerra Mundial, por lo que se debería denominar Segunda Guerra Fría o Cuarta Guerra Mundial.[4]

En la Primera Guerra Mundial colisionaron dos bandos de Estados organizados, los cuales acabaron con la vida de unos 20 millones de personas; así como más del doble de heridos y afectados gravemente. Todo con el fin de aumentar el poder imperialista de cada Estado en una lucha fratricida.[5] En 1919, un año después de acabar la guerra, el bando de las potencias occidentales vencedoras (Inglaterra, Francia, EEUU y otros de menor relevancia) erigió la Sociedad de Naciones con vistas a imponer su Pax romana.

Dicha “paz” obviamente no funcionó y se volvieron a crear dos bandos de Estados organizados en la Segunda Guerra Mundial. Siendo fieles al espíritu de “progreso” de la modernidad, esta vez los Estados acabaron con la vida de unos 62 millones de personas (así como más del doble de heridos y afectados gravemente). El bando de las potencias occidentales vencedoras liderado por los EEUU (muy similar al de la Primera Guerra Mundial) creó la ONU en octubre de 1945 (dos meses y medio después de lanzar criminalmente las bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki), una nueva versión de la Sociedad de Naciones, con la que pretendía otra vez imponer su Pax romana. Pero asimismo necesitaban una organización análoga a nivel militar; por tanto, los EEUU fundaron la OTAN en 1949. Por medio de ambas instituciones internacionales se aseguraban el liderazgo “del mundo libre”, de las naciones “democráticas”; al fin y al cabo, del bando occidental vencedor.[6]

Desde 1945 mismo comenzaba la Primera Guerra Fría. El bando “enemigo” era el “comunista”, liderado por la URSS (ahora Rusia) y, lo mismo que ahora con otros adjetivos, hubo una propaganda tremenda para combatir a los enemigos comunistas en todo el mundo. En esta Tercera Guerra Mundial se calculan unos 100 millones de muertos hasta su final en 1989; así como más del doble de heridos y afectados gravemente. Una vez más fueron dos bandos de Estados organizados los que se enfrentaban, y una vez más volvieron a ganar las potencias atlánticas u occidentales lideradas por los EEUU; por lo que la ONU, la OTAN y el resto de sus tiránicas instituciones se convirtieron en más hegemónicas que nunca antes. Si bien China, forzada a respetar hasta cierto punto las reglas del juego occidentales, ha conseguido ascender hasta convertirse en el nuevo gran enemigo.

Así llegamos a la Cuarta Guerra Mundial o Segunda Guerra Fría, iniciada en 2001 a partir de la “Guerra contra el terrorismo” del bando atlántico liderado por los EEUU, de la OTAN.[7] Su intención inicial era: 1) potenciar sus intereses y eliminar enemigos en Medio Oriente, zona rica en recursos energéticos, sobre todo petróleo (Guerra en Irak, Líbano, Libia, Siria, etc.); 2) lo mismo que en Asia Central (Guerra de Afganistán y otros conflictos menores), zona estratégica fundamental, es decir, el underbelly o “bajo vientre” de Rusia y China, los Estados líderes del nuevo bando enemigo; 3) expandir la OTAN en Europa del Este y el Cáucaso (Guerra de Georgia de 2008 y Guerra de Ucrania iniciada en 2014), la cual ahora están reactivando; 4) así mismo, proseguir la militarización del Sur-Este Asiático,[8] incrementando las tensiones con China (Taiwán, India, Japón, Filipinas, entre las dos Coreas , etc.).

Es ingenuo, patético e infantil, a la vez que manipulador y cómplice del poder, afirmar que debido a determinados acuerdos internacionales el enfrentamiento entre Estados no existe o es insignificante. Ya en Babilonia y el Antiguo Egipto se establecían pactos y alianzas entre diferentes Estados, o entre Roma y Cartago, los cuales se rompían a conveniencia. Si en el presente las principales potencias mundiales se han puesto de acuerdo en lanzar la operación coronavírica es porque se enfrentan a problemas y crisis similares, ante todo, demográficas.[9] Es un acuerdo que beneficia a todos los Estados, como el hecho de restringir el uso de las armas nucleares, el de controlar mínimamente la catastrófica destrucción medioambiental, los convenios aduaneros-comerciales-energéticos, así como los que regulan la explotación asalariada y migraciones, o el transporte marítimo, terrestre y aéreo.

No obstante, la esencia del poder es la misma: el dominio de unos pocos y la subyugación de la mayoría, cueste lo que cueste. E igualmente se estructura por medio de las mismas instituciones jerárquicas, pero cada vez más complejas y colosales;[10] con Fuerzas armadas más capaces, liberticidas y antihumanas.[11]

Volviendo a la Segunda Guerra Fría, lo más publicitado ha sido la guerra comercial de los EEUU contra China,[12] y sus conflictos con Rusia.[13] Aunque el enfrentamiento multidimensional entre los dos bandos es constante.[14] La dinámica es análoga a la Primera Guerra Fría, donde no podía darse un enfrentamiento directo entre Estados con capacidades nucleares, ergo se desarrolló una guerra total (económica, diplomática, propagandística, política, tecnológica, cultural, científico-espacial, armamentística, etc.); a través asimismo de enfrentamientos indirectos (Corea, Vietnam, China, Irán, Etiopía, Cuba, etc.).

Mas los Estados y sus Fuerzas armadas han continuado desarrollando su poder y potencial bélico, desarrollando y evolucionando conceptos, armas, planes, estructuras, instituciones, herramientas, etc. Por ejemplo: Guerra de cuarta generación, Guerra híbrida, Guerra biológica-bacteriológica, Guerra de algoritmos, Guerra urbana, COIN (contrainsurgencia), PYSOP (operaciones psicológicas), CCJO (concepto Capstone), Dominación cognitiva, Guerra asimétrica, uso de Proxys, Ciberguerra, Transhumanismo, Inteligencia Artificial, Vehículos no-tripulados, Guerra en el Espacio, Misiles Láser e hipersónicos, Guerra nanotecnológica, Five Eyes (espionaje total), etc.

Así como multiplicando su capacidad de manipular a sus súbditos,[15] disimulando su creciente poder genocida, creando cortinas de humo y cabezas de turco. Verbigracia, se ha impulsado el conspiracionismo (gracias a Internet, invento de las Fuerzas Armadas de los EEUU) a fin de engañar a una gran parte de la gente común inconformista y disidente; quienes, debido a una falta de esfuerzo reflexivo y de sentido común, acaban por no entender lo fundamental y resultar inofensivos, carentes de cualquier ápice revolucionario.

Mientras tanto el mundo sigue hundiéndose arrollado por la expansión continua de los Estados y sus Fuerzas armadas. Ahora con la Cuarta Guerra Mundial, encabezada por los EEUU y sus vasallos de la OTAN, entre ellos el Estado español, contra Rusia y en especial contra China, pero también contra Irán, Siria, Bielorrusia, Corea del Norte, Pakistán, Kazajistán, Venezuela, Cuba, Argelia, etc.

FUENTE: https://amoryfalcata.com/2022/02/24/rusia-y-la-segunda-guerra-fria/

[1] Desde luego que ningún Estado, militarista y liberticida por naturaleza, es positivo, tampoco el ruso ni el chino. Aunque nosotros, como parte de los Pueblos ibéricos y europeos, hemos de luchar en primera instancia contra nuestros principales opresores, los Estados occidentales.

[2] Gracias al feminismo y a la ideología de género, promovidos en primer lugar desde el Ministerio de Igualdad, ahora las mujeres, homosexuales, lesbianas, transexuales, etc. podrán morir y matar orgullosamente por el Estado español; todo un logro hiperfascista. Véase:         https://www.elperiodico.com/es/madrid/20200306/primera-general-ejercito-alegato-feminista-7878323 y https://blogs.20minutos.es/1-de-cada-10/2016/11/06/el-ejercito-espanol-y-las-personas-lgbt-la-ley-omerta-o-discriminar-de-facto/.

[3] Así lo reconoce abiertamente el Coronel chino del Ejército Popular de Liberación Liu Mingfu en su obra The China Dream: Great Power Thinking and Strategic Posture in the Post-American Era, traducida al inglés pero no al castellano.

[4] Por parte de China también se está incrementando el nivel de propaganda militarista. Por ejemplo, dos de las últimas superproducciones taquilleras chinas han sido dos películas bélicas en las que se enfrenta China contra los EEUU, ambientadas en la Guerra de Corea, cuando ambas potencias puntualmente combatieron cara a cara (https://www.voltairenet.org/article215601.html).

[5] Unos años antes a la PGM, con el propósito de fortalecer el Estado imperialista alemán y conseguir unas Fuerzas armadas potentes, el “Canciller de Hierro” Otto von Bismarck creó el primer “Estado de bienestar” (https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20210521/7465057/bismarck-padre-antisocialista-seguridad-social.html#).

[6] Ya en 1946 estaban definidas las líneas estratégicas principales de la Primera Guerra Fría, mediante las cuales los EEUU aspiraban conquistar el poder hegemónico planetario, como se recoge en el llamado “Long Telegram”, escrito el 22 de febrero de 1946 por George F. Kennan como miembro del Departamento de Estado de los EEUU. Véase:            https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/68/The_Long_Telegram.pdf

[7] El Estado español (con la izquierda, derecha, feministas, etc. en el poder) ha participado directa e indirectamente en todas las operaciones militares y conflictos importantes como miembro de la OTAN, desde la Guerra en los Balcanes o Afganistán hasta el presente contra Rusia. De hecho, el año pasado el Estado, con el gobierno de izquierdas feminista, logró un nuevo récord en las autorizaciones de venta de armas: http://centredelas.org/premsa/espana-continua-impulsando-la-fabricacion-y-venta-de-armas-y-bate-un-ano-mas-el-record-de-autorizaciones-tambien-a-paises-implicados-en-conflictos-armados/?lang=es.

[8] Véase el siguiente artículo de nuestro compañero José Maenza:         https://josefranciscoescribanomaenza.wordpress.com/2015/03/21/ejercitos/.

[9] La mejor obra al respecto es Autoaniquilación. El hundimiento de las sociedades de la última modernidad, de Félix Rodrigo Mora.

[10] Realidad obvia que se constata al contemplar la terrible expansión destructiva del sistema sanitario iatrogénico, del sistema “educativo”, del cuerpo de funcionarios, del sistema partitocrático, del modelo estatal-capitalista-monopolista, del trabajo asalariado estatal y privado, de la digitalización y el modelo tecno-urbano, de la profesionalización de las Fuerzas armadas y su desarrollo tecnológico-armamentístico, de las religiones políticas financiadas por el Estado (feminismo, ecologismo, animalismo, conspiracionismo, orientalismos, entre otros), etc. Verbigracia, el Estado español suponía un 10 % del PIB en el año 1900, un 15 % en 1960 (dictadura franquista), un 30% en 1980 y hoy día supera el 53 % del PIB; de tal manera que en la actualidad casi todo es Estado o está regulado por el Estado.

[11] Al respecto se recomienda la lectura de la obra De la honda a los drones: la guerra como motor de la Historia, de Juan Carlos Losada, pese a sus deficiencias.

[12] Véase: https://www.strategic-culture.org/news/2018/10/06/usmca-new-economic-alliance-formed-to-isolate-china.htmlhttp://spanish.peopledaily.com.cn/n3/2018/0926/c31621-9503877.html, https://www.chinausfocus.com/finance-economy/the-trade-war-as-a-prelude y https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-57364306.

[13] Véase: https://www.france24.com/es/europa/20210302-sanciones-eeuu-union-europea-contra-rusia-envenenamiento-navalny, https://oroinformacion.com/las-sanciones-impuestas-por-eeuu-provocaran-un-aumento-de-la-produccion-de-oro-de-rusia/ y https://www.france24.com/es/am%C3%A9ricas/20210415-sanciones-estados-unidos-rusia-espionaje-elecciones.

[14] La misión imperialista de las Fuerzas Armadas de los EEUU se recoge en este documento público: Joint Vision 2020 – The Pentagon’s Statement on its Mission – approved by President and the basis of Military’s presentations to Congress (https://www.hsdl.org/?view&did=446826). Y algunas de sus propuestas imperialistas son publicadas en los medios abiertamente, como la del Coronel Gary Anderson (https://smallwarsjournal.com/jrnl/art/deterring-and-defeating-chinese-neo-imperialism). Todo ello, por supuesto, con independencia del partido político en el gobierno, ya sean Republicanos o Demócratas; como recogen las múltiples Estrategias de Seguridad o Defensa Nacional de los EEUU, la última de 2018 (https://dod.defense.gov/Portals/1/Documents/pubs/2018-National-Defense-Strategy-Summary.pdf).

[15] La manipulación e ingeniería social es tan vieja como los Estados, véase Maquiavelo. Otros autores más recientes son Gustave Le Bon, Edward Bernays o Theodor Adorno; en un sentido positivo y cuasi revolucionario George Orwell.

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