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  • Autor de la entrada:Alberto Melchor

Muchas veces (por no decir siempre) es la experiencia la mejor maestra que se puede tener, mucho mejor que teorías que puedan salir de la cabeza de nadie. Quiero compartir con vosotros una historia, la mía en este contexto, porque sería interesante que intergeneracionalmente compartiéramos ciertas experiencias los que llevamos algún tiempo «metidos» en esto que os estáis embarcando algunos ahora. Y digo metidos entre comillas porque en cuanto ves que se pone la cosa chunga te sales y buscas otras alternativas como, por desgracia, suele pasar. Lamento si suena un poco paternalista, que últimamente esta (o estaba) mal visto.

Yo en una época estuve en grupos como la CNT que se decía anarquista y sus discursos de libertad me emocionaban (los de algunos del grupo que eran buenos en el discurso), lo que no me gustaba tanto era lo de las manis (aunque luego se leía un manifiesto que solía ser emotivo, como dije). En cualquier caso yo quería dar el salto de una vez y poner en practica algunas de las teorías. Aunque no comulgaba con todo el discurso, si con el grueso del mismo. No entendía ciertas contradicciones, como el discurso del trabajador, que es por definición (la suya) sumiso, lo que no cuadra con lo de no-al-poder. El caso es que entre ellos no encontraba una salida a mis intenciones emancipadoras y la encontré finalmente en otro movimiento que luego describiré. Entre estos dos puntos pasé por diferentes «movidas». Como por ejemplo algún evento de tipo ecologista, alguna cosa anti-estado muy minoritaria y también procurando aprender a cultivar por mi cuenta. Además seguía atentamente canales por Internet y gente que salía hablando y dando conferencias sobre «la verdad», nueva ciencia, medicina alternativa, filosofía, espiritualidad… así como esoterismo y ese tipo de cosas. Todo esto no llego a convencerme (excepto en el tema conceptual los estudios de Nassim haramein) pero fue un buen punto de partida. Cuando empecé la aventura de verdad fue a partir de lo que Enric Durán denomina el 17S. Un movimiento iniciado por alguien en solitario (eso en la época no era un estigma, no sé si lo es ahora).

Fueron grandes momentos y fue una movilización bestial en cuanto a lo materialmente realizado (visto desde la perspectiva actual que lo poco nuevo que se hace, si se hace algo, a penas sale de las pantallas de los dispositivos móviles ;P). Lo que se hizo entonces no fue salir a la calle a manifestarse ni ese tipo de cosas, era un movimiento que pretendía hacer el cambio no yendo en la contra si no construyendo, al menos en su inicio. Recuerdo que unos meses antes de participar activamente en ese movimiento estuve en una conferencia que dio Félix Rodrigo Mora en la CNT Salamanca. En la cual se manifestaba muy crítico del movimiento iniciado por Enric Durán y todo el movimiento anti-sistema (o antiglobalización) del momento, por culpar éste de la mala situación a las grandes empresas y no al Estado. FRM ha cambiado bastante de actitud desde entonces, a mi modo de ver, ya que ahora suele optar por ser muy benevolente con los movimientos legítimos que son críticos con el orden establecido (demasiado quizás ;P). Lo que no ha cambiado es su discurso anti-estado, y el tiempo ha puesto de manifiesto la solidez del mismo.

Ya me he desviado un poco del tema, porque de lo que os estaba hablando era del 17-s y del movimiento iniciado entonces. Aquí voy a procurar ser escueto ya que lo que pasó en los tres o cuatro años siguientes da para largo.

Enric Duran tras pasar algunos meses en prisión formó un grupo de gente que trabajaba diariamente por la revolución (el cambio social o como queráis llamarlo). La gente que pasaba por el movimiento iba cambiando (él no, claro está LOL). Yo hice mi primer contacto en el encuentro de Ruesta en el que en un pueblo abandonado, en unas instalaciones de la CNT (estoy hablando del 2010 más o menos), se autogestionó un campo de actividades y encuentros fraternales entre «verdaderos» (siempre hay algún despistado) compañeros que nos pusimos manos a la obra en la decostrucción del actual estado de las cosas y la construcción de una nueva sociedad. La palabra clave en ese tiempo era auto-gestión (luego una de sus derivaciones fue el empoderamiento). La auto-gestión (también estaban las okupas) era la bandera, y lo fue durante los años posteriores, de casi todos los fenómenos que desde la base de la sociedad pretendían dar un vuelco al estado de las cosas (¡Que eran potentes en la época!). La autogestión lo permitió así mismo y, permitidme especular un poco, quizás fue por ello que desde las alturas se ha limitado tanto las posibilidades de emancipación las nuevas generaciones, dejémoslo ahí.

Siguiendo con el tema de la auto-gestión. Autogestión (y esto también daría para largo) significaba ponernos de acuerdo en todo, debatir, reunirnos en círculo decenas de personas, sin conocernos primero y luego conociéndonos con el tiempo, venidas de diferentes partes de Cataluña, algunos atrevidos de fuera y otros, que si bien estaban ya en Cataluña no provenían de España (recalco que mucha de la gente de estos movimientos no suele ser Española, si a alguien le interesa saber por qué, se podría hacer un pequeño estudio, lo digo sin querer trasmitir nada mas allá de este hecho a parte de que es un dato a tener en cuenta, ahí lo dejo (obviamente ni eran chinos ni negros por si hay algún despistado)). Los debates (mayoritariamente en catalán, con lo que me tocó aprenderlo, lo cual agradezco :P) y encuentros, se hacían de forma mensual más o menos, y las asambleas más frecuentemente. Cuando salía un recurso (es lo que tiene la autogestión que sin recursos no hay nada que autogestionar) se formaban grupos para darle salida. Fundamentalmente se necesitaban lugares para realizar las diferentes actividades (Había recursos porque el movimiento se conocía: como ejemplo las publicaciones Podem y Revelaus y las notas de prensa).

Las asambleas eran largas pero amenas, se procuraba llevar la comida entre todos o un grupo se encargaba y se respetaba el turno de palabra. Espontáneamente (o designando a alguien) se moderaba y sobre todo había mucho respeto y ambiente afable, con manifestaciones de afecto, jovialidad y sentimiento de grupo y unión. Creo que es importante remarcar que contábamos en aquella época con lo que se denominaban herramientas digitales, que era software de tipo facebook pero «autogestionado» (lo pongo entre comillas porque no es así 100%). Esto también da para otro tema y sería interesante tratarlo.

La gente se organizaba en grupos afines (creo que se llamaban proyectos autónomos y nodos locales o ecoxarxas) ya sea por actividad o por localización geográfica. En los debates se permitían todos los puntos de vista, incluso aquellos que estaban bastante alejados, a mi entender, del movimiento, como alguno que quería crear un partido político que llamaba democracia real (por lo visto era un adelantadillo LOL). Lo digo como anécdota y que sepáis que esta persona venía de la Unión Soviética. También se organizaban jornadas donde la gente se juntaba para dar charlas que eran más o menos espontáneas al igual que las actividades (También como anécdota había gente de todas las edades pero no eramos unos niñatos LOL, y sobre la representación femenina pues no sé pero había una cierta representación). Para que os hagáis una idea, nos reuníamos temprano y comenzábamos a hablar de las actividades en una pizarra con turnos de palabra etc. hasta consensuar el día. Ésto, para mí autogestión, sirvió para que la gente nos sintiésemos a gusto en el grupo, no excluidos y que nos animara para dar un salto a la acción.

En algún momento aquella red llegó a ser tan fuerte que hubo gente que se sintió capaz de crear algún tipo de actividad que repercutiera en el resto como una especie de «sociedad» a parte. Además estaba el tema de las monedas sociales (después devenidas en monedas virtuales y criptomonedas) que daban respaldo a los proyectos. Y no éramos nosotros los únicos metidos en estas cuestiones si no que en ese momento ya estaban montados algunos pueblos y comunidades que se decían autogestionados en otros puntos de España y en otros países. En mi caso, cuando llegó el momento de pasar a la acción, me uní a un proyecto autónomo mas orientado a la vida comunitaria y la ecología. A partir de entonces me fuí desvinculando del movimiento 17s después devenido en lo que denominaron Cooperativa Integral Catalana y luego FairCoop, que eso también da para otro texto.

El lugar de destino para nuestro proyecto comunitario fué una masía que surgió como un recurso para la CIC a través de una persona afín. Surgían recursos porque el movimiento era conocido y mucha gente estaba entusiasmada. Mi experiencia en la masía, año 2011, me sirvió sobre todo para experimentar y me abrió los ojos a nuevas realidades como la espiritualidad, el naturismo, el yoga (no sólo como gimnasia), el reiki, los mantras, cierta filosofía y los partos naturales. También me sirvió para entender de otra forma la infancia, el espectáculo y la festividad. Y todo ello compartido, en «libertad» y autogestionado. El impulso creador (quizás surgido de la necesidad al vernos desprovistos de muchas cosas) sirvió para tener buenos momentos pero no fue nada fácil y no se consiguió de la noche a la mañana. También sufrí, por qué no decirlo, un delirio en un momento de aquella época (y que me dejó muy mal de ánimo) cuando la comunidad comenzó a desmoronarse.

Después de recuperarme y por las dificultades de la situación (sin comunidad efectiva) pasé a buscar salida en otro lugar y descubrí un proyecto autogestionado en un pueblo de Salamanca del que llegué a formar parte (después del consiguiente periodo de adaptación claro). En aquel proyecto conocí más de cerca la realidad rural de la vida campesina, lo que daría para otro texto. Pero es importante remarcar que la fraternidad que encontré en muchas de las personas que estábamos allí fue incluso un poco mayor que la que experimenté en Cataluña (aún así insuficiente ;)). Probablemente porque muchos de nosotros/as teníamos una base en un cierto militarismo de índole fraternal.

De ahí pasé a irme de trotamundos en diferentes proyectos y di rienda sueña a ciertos impulsos bohemios, ya muy desmoralizado en el ámbito de la autogestión* pero con ganas de compartir tiempo y esperanzas de cambio. Al haber tenido un hijo (y desear estar con él) permanecía ligado a Cataluña. En ese tiempo permanecí unos meses en lo que sobrevivía de un proyecto surgido del 15m en León. Aquello ya era menos prometedor pero aun así me regaló buenos momentos. Eso da también para otra novela.

Finalmente parece que estoy consiguiendo establecerme de nuevo en el pueblo donde mi hijo nació y donde comencé esta aventura y ahora estoy un poco más esperanzado y con ganas de encontrarme gente que como yo, busque realizar un sueño global.

Con esto ya tenéis una idea de lo que puede ser vivir un gran sueño el cual está aún por culminar ;). Me parece fundamental tomar la decisión de vivir en el campo, de conciliarse con el planeta a través de modos de vida más cercanos a lo que da la tierra. Por lo que animo a todo el mundo a que haga incursiones al campo, que comience a buscar elementos que permitan la participación de todos en la economía y en el uso que hacemos de los recursos planetarios. El camino está, por suerte para vosotros y gracias a gente con iniciativa, ya comenzado y la mesa está servida asi que si os decidís a acudir al banquete poneos elegantes y no perdáis la esperanza que lo peor que os puede pasar es que os atragantéis con el postre ;P.

*La autogestión en ese momento comenzó a devenir a iniciativas tecnicistas, basadas en resultados, que a mi entender no cuadraban con el impulso aglutinador y humano que nos movía desde el principio.

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