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  • Autor de la entrada:Karlos Luckas

 

Sin comprender la cuestión de la Libertad, no es posible entender la cuestión del Poder
Sin comprender la cuestión del Poder, no es posible entender la cuestión del Estado
Sin comprender la cuestión del Estado, no es posible entender la cuestión Nacional

Y sin comprender la cuestión nacional, no es posible entender la cuestión de la Revolución 

Karlos Luckas

 

I(1)

 

PARA UNA NUEVA COSMOVISIÓN DE LA TRANSFORMACIÓN REVOLUCIONARIA

DEL ESTADO NACIÓN MODERNO CAPITALISTA ESPAÑOL

  

Introducción.  –  Algunas  puntualizaciones  previas.

  1. La actual situación política, tanto en el Estado español, como a nivel mundial, se caracteriza por el más serio intento, desde la IIª Guerra mundial, de establecer un “nuevo orden”, cuya tendencia es asumida por todos los Estados sin excepción, de alcanzar un modelo de poder lo más parecido al fascismo histórico. No es una casualidad, ni una consecuencia de la pandemia del coronavirus, se debe a la conjunción de tres factores: 1º. La agudización de los conflictos inter-imperialistas, sobre todo entre EE. UU. y China por el dominio militar, político y económico del mundo, en un momento en que justamente USA conoce una grave deriva, y China un evidente auge. 2º. Una crisis mundial demográfica que está haciendo ya temblar las mismas bases del sistema mundo de producción capitalista que nos domina. 3º. Una crisis ecológica que hace muy difícil la recuperación de los ecosistemas básicos para la vida humana en la Tierra, a corto.
  2. La cuestión que se plantea es muy seria, significa que ya no es tanto acabar con un sistema opresor y explotador de las personas, producto de la acción terrorífica del Estado y del capitalismo, sino si la supervivencia de la especie humana, como tal la conocemos hoy, tiene alguna viabilidad futura, a medio plazo. Lo único que ha puesto en evidencia la pandemia actual no es más que una consecuencia del deterioro general en que se encuentran los seres humanos, por una parte, y la fortaleza del Estado, por otra. Éste, por medio del miedo y la represión, pone en marcha la parte esencial del plan estratégico para encarar los graves problemas de supervivencia que el vigente sistema de poder tiene planteado ante sus gravísimas contradicciones y nocividades, en los términos en que ello ha sido analizado por Félix R. Mora.
  3. Por otra parte, la crisis del sistema capitalista generada a partir del año 2008, a nivel mundial, puso en cuestión en occidente las bases mismas de una pervivencia del modelo keynesiano del Estado de bienestar. La ausencia de perspectivas de éste generó gran inquietud en las nuevas clases medias, y en una juventud educada en las ilusiones del consumismo de sus padres, ya Esta situación provocó el movimiento 15M y la generación de renovados actores políticos, muy útiles, para afrontar la nueva crisis del sistema de poder (Podemos-Vox), prevista para que las condiciones de tal crisis fuesen asumibles por el sistema; pero ahora estamos en una perspectiva de caos sistémico más profundo. En tales condiciones, los Estados –si quieren sobrevivir- deberán necesariamente profundizar las formas fascistas del ejercicio del poder, y ambos partidos son una representación, del fascismo de izquierdas y del fascismo de derechas, con lo cual, tendría el Estado abarcado todo el espectro político. Ambos apoyan entusiásticamente la presencia militar-policial en las calles, el control extremo de la población según el modelo “ganado estabulado” y el “olvido” de las libertades civiles propias de los modelos de Estado liberal burgueses: no solamente serán limitados todos los derechos llamados “fundamentales”, sino que el control de las personas, y su represión “personal” y sistemática será del todo posible con los métodos represivos combinados del big data y el  miedo a la  enfermedad.
  4. Los diferentes “Encuentros de reflexión por una R.I.” han servido para poner en evidencia la existencia de un conjunto de personas de muy variada procedencia y tipo de afinidades, que estaban de acuerdo en que el actual sistema de poder en el Estado español no les convencía, ni tampoco el arco de sus expresiones políticas, las de viejo tipo (PP, PSOE…), como las renovadas, producto de la crisis del 15M, como Podemos. Pero poco más. Los diferentes “Encuentros” han ido decayendo en función de la propia evolución de la situación. Del Iº Encuentro, en que la asistencia fue bastante numerosa, se puso sobre la mesa, de forma muy dispersa y algo caótica, todo lo que la gente tenía en su mente, pero de este Encuentro (al igual que en los siguientes) no salió ningún análisis de la situación, ni un programa, ni una estrategia, ni tampoco una táctica, comúnmente asumida, que permitiera aunar las fuerzas en un objetivo revolucionario, aunque este se planteara a muy largo plazo. Simplemente, cada cual se fue para su casa a hacer lo  de  siempre.  Los  Encuentros IIº y IIIº (al IIIº no asistí, porque en realidad ya no le vi mucho interés), fueron evidentemente de menor presencia, mayor dispersión aún, y bastante ausencia de análisis, puesto que, al carecer de una visión común, estrategia y táctica, simplemente la gente terminó convirtiéndose en meros espectadores, o explicar sus proyectos personales, para finalmente, acabar por recluirse en su “vida interna particular”, en “su tarea revolucionaria individual”, pero como un modo de   supervivencia.
  5. Mi autocrítica va en el sentido de no haber comprendido suficientemente, no tanto la situación política, y las tareas que se correspondían a ella, sino en considerar que existían las condiciones de conciencia entre los integrantes en el Iº Encuentro para crear un núcleo de autoorganización sobre unas bases mínimas, analíticas y programáticas. Esa fue la razón de que plantease varios documentos sobre el análisis de la situación internacional, criterios generales sobre estrategia y táctica, incluyendo un manifiesto-programa básico. Este error mío, de apreciación de esa realidad heterogénea, se debió al hecho de que aún persistía en mí algunas influencias de hábitos de una anterior militancia en el nacionalismo radical y en el marxismo leninismo maoísmo, lo cual me inducía a considerar que la relación con un grupo  político  (Encuentro  de  Reflexión  por una RI) implicaría tener en común un conjunto de conceptos sobre la situación   y una propuesta o programa básico común y afín. Evidentemente, esta idea solo estaba en mi cabeza, por lo que “in situ” pude comprobar en los Encuentros: Allí, había de todo: curiosos, ecologistas, anarquistas, marxistas, pacifistas, conspirativistas, etc., compartiendo todos una causa común: la negación del vigente sistema de poder basado en el Estado, con sus dramáticas consecuencias   para  todo  lo  humano,  lo  ecológico,  lo  convivencial,  lo  democrático,  lo   familiar.
    ¿Pero compartían una misma estrategia de transformación general del Estado nación capitalista español? Lógicamente, no. Menos aún, una línea táctica. Han pasado ya 5 años desde el Iº Encuentro y realmente poco o nada se ha avanzado en cuanto a generar algún tipo de corriente de pensamiento y acción. Cierto es que en torno a la figura y el trabajo ingente de Félix se ha creado un relativo, pero importante núcleo de gente afín, pero nada, o casi nada, de experiencias de autoorganización, o de desarrollos de autoconciencia en forma de análisis y propuestas.
  6. No debe entenderse mi análisis como opuesto, distinto, o contradictorio con algunas posiciones que ya se están manifestando frente al IV Encuentro, sobre todo las de Félix o Fernando G., más bien ha de concebirse como complementario. Éste análisis tiene como fundamento el duro trabajo analítico realizado en los últimos 5 años, sobre el cual, ya tenía una opinión bastante formada en casi todos los asuntos planteados, desde hacía unos 15 años atrás. Este último tiempo lo he dedicado básicamente a la profundización y desarrollo de las cuestiones del análisis de la historia del Estado español, de la estrategia y de la táctica, algunas de las cuales, avancé en mis ponencias a los Iº y IIº Encuentros. 
    Hoy, mi planteamiento general se sitúa bajo la consideración de que es imposible avanzar en el desarrollo de un proyecto de transformación revolucionaria del Estado actual, si antes no tenemos aclaradas, y compartidas, las siguiente cuestiones, que estimo esenciales, y que son:
    a) Dotarnos de un nuevo paradigma superador de la cosmovisión de la modernidad sobre todas las cuestiones importantes del mundo actual. Sin ello, estamos condenados a repetir las experiencias frustradas del pasado. Una nueva epistemología que sea capaz de comprender la naturaleza del mundo actual, pero basándose en una impugnación completa de los conceptos dominantes provenientes de la Ninguna “renovada” modalidad de liberalismo, de proletarismo (marxista o anarquista), ni por supuesto fascista o neofascista, va a dar con la clave que nos permita plantear unos objetivos y un proyecto de transformaciones revolucionarias para el momento presente.
    Desde luego no partimos de cero, existen grandes aportaciones en los terrenos de la filosofía, la historia, la política y la teoría del Estado nación, que debemos tener muy en cuenta, puesto que, aunque no estén exentas de errores y algunas interpretaciones sean incorrectas, o parcialmente correctas, en esencia, por su indudable actitud revolucionaria y gran nivel de sus aportaciones, debemos situarlas claramente en el ámbito del nuevo paradigma de la Revolución Integral, en particular me refiero al pensamiento de Rudolf Rocker, Simone  Weil, Murray Bookchin y Abdullah Öcalan, y por supuesto, a Heleno Saña y Félix Rodrigo Mora, pues sus indispensables análisis, pensamientos y acciones revolucionarias constituyen el punto de partida que debemos continuar, desarrollándolos y enriqueciéndolos con nuestras propias experiencias y reflexiones.
    b) Sobre la base de esta renovada cosmovisión, comprender la historia, en particular, del surgimiento del actual Estado nación moderno capitalista español, como base del poder opresor y explotador de las diferentes comunidades y pueblos asentados en el territorio que abarca el poder del Es imposible una verdadera revolución, de “nuevo tipo”, sin superar la cosmovisión de la revolución del “viejo tipo”. Y ésta solamente puede ser planteada si alcanzamos a conocer reamente nuestra historia, la historia de las comunidades y pueblos sometidos por el Estado
    c) Establecer nuestros objetivos estratégicos generales adecuados a las necesarias transformaciones que han de producirse en el ámbito del Estado español. Esto significa que debemos tener muy claro, conforme al análisis histórico-político del Estado, sus características esenciales, que éste es el blanco de la revolución, en su justa dimensión, porque no determinar esto correctamente nos conduciría a fallos enormes en las líneas de actuación, no solo estratégicas, sino tácticas, como le sucedió en los últimos 50 años a la izquierda, extrema izquierda en el ámbito estatal, así como al nacionalismo radical de Euskadi, Catalunya, Galiza y Canarias. Ello implica definir el programa de las cuestiones fundamentales que han de constituir un proyecto estratégico auténtico de aquellas transformaciones radicales que se deben abordan en el ámbito del Estado, sin dejar fuera ninguna cuestión.
    d) Definir, también, aquella línea de actuación inmediata, la táctica, que orientada por los fines de la estrategia, nos acerque a ella, pero lejos de las ilusiones oportunistas, espontaneístas, electoralistas, economicistas o cualquier variante de “tercera vía”, de la que ya conocemos su historia y No es cuestión de configurar una especie de “arca de Noé” con todos los “antisistema” a bordo, eso no conduce sino a la deriva. Es más, es un requisito esencial para orientarnos en este mar tormentoso, lleno de situaciones complejas, de sirenas y monstruos, que tratarán continuamente de desviarnos del camino  correcto,  dotarnos  de  un faro que alumbre hacia el fin del camino  por el que guiarnos, y al que dirigirnos; y a la vez, una  buena farola en la mano  que nos vaya indicando, paso a paso, el camino que andamos y su línea acertada hacia el objetivo final. Esa es la justa relación entre la estrategia y la táctica.

    Conclusión
    : podemos, y debemos ser lo más heterogéneos posible, ello es propio de la complejidad presente, y de la misma realidad multicompleja, que necesariamente ha de aportar visiones diferentes del ¿Qué hacer?; pero una cuestión es muy clara: si no partimos de una base común, de una renovada visión de los problemas actuales, en su radical profundidad, de la historia del Estado español, de las transformaciones esenciales estratégicas, y de una línea táctica que nos oriente en nuestra actividad diaria, simplemente, no es posible la acumulación de fuerzas, y por tanto, no hay nada que hacer2. Veamos un desarrollo de las cuestiones planteadas:

 

Si no hacemos lo imposible, nos encontraremos con lo  impensable.

M. Bookchin

(1) Las reflexiones que se exponen en este documento (que por su extensión no han podido ser presentadas como ponencia en el IV Encuentro), están contenidas, de forma amplia, en el libro de Enrique Álvarez Carrillo, NACIONALISMO Y REVOLUCIÓN. El Estado nación y el Paradigma de la Revolución Integral. Potlatch-ediciones. Canarias, 2020.

 

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