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  • Autor de la entrada:Víctor Hernando González

Andaba una noche dañando mis neuronas haciendo un uso esporádico del televisor, cuando se produjo el milagro: ¡este aparato me aportó alguna información de relevancia!. Me enteré, a través de un programa, que se había reiniciado la actividad minera en Río Tinto (Huelva), quizá la mina con más renombre de toda España.

Parece ser que la reapertura de la mina, de la que se extrae cobre, se había producido en el año 2017, aunque es ahora cuando la actividad extractiva está siendo más intensa.

El programa continuó mostrando futuros nuevos proyectos de explotación minera en distintas zonas del país.

En días posteriores me dediqué a bucear en internet, para confirmar lo que mostraba dicho programa televisivo acerca del auge de la industria minera en España en los últimos años, y pude comprobar que efectivamente estaba siendo así.(1)

En concreto, parece que hay un especial interés por la extracción de minerales y elementos químicos, como las tierras raras, el cobalto, el litio, el coltán, etc, que posteriormente puedan ser empleados en la elaboración de nuevas tecnologías. (2)

Es decir, una minería dirigida a la potente industria tecnológica, tan ligada a los ejércitos, y a la que debemos que se hayan incorporado en nuestras vidas cotidianas elementos de control y vigilancia perpetuos, como los móviles de última generación, cámaras de videovigilancia, drones … Por supuesto, todo ello disfrazándolo con la excusa de que estos elementos cumplen una función positiva para la sociedad. (3)

Es inevitable pensar que este impulso a la minería vaya a ser aún más intenso en los siguientes años, dentro del proceso reindustrializador previsto desde la Unión Europea para España y que se está viendo acelerado tras el lanzamiento de la Operación Coronavirus. Tal vez el Estado tenga en mente que en un futuro próximo una parte de los camareros que atienden/atendían el agonizante sector de la restauración (y actividades asociadas) del país puedan ser reconvertidos y dirigidos a la industria minera.

Volviendo al programa televisivo en cuestión, he de añadir que, pese a que dicho auge de la minería me llamó la atención, quizá lo que más me impactó fueron las justificaciones que daban científicos, instituciones y compañías mineras para validar el relanzamiento de una de las industrias más tóxicas y destructoras de lo ambiental (englobando en este término, por supuesto, al ser humano). Sus palabras mágicas eran que “se trataba de una minería moderna, y por tanto verde y sostenible” (frase no literal, pero casi, repetida por varios de los intervinientes en el programa). Esta frasecita en cuestión hizo que mi mente se transportase de inmediato hacia el panfleto institucional de moda: la Agenda 2030. (4)

Así pues, decidí en días posteriores volver a dañar mis neuronas releyendo dicho panfleto. Por desgracia no era la primera vez que ojeaba este bodrio cargado de eufemismos y palabrería adornada que nos transporta a un supuesto Edén como los descritos en la novela Un Mundo Feliz o en el Proyecto Venus. (5)

En general el panfleto deja claro que lo tecnológico ha de jugar un papel relevante en la consecución de sus enmascarados objetivos, lo cual es consecuente con la imperiosa necesidad de abastecimiento efectivo de recursos minerales para la industria tecnológica.

De manera concreta, sobre la industria trata el apartado 9, en el que no se esconde el deseo y la necesidad del Estado de reindustrializar el país, volviendo a dotar a este sector de cierta relevancia para la economía estatal nacional y supranacional, y tal vez también pensando en la preparación de una futura contienda bélica entre potencias mundiales (¿puede ser este el momento definitivo para la creación de las ansiadas Fuerzas Armadas de la UE?) (6), pues recordemos que como ha citado Félix Rodrigo Mora en alguno de sus libros, textos y videos, para el Estado, la industria significa disponer de espacios maquinizados en el que mediante pocos y rápidos cambios la labor productiva original a la que se había destinado ese entorno pueda transformarse y cubrir necesidades de tipo bélico.

Pero volviendo a la susodicha Agenda 2030, la pregunta que más viene al caso en este texto es ¿se puede emplear más veces la palabra SOSTENIBLE en menos espacio?

Y después de esta pregunta, aquí viene otra: ¿alguien me puede explicar cómo demonios se hace una minería verde y sostenible?.

Mi formación/deformación académica es geólogo, licenciado en 2007. Me especialicé en Geología Ambiental, una rama VERDE Y SOSTENIBLE de la geología que acababa de nacer en aquellos años. He de aclarar que por entonces mi irreflexión, ingenuidad, frivolidad y despreocupación de cuestiones vitales no me permitían comprender, ni alcanzar a ver el mal que encerraban los Ambientalismos/Ecologismos institucionales, tan íntimamente ligados al mundo académico científico.

Durante los años de universidad visité unas cuantas minas, entre las que estaba la de Río Tinto (en aquel entonces inactiva), lugar deprimente, tóxico y arrasado. También pude contemplar algunas restauraciones mineras cuyo resultado final confería al paisaje un aspecto pobre e igualmente deprimente.

¡Basta ya de palabras engañosas biensonantes!. En mis más de 10 años trabajando para la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid (de la cual me acabo de desligar por voluntad propia), he sido testigo, y en ocasiones partícipe (lo reconozco y me avergüenzo) de la importancia que las instituciones ambientalistas (y no ambientalistas) le dan al lenguaje a la hora de transmitir información a la población o justificar sus decisiones.

Un buen ejemplo de lo anterior es la palabra “prohibido”, cuyo uso se evita a toda costa, siendo sustituida por “restringido” o “limitado”. Además, se abusa de palabras con buen grado de aceptación entre la población como: sostenibilidad (como no), diversidad, responsabilidad, cooperación, integración etc.

Y que me decís de las palabritas contenidas en los títulos de algunos Ministerios: de Transición Ecológica, de Igualdad…

Para más inri se hace un gran esfuerzo para que toda esta palabrería propagandística llegue a la población, en especial a los niños, mediante la llamada Educación Ambiental, a través de actividades ambientalistas adoctrinadoras. Esto último también lo afirmo con conocimiento de causa e incluso añadiré, y me ratificaré con ello en lo ya expuesto, que hasta se llega a seleccionar las edades más adecuadas para que el mensaje cale y moldeé mejor las mentes de los críos. Concretamente entre los 10-12 años, pues como le oí decir a un gerifalte del gremio VERDE “en esas edades el cerebro de los niños es como una esponja”. Aterrador. 

Y mientras elaboran y nos lanzan su propaganda VERDE, la realidad es que la naturaleza que dicen proteger cada vez acumula más nocividades. Desde luego puedo afirmar que en esos más de 10 años trabajando para la anteriormente citada institución ambientalista, la porción de territorio natural que supuestamente protegíamos e intentábamos recuperar no ha sufrido mejorías e incluso ha sufrido la aparición de nuevas alteraciones. Y todo ello suponiendo un ingente gasto de recursos monetarios que me atrevo a cifrar en decenas de millones de euros.

Es lógico pensar que estos juegos lingüísticos, a los que nos someten las élites mandantes, crezcan (aún más si cabe) en los próximos tiempos dado que la fase de creciente destructividad y descomposición en la que nos hemos adentrado, se intentará tapar (se está ya tapando) mediante intensas manipulaciones lingüísticas y diversas propagandas.

Permítanme un consejo, ilustres mandatarios degenerados, a partir de ahora pueden referirse a la “devastación” como “progreso”. ¡Ups!, si resulta que eso ya se está haciendo desde hace mucho tiempo. Ruego me disculpen, pero resulta que entre sus panfletos y demás artilugios difusores de propaganda, han conseguido que las pocas neuronas sanas que me quedan funcionen algo lentas.

Ellos se aferran a las mentiras para mantener e incluso extender su dominio y poder, pues entonces nosotros respondemos buscando la verdad para obrar bien y como acto revolucionario humanizador.

Combatamos sus mensajes manipulativos con palabras apoyadas en hechos y realidades.

Víctor Hernando González

Desde la Sierra Madrileña a 11 de abril de 2021

REFERENCIAS:

(1)

https://elpais.com/especiales/2015/vuelta-a-la-mina/

https://www.abc.es/economia/abci-millonario-tesoro-minero-espana-esconde-bajo-tierra-201906030241_noticia.html

La Junta deniega el permiso de investigación de la mina de litio en Cáceres pero el proceso sigue – El Periódico Extremadura (elperiodicoextremadura.com)

(2)

https://www.abc.es/economia/abci-espana-tiene-reservas-tierras-raras-pero-sin-explotar-201905271418_noticia.html

https://www.elperiodico.com/es/economia/20200829/minerales-tecnologia-espana-vaciada-ourense-matamulas-7851880

(3)

https://elpais.com/economia/2020-04-05/sanidad-podra-comprobar-mediante-su-aplicacion-movil-si-un-ciudadano-esta-donde-declara-estar.html

https://www.abc.es/espana/madrid/abci-policia-municipal-refuerza-control-zonas-confinadas-capital-drones-y-218-agentes-202101250051_noticia.html

(4)

https://www.agenda2030.gob.es/objetivos/objetivo9.htm 

(5)

https://es.wikipedia.org/wiki/Proyecto_Venus

(6)

https://www.europarl.europa.eu/news/es/headlines/security/20190612STO54310/defensa-esta-la-ue-creando-un-ejercito-europeo

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