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  • Autor de la entrada:Lisandro

«Mi cerebro es apenas un receptor, en el universo hay un núcleo del cual obtenemos conocimiento, fuerza e inspiración. Yo no penetré en los secretos de este núcleo, pero sé que existe» (Nikola Tesla)

Nada más profundamente cierto, y urgentemente necesario para entender que la tierra es una escuela espiritual, un lugar para evolucionar, y esa evolución está condicionada al grado de CONEXIÓN con esa fuerza superior.

Energía es también de hecho información, ¿acaso el código Morse no emite energía que a la vez es información?. Así también con cables o sin ellos el moderno sistema de comunicaciones hace lo mismo. Pues bien, el sol emana energía que es a la vez información divina que es decodificada por los seres vivos para ordenarse, con el fin de sincronizarse al flujo del universo, que lo domina todo dicho sea de paso, ya que el 99% es anti materia o sea «nada» y aun rodeado de esa nada los átomos GIRAN CONTINUAMENTE DESDE SIEMPRE, no por casualidad, muchas filosofías, espiritualidades, recalcaron la importancia de esta energía.

Ya Saint-Exupéry en El principito nos dijo: «lo esencial es invisible a los ojos, solo con el corazón se puede ver bien».

La segunda fuerza mas importante después de esa «nada» es el electromagnetismo, que para los ojos humanos es también una nada, pero el cambio de electromagnetismo en solo un mes hace desaparecer los huesos en astronautas si no practican ejercicios atados a una cinta de correr en medio del espacio. Yo afirmo contundentemente que nos alimentamos del electromagnetismo terrestre, en todo el sentido de la palabra.

Y yendo a fuerzas mas terrenales y visibles, como son los alimentos, podemos ver que ellos no solo nos trasmiten nutrientes, si no información de nuestro medio ambiente, y no simplemente información genética, vivimos en un sistema donde software y hardware son una misma cosa.

Por eso los animales (nosotros también) comen para dar su servicio al universo, no para alimentarse, si leyeron bien NO PARA ALIMENTARSE, la función principal es mantener la armonía, cumplir su función en el orden. Los carnívoros, comen a los débiles y viejos. Si mataran para comer, matarían las mejores piezas, por consiguiente matar a un depredador a la larga hará que colapsen los herbívoros. Las leguminosas tienen como función regular las concentraciones de nitrógeno en la atmósfera fijándolo al suelo. En un suelo que está saturado de este mineral, la mayoría de las leguminosas ni siquiera pueden brotar, eso demuestra que un orden gobierna todo, podría dar miles de ejemplos pero la idea es instruir, no aburrir.

Pero ese gran orden, maravillosamente no es estático sino que dinámico, entonces nosotros COEVOLUCIONAMOS CON LOS MICROORGANISMOS, el AIRE, el AGUA Y el SUELO Y si ahora estamos envenenando todo, ¿qué serán de ellos y de nosotros entonces?

Debemos escoger entre la ilusión (estar atado al 1% de la realidad) o la verdad divina (ese extraño 99%). O sea estar conectados o desconectados, yendo a tontas y a locas. La diferencia entre un ser conectado y uno desconectado es la siguiente:

Algunos indígenas decían que la tierra pertenecía a sus hijos.

La civilización moderna dice que la tierra les pertenece y son sus legítimos herederos y dueños.

Los primeros mantenían su población deliberadamente baja, porque su confianza estaba puesta en la naturaleza que todo lo provee y no en las posesiones que todo lo impide.

Los segundos crecieron exponencialmente como plagas, comiéndose el mundo, colocando toda su fe en la ciencia y la técnica, eliminando casi por completo a la naturaleza para dejarnos desnudos ante el poder puro y duro.

Los primeros practicaban el cultivo natural, que permitía mimetizar las especies útiles dentro del flujo total de la selva, por eso, ingenuamente, muchos piensan que la amazonia es un territorio virgen, cuando en realidad los indígenas modificaron ejemplarmente mas del 30% de ella, pero con las leyes de la misma selva lo que no permite distinguir la diferencia, ya que no generó degradación ni pérdida de biodiversidad. El único resultado diferente fue que las especies útiles para el ser humano (cacao, castañas, frutas, açai, piquia, etc.) están en mayor densidad entremezcladas con otras.

Mas del 90% de las tierras agrícolas del mundo eran selvas (jardines del Edén), y ellos respetaban esa vocación forestal de la naturaleza, aprovechaban un claro que se generaba en la selva para crear una parcela de cultivo momentánea, donde plantaban todo, mezclando especies anuales (mandioca y otras) con árboles frutales y castañas amazónicas, entonces cuando terminaban de cosechar las anuales dejaban que la naturaleza tomara el control y se formaban hermosas selvas frutales que aun en algunos lugares existen como testimonio vivo de la mano de seres conectados al Gran Espíritu. Quien esto escribe tuvo el privilegio de vivir y caminar por esos lugares en la selva.

Nativo y castaña Miguel Moran

– La castaña es uno de los frutos más valorados por los nativos en la Amazonia (fuente: Miguel Jose Moran Moran) – 

Los animales también practican el cultivo natural consciente, no son «dispersores» como la ciencia dice, si no, los árboles no les confiarían sus semillas, a simples tontos que las tiran en cualquier lugar.

Los segundos, creyéndose inteligentes, destruyeron cientos de millones de hectáreas para plantar pastos forrajeros y colocar ganado o soja…

Los primeros saben que la verdadera civilización es interior, es ahí donde se puede crecer indefinidamente, ese es el verdadero desarrollo sostenible.

Los segundos precisan generar cada vez mas especialistas técnicos para exprimir y posteriormente eliminar a la naturaleza, para que todo sea antrópico.

Los primeros saben que debemos cultivar nuestro ser para volver a reverdecer nuestro paraíso llamado planeta Tierra. Para hacerlo es preciso dominar al ego, y para eso hay algunas herramientas muy útiles y milenariamente conocidas: el AYUNO PROLONGADO, LA MEDITACION, la AYAHUASCA, entre otras. Para que desde dentro para afuera, desde lo simple a lo complejo, nos convirtamos en personas verdaderas, personas reconectadas.

Los segundos ni soportan el silencio, menos todavía cualquier tipo de práctica reflexiva y contemplativa.

Los primeros saben que el principio universal es el amor expresado como ley practica a través del apoyo mutuo.

Los segundos piensan que su poder es el centro de la existencia.

Estamos al servicio del orden superior queramos o no, o sea es un mandato imperativo, somos guardianes de Gaia, y debemos pagar nuestra cuenta, regenerándola de tanta insensatez destructora.

Seguir los principios del Gran Espíritu en la práctica significa fundar sociedades comunitarias agroecológicas, si estas bases están suficientemente entendidas desde el corazón, los problemas se diluyen, por ejemplo, el económico. Ya hace mucho tiempo que los sectores sociales estérilmente discuten sus propios sistemas ideales, y ahí empieza la controversia, que dinero si, que dinero no, etc. Pero si nos centramos en que la asamblea , comuna, es la que decide las necesidades por libre acuerdo mayoritario, y que también ella resguarda y utiliza el dinero, de hecho no se reconstituiría el capitalismo, ya que no habría administración individual, ni familiar, ni estatal de esa herramienta de intercambio, además que la misma seria mas bien una lista (base de datos, digital y/o análoga) del debe y haber de «vales de tiempo de trabajo» necesarios para producir tal o cual producto. No estoy diciendo que sea necesario el dinero, menos aun deseable, lo que digo que si entendemos cómo debemos proceder de una forma comunitaria esa discusión es irrelevante, discutir economía es discutir quimeras, lo que hay que saber es que el orden del universo es comunitario-holístico-libertario si mantenemos el foco en la sabiduría de ese poder superior, no se puede fracasar, ese orden no se equivoca, o como diría Einstein: «dios no juega a los dados». Entonces asumamos la mayoría de edad y dejemos nosotros de jugar a los dados, queriendo inventar sistemas sociales (socialismo, capitalismo, etc.) que no son mas que chivos expiatorios para ocultar nuestras bajezas (egoísmo, soberbia, avaricia, etc.).

La economía es algo demasiado insignificante como para tener que crear economistas. Que en la sociedad actual estos sean los gurúes que trazan el rumbo, solo indica cuan decadente está ésta sociedad. Si vemos sociedades antiguas, había algún mínimo de división del trabajo, pero dentro de las especialidades no se encontraba los economistas. Había si, curanderos, gente que sabia plantar ciertas cosas, o conocedores de las selvas, etc., pero economistas! ja! cualquier persona que tenga sentido común, lógica, y que sepa las cuatro operaciones básicas de la matemática puede ser parte de consejos de coordinación de la contabilidad, existencias y necesidades de materias primas y productos. En una sociedad sana, eso basta.

El ser humano tendrá que entender que sólo es fuerte si está dentro de una comunidad, por ejemplo si una persona está gravemente herida, por mas que sea muy fuerte y musculoso, si esta sola no podrá llegar hasta alguien que atienda las heridas y morirá desangrada, pero en el caso contrario donde la persona es bien débil, pero vive en comunidad, podrá ser asistido por otros y probablemente sobrevivirá.

También necesitamos reflexionar sobre la deriva geográfica humana, el hombre es un ser de Ecotonos, o sea de márgenes entre un ecosistema y otro, donde predomina una mezcla de la biodiversidad de ambos, lo que posibilita una gran biodiversidad alimenticia para mantener nuestra voracidad como especie de gran porte. Y somos de clima tropical y sub tropical, pudiendo vivir en primavera verano en las zonas templadas. Esto SIEMPRE FUE ASI, todas las culturas antiguas lo saben, saben que su casa es el Clima Cálido, por eso es que ellas mismas no se consideran nómadas. Varios relatos de indígenas nos informan del asombro que les produce que los llamen nómadas, mientras que ellos dicen: «nosotros no nos estamos mudando, nosotros tenemos una casa grande»; es la simple inteligencia de seguir al Sol lo que hace solo un par de miles de años perdimos, muchas otras tribus migraban también en la época de reproducción de parásitos, o para mantener el equilibrio del ecosistema, en fin, solo se puede vivir sedentario, de forma sostenible, en ecosistemas tropicales o subtropicales, altamente conservados y en baja densidad.

¿Acaso nunca se preguntaron por qué los pueblos nórdicos eran tan navieros?, porque precisaban salir de ese frio de alguna forma, viajar, escapar. La mayoría de los pueblos tropicales no lo eran, no precisaban, salvo los polinésicos que precisaban porque vivían en territorios diminutos, y si no saltaban de isla en isla, se producía endogamia y desabastecimiento.

Otros pueblos del extremo sur de Argentina y Chile, eran en realidad exiliados, de pueblos mas al norte que fueron expulsados por malas conductas, y estos reiteradamente intentaban volver para salvarse del eterno invierno y sufrimiento.

Al ser animales tropicales, nuestra alimentación natural es principalmente arbórea: frutas, frutos secos, después vegetales varios, y solo en el peor de los casos cuando los alimentos escasean, se comían huevos y pequeños animales. Estos, al igual que los cereales, son alimentos de supervivencia que nada tiene que ver con nuestra alimentación natural ya que sino podríamos comerlos crudos y no es el caso. Somos frugívoros, los inuts son los únicos que tiene enzimas para digerir alimentos animales (peces que comen crudos) por que su organismo fue presionado genéticamente por su aislamiento, a alimentarse solo de carne y musgo, pero son casos extremos que no se repiten en ningún otro grupo humano.

Tenemos como paso inicial y fundamental re-conectarnos, reabsorber la sabiduría divina, inmediatamente y en paralelo repoblar, regenerar (reforestar y plantar árboles frutales y frutos secos) nuestros territorios, para poder verdaderamente vivir según nuestra naturaleza.

Aceptemos en ese camino ser señalados con el dedo o cosas peores, yo ya sé que, cuando digo que siento profunda conexión con el universo y la naturaleza, la gente piensa que soy muy espiritual. Pero cuando digo que ese universo y esa naturaleza a la que estoy conectado está siendo hostigada, amenazada, y destruida por la forma de vivir y de actuar de la gente urbana y tecnófila, me señalan tanto hippies como yuppies, derecha o izquierda, blancos o negros, como un extremista, fanático, radical, y sucede eso principalmente, por que yo hablo de que es la gente que individualmente día a día toma pequeñas malas decisiones es la que está destruyendo el planeta, y no «el sistema», porque el sistema no es nadie, es fácil echar la culpa a un ente inmaterial, pero lo mejor, lo mas maduro, es hacer ver que son los seres humanos de carne y hueso, que por millones, están dejando escombros de lo que fue este paraíso.

Abrazos

Lisandro desde Brasil

Anexo

Carta de un nativo a un ganadero

Quemas la selva porque no puedes tolerar que todavía aun comprando la tierra, los animales y plantas, que tu llamas salvajes, ni se enteran ni obedecen tus caprichos y locuras. Pones en su lugar, pastos, ganado y empleados. Creas un infierno a tu imagen y semejanza, sin alma, corazón, ni belleza.

Por el contrario yo, solo estaré muerto cuando la selva lo esté. Porque yo soy selva, y luchare sin tregua contra tu locura, y si logro que la primavera siga siendo florida, que los pájaros no abandonen su canto, si las pisadas de los animales siguen acompañando mis pisadas, si no cesa el estruendo de las aguas al caer de los saltos, ni de murmurar en los arroyos, y si el aire sigue llevando la brisa purificadora y fresca de las mañanas, y el viento tempestuoso e incesante de las tormentas, y llena mis pulmones con el aroma de la selva, entonces seré inmortal.

Esta entrada tiene 3 comentarios

  1. Roberto Serna

    Si que es bonito el texto, aunque no argumenta nada en favor de que «somos frugívoros» por naturaleza ni da ningún ejemplo real de ello (tampoco de donde saca eso de que sólo los inuits pueden digerir la carne…¿?). Por lo que yo he visto y leido, la caza es imprescindible en todos los pueblos no agricolas y por ejemplo entre los Yanomamis, el pueblo jaguar, un buen mono asado es un manjar exquisito.
    Un buen libro sobre el tema es «Bueno para comer» de Marvin Harris.
    Ver con el corazón no significa cerrar los ojos…

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