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Hasta aquí hemos llegado.

No se puede seguir creyendo a pies juntillas en el milagro del progreso, por mucho que los arcontes de la tecnocracia demo-tecno-fascista no vean el momento de presentarse ante las cámaras como los auténticos adalides de la civilización.

Tampoco se trata de dar pábulo a muchos otros listos intentando convencer al personal de que estas cosas se evitarían si bebiésemos más zumo de limón cada mañana, pero lo que sí está claro es que hace falta plantearse muy seriamente en qué mundo queremos vivir. Por lo pronto, pueden ir sacándose conclusiones más que evidentes. Serían las siguientes:

Las megalópolis son auténticos hervideros de enfermedad y vectores perfectos para la propagación de cepas víricas, especialmente las de transmisión aérea y por aerosol. Además, poco dicen los medios de las muertes causadas por accidentes automovilísticos o el impacto de la contaminación atmosférica sobre la salud; pequeñas patologías del día a día con poco morbo que explotar… Si algo bueno está teniendo la paralización de las mayores urbes del país a causa de la expansión del COVID-19, es la caída en picado de los niveles de CO2 . Paradójicamente, hoy se respira mejor que nunca en este país de mierda. ¡ARRIBA ESPAÑA!

Las ciudades de millones de habitantes constituyen además auténticos infiernos de individualismo extremo, insociabilidad, comportamientos insolidarios y ausencia absoluta de comunidad. Nada mejor para demostrarlo que la total incapacidad de autoorganización que ha llevado al desabastecimiento de supermercados en estos días extraños. Que no nos quieran convencer de que esta es la reacción normal y esperable en todos los casos, al igual que sucede en las pelis americanas de catástrofes. Este escenario quasi-Hobbesiano (e incluso uno peor) puede llegar a darse, no cabe negarse a reconocer lo evidente, pero de ahí a afirmar que esto deba ser lo habitual en todos los contextos hay un trecho bien amplio.

Aquellos que podemos presumir de haber mantenido siempre una memoria histórica más allá del espectáculo ridículo de cambios de tumba dictatorial o el lloriqueo por las fosas comunes lo sabemos. Si esta situación se hubiese dado en cualquier barrio barcelonés de la pre-guerra civil donde la militancia de la CNT fuese mayoritaria, o en cualquier aldea con propiedades comunales del siglo XIX, las cosas hubieran sucedido de manera bien distinta y mucho más civilizada.

Que esto nos sirva para reafirmarnos en la necesidad de luchar contra el Leviathan capitalista y estatal. Para reconstruir la capacidad de autogestión popular y barrial CUESTE LO QUE CUESTE, para hacernos a la idea de que es necesario UN CAMBIO RADICAL Y REVOLUCIONARIO, porque el presente orden nos lleva de cabeza a escenarios mucho más dantescos que este al que estamos asistiendo.

La gestión del TERRITORIO debe dar un giro copernicano con respecto a lo que se está haciendo. La urbanización masiva debe pararse en seco. La implementación de avances tecnológicos y la decisión sobre qué se investiga y qué no, debe obedecer a FÉRREOS CONTROLES POPULARES Y ASAMBLEARIOS y a una absoluta democracia directa.

Es necesario denunciar cualquier apelación a la “REALPOLITIK” como lo que verdaderamente es; una llamada a un reformismo cobarde que no cambia nada, una mera maniobra de distracción; una táctica para infundir miedo al cambio real… Como bien dijo el gran pensador George Bernanos, el realismo, en ocasiones, no pasa de ser “LA BUENA CONCIENCIA DE LOS HJOS DE PUTA”.

Y por fin, el papel del estado debe ser denunciado exactamente igual y al mismo nivel que el del capitalismo, pues ambos son una y la misma cosa. No caben ya paños calientes, no cabe ya tacticismo bolchevique ni reformismo socialdemócrata, no ha lugar a más fábulas como la que en su día recomendó el más que acabado proyecto “podemita”.

Es la hora de expandir la epidemia de la autogestión generalizada; por todos los medios necesarios y caiga quien caiga. En contra de todas las derechas, las izquierdas los arribas y los abajos que sean. En contra incluso de las ideologías posmodernas de juguete que nos han mantenido alienados en pseudo-debates absurdos durante más de una década…

CONTRA UN MUNDO DE MIERDA DECADENTE Y ENFERMO, CONTRA EL ESTADO EN TODAS SUS MANIFESTACIONES, CONTRA EL CAPITAL…

AUTO-ORGANIZACIÓN REVOLUCIONARIA, HORIZONTALIDAD…

…O MUERTE.

Comunales d’Asturies VIVIR SELE

Esta entrada tiene un comentario

  1. Alberto Melchor Herrera

    Sois más proestado que el estado estatista estatolátrico estadounidense ;P

    Ya venís a las migajas, os comeréis una mierda como siempre hacéis, no valéis ni la tinta que gastáis

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