Conviene entender lo que está sucediendo desde el ataque de Hamás del 7 de octubre a partir de la situación actual y no conforme a los supuestos de la “guerra fría” de hace cuarenta años.

Contexto y antecedentes

Nadie en entre los Estados musulmanes, apoya a los palestinos salvo -torticeramente- Irán, que domina y maneja a Hamás, pero incluso ese apoyo es limitado en el armamento entregado, anticuado y escaso, pues Irán tiene miedo a un ataque de Israel, con el respaldo de EEUU. Ese temor se ha elevado, recientemente, a pánico a sufrir una acción punitiva del bloque formado por el Estado sionista, Arabia y USA, una vez que Israel y los Saud están en negociaciones para establecer relaciones diplomáticas, como han hecho Marruecos y otros entes estatales musulmanes.

La guerra de Siria, 2011-2018, fue ganada por Rusia e Irán, y perdida por EEUU y Arabia[1], lo que hay que situar en el actual contexto de avance hacia una nueva guerra mundial entre USA y China (cada uno con sus respectivos aliados-vasallos), que ha entrado en una fase resolutiva con el conflicto de Ucrania. Los perdedores desean revertir aquella derrota, para hacer morder el polvo a Irán, expulsar a los rusos (aliados de China) de esta parte del mundo[2] y cambiar el régimen sirio. No se puede olvidar que tanto el Estado de Israel como Arabia Saudí son criaturas de EEUU, formadas por éste al finalizar la II guerra mundial, que dependen de él en tecnología civil y militar, así como en armamento. Ahora, dado lo avanzado de los preparativos bélicos planetarios, EEUU les urge a unirse y cooperar para barrer a sus enemigos en esa parte del mundo.

Antes del 7 de octubre, los palestinos estaban divididos en dos territorios, Cisjordania, bajo la Autoridad Nacional Palestina, subordinada al ente estatal sionista, y la Franja de Gaza, formalmente soberana pero sometida a Irán a través de su agente político-militar estatal allí, Hamás. La Autoridad Nacional Palestina nada ha hecho para apoyar a sus hermanos de Gaza, salvo alguna desvaída declaración verbal, de modo que deja las manos libres al sionismo en la actual guerra.

La situación en Arabia Saudí, actor decisivo en este teatro de operaciones, es problemática. Poderoso financieramente (es el tercer poder monetario del mundo, sólo por detrás de EEUU y China) pero débil en la tecnología y el equipo militar, convertido en expresión del mega capitalismo musulmán planetario, con una población embrutecida y decadente por la falta absoluta de libertad/libertades y una fuerza laboral extranjera sometida a condiciones tremendas de esclavitud, no está en condiciones de realizar un gran esfuerzo bélico. Una parte de su poder le viene de que en su territorio están los centros del culto musulmán, pero en los últimos decenios ha ido constatando que sus llamamientos a los musulmanes encuentran una respuesta cada vez más débil[3], ya que sólo minorías exiguas se suman, justamente aquéllas que reciben o esperan recibir los cuantiosos fondos que los Saud[4] destinan a sobornar y comprar a partidos, grupos e individuos por todo el planeta. Asimismo, sus intervenciones de los últimos decenios, que suscitaron una gran cantidad de conversos al islam en todos los países, con la aventura fallida del Estado Islámico se han tornado en su contrario en esta materia, de manera que ahora internet abunda en textos y vídeos de personas decepcionadas que denuncian al islam, a menudo en árabe, y constituyen asociaciones de ex conversos, para protegerse (el islam ordena dar muerte a los que abandonan su religión…) y para describir, a veces con bastante irritación, lo que han padecido al hacerse islámicos. Ello está erosionando el poder “blando” del imperialismo saudí, así como la percepción global de lo que es el islam. En ello se anuncia una gran crisis de esta religión.

La plutocracia petrolera y financiera hiper capitalista que domina Arabia ha decidido que, en las nuevas condiciones, el imperialismo musulmán tiene que sustentarse en la expansión económica y monetaria, mucho más que en el actuar de grupos armados terroristas, como Al Qaeda, el Estado Islámico y otros, pues esto no les ha proporcionado ningún beneficio tangible, más bien al contrario. Así pues, esperan realizarse como gran potencia por medio de la exportación de capitales, la compra de grandes empresas en el exterior, los préstamos en dólares a Estados y grandes corporaciones capitalistas, el soborno a gran escala, etc., sin por ello renunciar a la violencia, aunque relegándola a un segundo plano. Adoptada tal estrategia, los palestinos se convierten en un estorbo, en una herencia indeseable del pasado inmediato. Por eso, los Saud están contemplando impasibles, en su fuero interno satisfechos, la función destructora y sangrienta de Israel en Gaza. Ellos y todos los demás Estados musulmanes árabes. Liquidados los palestinos, Arabia se podrá reconciliar con el Estado sionista y tomar venganza de Irán, sumándose al frente mundial de guerra contra Rusia y China.

Irán conoce una situación interior delicada. Eso es así desde sus orígenes, pues la República Islámica de Irán se constituyó en 1979 y ejerció hasta su consolidación en 1982 una violencia extrema contra numerosas fuerzas políticas, desde los comunistas (exterminados por el régimen de los ayatolas) hasta los liberales, lo que ha dejado un odio inextinguible contra el clero iraní en buena parte de la sociedad. Esto se ha ampliado todavía más en los últimos años, con protestas multitudinarias de diversa naturaleza (por la subida de los precios, la corrupción del sistema, la imposición del velo islámico, la feroz represión, etc.), lo que hace del Estado clerical algo similar a una fortaleza asediada, que se defiende con cientos de asesinatos, judiciales e ilegales, todos los años, y decenas de miles de detenidos y torturados. En Irán el odio al islam chií, el propio de este país, ha llevado a una parte notoria de la juventud universitaria a la irreligiosidad e incluso al ateísmo. En el exterior, Irán no renuncia a su tradicional política expansionista e imperialista, para convertirse en potencia regional, interviniendo en la guerra de Siria, suministrando armas a Rusia para la guerra de Ucrania, manteniendo diversas organizaciones terroristas en Oriente Próximo, entre ellas Hamás, y librando un sempiterno duelo verbal con Israel y EEUU, todo lo cual es bastante dispendioso, lo que rebaja aún más el nivel de vida de las clases trabajadoras iraníes. Alineada con China y Rusia, contempla a Arabia Saudí como su enemigo principal, rivalidad que tiene profundas raíces históricas. Puesto que ya tuvo la experiencia de la guerra Irán-Irak, 1980-1988, que resultó de la incitación de EEUU a Irak para que atacase a Irán[5], está extraordinariamente alarmada por la posible constitución de un frente unido contra él, Israel-Arabia-EEUU, al que muy difícilmente podría derrotar, en un momento en que Rusia, atrapada en el avispero de Ucrania, no alcanzaría a otorgarla una ayuda suficiente, a la vez que China todavía no está preparada para dar un paso tan enorme, la intervención militar en pro de Irán, que podría desencadenar una nueva guerra mundial.

En esta situación, tan compleja, Irán, al conocer las conversaciones secretas entre Israel y Arabia Saudí para un mutuo reconocimiento y alianza, reacciona con pánico. Su respuesta ha sido ordenar a Hamás pasar al ataque, supuestamente en beneficio de “la causa palestina”, para poner a los Saud entre la espada y la pared, obligándoles a posicionarse a favor de los palestinos y a enfrentarse con Israel. Eso detendría, a su entender, la marcha hacia la alianza entre el sionismo y el fascismo musulmán suní, supuestamente. Pero tal cosa no está sucediendo, en absoluto. Los Saud no se han conmovido lo más mínimo, desde el día 7 de octubre hasta el presente, por la carnicería en Gaza, ni han argüido nada que sea molesto para el Estado sionista.

El desarrollo de los acontecimientos

La estratagema iraní de enviar a los palestinos, manipulados por Hamás, al matadero, operación en la que no existe ninguna posibilidad de victoria, ni siquiera parcial, para éste, dada la abrumadora superioridad en análisis racional de las condiciones, moral de combate, perspectiva estratégica y armamento del ejército sionista, es de una malignidad asombrosa. Además, ello es una oportunidad magnifica para el Estado de Israel, que contempla como próxima y factible la oportunidad de lograr el aplastamiento total de los palestinos, objetivo que lleva buscando ansiosamente desde su constitución en 1948.

No hay duda de que Israel conocía lo que se estaba tramando en Gaza, dado su muy eficiente aparato de información y espionaje. Buscando un pretexto para organizar una respuesta no solo cruel, sino además definitiva en lo estratégico, deja traspasar la valla de separación a los comandos y grupos armados de Hamás, para que con los muertos y los rehenes que estos van a hacer, justificar su actuar posterior. Se ha dicho, bobamente, que la fácil penetración de Hamás en Israel el día 7 de octubre se debió a un “fallo descomunal de los servicios secretos israelís”, aserto absurdo y pueril. No hubo tal, solo la creación de la apropiada “casus belli” para uso del sionismo, en el interior de Israel y en todo el planeta, a costa de las vidas y el cautiverio de cientos de judíos y visitantes.

La estrategia militar de Israel consiste en machacar con fuego a distancia, terrestre, aéreo, marítimo y de misiles, la Franja de Gaza, para ir destruyendo la infraestructura de Hamás y matando a sus jefes y milicianos, lo que está ocasionando enormes bajas entre la población no combatiente. Esto lo justifica el sionismo aduciendo que la responsabilidad es de Hamás, que se escuda tras los civiles… Una vez que Hamás haya sido desarticulado en lo esencial de ese modo, el ejército sionista va a entrar en la Franja para eliminar hasta sus últimos restos, buscando uno a uno a sus efectivos y ejecutándolos. Pero no sólo a ellos, también a quienes se han opuesto valerosamente al Estado sionista criminal y al mismo tiempo al clericalismo fascista de Hamás, que son muchos, de los cuales nunca hablan los medios de comunicación, siervos del imperialismo de EEUU, que desean presentar a todos los palestinos como una horda de fanáticos religiosos sedientos de sangre y enemigos de la libertad. Esta imagen también la ofrecen quienes dicen “apoyar la lucha del pueblo palestino” y salen a la calle con pancartas y banderas, pero sin demandar el final del fascismo islámico en Gaza, así como en todos los países musulmanes, presentando como la misma cosa al pueblo palestino y a Hamás.

A continuación, Israel impondría en la Franja un régimen político similar al existente en Cisjordania, con un gobierno palestino títere. No es descartable que la actual Autoridad Nacional Palestina, que ahora está contemplando pasiva y satisfecha como aniquilan a la gente en Gaza, sea el nuevo “poder” en esta área. Tal operación contaría con el apoyo de todos los Estados musulmanes sunís. Después, o paralelamente, el aparato militar sionista embestiría con fines de exterminio a las otras bandas armadas islamofascistas al servicio de Irán, como es Hezbollah en El Líbano. 

 “Pacificado” de ese modo el territorio, Israel establecería relaciones con Arabia Saudí, y entonces llegaría la hora de atacar a Irán, en el contexto de la tercera guerra mundial, de facto iniciada en Ucrania. No es posible saber ahora si primero el golpe iría contra Siria y la presencia rusa en ese país, o si se dirigiría directamente contra Irán. Los enemigos de este país saben de la falta de apoyo popular del régimen de los ayatolas, y esperan sacar partido de ello. Una vez derrotado Irán y expulsado el imperialismo ruso de Oriente Próximo, las tropas y recursos de Israel, de Arabía y de los demás países vasallos quedarían disponibles para operar en otros escenarios de guerra, quizá incluso en Ucrania… Los acontecimientos dirán.

Es triste que nadie, salvo las altas autoridades del imperialismo USA, hayan unido en sus análisis lo que está sucediendo en Gaza con los hechos de Ucrania. Los sucesos en Palestina son el segundo gran incendio de la nueva guerra mundial, o más bien el tercero, si se consideran las guerras en África subsahariana. Cronológicamente: África al sur del Sahara, Ucrania y ahora Oriente Próximo. En ello se manifiesta algo bien conocido, la colosal incompetencia, ignorancia y falta de ética de los comentaristas, tertulianos, youtubers y demás botarates codiciosos que parlotean de todo sin entender de nada.

Los que “apoyan” a Palestina en nuestro país

Quien más se ha destacado en ese ejercicio de hipocresía y malicia ha sido Podemos. Este partido, en plena liquidación, está obligado a ello, ya que fue fundado con el apoyo y los recursos de Irán, como es conocido. Ahora tiene que pagar la deuda de lo recibido antaño, defendiendo de facto a Hamás, aunque de vez en cuando insinúa, con la boca pequeña, que lo condena, en ese juego de decir y desdecir, de mentir y engañar, que ha sido y es lo propio de Podemos, exclusivamente interesado en el empoderamiento y enriquecimiento de sus jefas y jefes a través de realizar servicios hórridos para toda clase de fuerzas reaccionarias, capitalistas, clericales y fascistas[6]. Es un partido de mercenarios y facinerosos que se vende al mejor postor, hoy ya sin futuro.

Así pues, cuando Irán lleva al matadero sionista a los palestinos, aquél se lanza a gritar que eso es un “genocidio”. Y sí, lo es, pero realizado tanto por Irán, a través de Hamás, como por la entidad estatal sionista, no sólo por ésta. De modo que las jefas feministas/feminazis son coparticipes en el genocidio en curso. Lo mismo sucede con Sumar, la izquierda guapa del momento (llamada también izquierda chalet, por la afición de sus jerarcas a este tipo de vivienda), y con IU. En Cataluña están ERC y las CUP, horripilantes en su islamofilia, que han perdido la cabeza en lo referente a estos asuntos hace ya bastante tiempo, y se han lanzado a respaldar a las manifestaciones de fascismo musulmán, en Cataluña y fuera de ella, lo que es un factor causal no desdeñable de su actual declive. Lo cierto es que no comprenden nada de lo que está sucediendo y se reducen a servir ciegamente a quienes les financian. El PSOE se descuelga con la petición de un “Estado Palestino”, esto es, con extender a Gaza la influencia de la Autoridad Nacional Palestina de Cisjordania, que es lo que, muy probablemente, desea el Estado agresor sionista.

Como esos partidos son enemigos de la libertad en todas sus concreciones, pues su mentalidad y programa es de tipo totalitario, fascista de izquierdas, no se les ocurre que los palestinos necesitan, ante todo, de la libertad. De una Revolución de la Libertad.

En el otro lado del espectro político, ¿qué decir de los neonazis, conspiracionistas y “patriotas”? Lo primero es que sus argumentos son los mismos, en esencia, de los de la izquierda, con su lunático odio a “los judíos” y su servil veneración hacia el islam, en lo que siguen a Franco y a Hitler, estando sus gurús en la nómina de Arabia Saudí. También apoyan el genocidio de los palestinos, presentando a Hamás como una fuerza política maravillosa, al ser antijudía, y a Irán como un país magnífico, también por ser aliado de Rusia, de Putin, ese gran hombre según ellos, destinado a salvar a la humanidad…

Una tercera tendencia a denostar son los buenistas de las oenegés, hábiles explotadores en beneficio propio del sufrimiento de los demás, con su histriónica y monetizada conmiseración hacia los débiles y los pobres. Llenos de pulsiones antisemitas y con los bolsillos repletos de petrodólares, manifiestan una parcialidad obvia en la mayoría de los casos, a la vez que evitan toda referencia a los problemas de fondo y los elementos causales de las enormes desgracias en curso, que ellos, con su buenismo y moralina de opereta, dicen remediar. Porque muy escasas oenegés han denunciado las atrocidades cotidianas de Hamás en la Franja de Gaza, año tras año y día tras día, ni el terror cotidiano en Irán, lo que invalida su “denuncia” del Estado sionista.

Un esbozo de propuesta y programa

El acontecimiento decisivo hoy es el deslizamiento del mundo hacia una tercera guerra planetaria. Desde ahí se tienen que comprender y explicar, al menos parcialmente, los asuntos más significativos. Hay que rechazar el genocidio palestino y a todos sus autores por acción y por omisión, pues tan criminal es quien mata como el que lleva a la víctima al matadero en beneficio propio. Existen los Estados y existen los pueblos, y entre unos y otros hay una contradicción, de manera que una cosa es el Estado sionista, horrible, y otra el pueblo judío, magnífico, del mismo modo que una cosa es el pueblo palestino, admirable, y otra cosa Hamás, mero fascismo teocrático. La política tiene que estar separada de la religión, con el clero dedicado a las funciones que les son propias y no a gobernar la sociedad. El antisemitismo es una ideología repulsiva, asquerosa, racista de manera superlativa, destinada a crear un falso enemigo, algo propio de gente mentalmente enferma[7]. El capitalismo en todas sus formas tiene que ser liquidado, también el grancapitalismo de los superricos musulmanes, y sus bienes han de ser repartidos entre el pueblo, paso previo necesario a constituir una economía comunal. Tiene que existir libertad de información y libertad de expresión, ilimitadas en lo jurídico y al mismo tiempo responsables en lo ético, rechazando criterios censores y prohibitivos, para que la historia y el presente del islam y el judaísmo puedan ser explicados y conocidos con objetividad y verdad. El pueblo tiene que autogobernarse a través del sistema de democracia directa y derecho consuetudinario. El individuo, la persona real, es lo más valioso, su función no es someterse a nada ni a nadie, sino vivir con moralidad, virtud cívica, espíritu de servicio, amor por la libertad y voluntad de bien. El Oriente Próximo todos los pueblos tienen que entenderse y convivir, y todos los Estados tienen que ser eliminados, eso es la revolución. Las mujeres han de ser libres, sin tutelas clericales ni estatales. Si continúan avanzando los factores de guerra planetaria, los pueblos tienen que unirse para resistirlos y derrotarlos. Eso es también la revolución. La situación mundial cada vez se pone más tensa y preocupante, lo que puede inducir al miedo y al pesimismo, a percibirlo todo negro y a la depresión. Pero el optimismo, la confianza en el futuro y la alegría son un estado de ánimo a priori en quienes deseamos hacer la revolución, de manera que nada que suceda nos lo arrebatará.

[1] Su estrategia en Siria, formar una organización combatiente, el Estado Islámico de Irak y Siria, que debía operar como carne de cañón en beneficio de EEUU y el imperialismo europeo, fue desastrosa por varios motivos. Uno, que formado aquél, se volvió contra EEUU; otro, que sus prestaciones militares fueron siempre deplorables, mostrando sus integrantes un reducido espíritu de lucha. Tras morir unos 60.000 de sus combatientes, fue barrido con facilidad por una coalición en la que tuvieron que participar las potencias occidentales, al lado de Rusia, Siria e Irán, dado el horror que en todo el mundo suscitó el Estado Islámico. USA quiso repetir en Siria su estrategia en Afganistán en 1979-1989, cuando unos supuestamente “feroces” combatientes islámicos “derrotaron” a los rusos, interpretación que es mera fantasía, pues el ejército ruso-comunista estaba en descomposición por sí mismo, lo mismo que la estructura toda de la Unión Soviética. El morboso deseo de constituir un ejército musulmán al servicio de Occidente ha sido una monomanía del alto mando estadounidense desde hace decenios, y sólo se ha enfriado con el fiasco del Estado Islámico. Su origen está en la guerra civil española, 1936-1939, donde Franco venció gracias a los 100.000 combatiente musulmanes que le proporcionó el clero islámico norteafricano, y en las Waffen SS, el ejército privado del partido nazi, que organizó tres divisiones con soldados musulmanes, gracias a la colaboración del jefe del islam, el gran muftí de Jerusalén, buen conocedor de las sustantivas coincidencias que hay entre su religión y el nazismo en materia política, asunto del que era consciente asimismo Hitler, fervoroso pro musulmán. La cooperación entre Occidente y el islam ha terminado siempre con la traición de este último a su aliado, lo hizo en Afganistán, luego con el episodio de las Torres Gemelas en 2001, ataque efectuado por una facción del Estado saudí, y después en Siria. La causa ultima reside en que Arabia es, según se ha expuesto, tenedora de inmensas cantidades de capital dinero, de petrodólares, lo que le otorga el rango de gran potencia imperialista que aspira a la hegemonía mundial, fuerte pero débil al mismo tiempo, a causa de su dependencia en tecnología y armamento de EEUU, lo que la lleva a valerse siempre de una tortuosa actuación, cooperando con su mentor yanqui, sí, pero con la esperanza de superarlo y derrotarlo en algún momento del futuro, lo que ya intentó en 2001. La fantasía de que los musulmanes iban a ser la carne de cañón del imperialismo occidental fue una de las causas (hay más) de las acaloradas loas al islam y de la mitificación de al-Andalus que hemos padecido en Occidente, dislate que hoy está bastante disminuido.

[2] El imperialismo ruso tiene dos bases militares en Siria, la naval de Tartús y la aérea de Jmeimim. Cuando los palestinos hayan sido “neutralizados”, los Estados vasallos del imperialismo yanqui en la zona se lanzarán contra ellas, atropellando a Siria.

[3] Los “días de la ira” que han sido convocados por Irán para mostrar por todo el mundo la solidaridad con Palestina, desde el 7 de octubre, han tenido un seguimiento débil, lo que forma parte de la actual crisis de las sociedades sometidas al islam, así como de quienes jalean a éste en Europa, en primer lugar, una izquierda en caída libre en todos los países. Se está produciendo una ruptura entre las clases populares de los países musulmanes y sus gobiernos clericales, militares, totalitarios, fascistas y grancapitalistas, percibidos con creciente rechazo. En 2011 tuvo lugar la “primavera árabe”, en la cual ya hubo mucho de eso, pero ahora los elementos de ruptura se han multiplicado, lo que es esperanzador de cara a la emergencia de procesos revolucionarios populares en esos países.

[4] Los Saud, que son los amos de Arabia y los guías del islam mundial suní, han promovido la peor interpretación posible del islam, al apostar por la violencia como forma de expandirse a escala planetaria en tanto que potencia imperialista. Son posibles otras interpretaciones, tal vez, pero éstas, para ser creíbles, tiene que desmarcarse de manera tajante, pública y en actos de las de aquéllos. Considerado el asunto a partir de la experiencia, ha sido el Estado Islámico de Irak y Siria quien ha realizado una aplicación literal del Corán a la vida política, económica y social, para lograr una vieja suposición clerical, que la decadencia de las sociedades islámicas a partir de los siglos XVII-XVIII se debió a su apartamiento de las enseñanzas coránicas. Pero lo que resultó del actuar del Estado Islámico fue un horror total, que ha estremecido al mundo, abierto a muchos los ojos y desacreditado al islam, además de concluir en una estrategia y actuación equivocadas, torpes y delirantes conforme a sus propios intereses. Aquel ahora, se encuentra en una situación de confusión, aunque ciertas minorías fanatizadas, que operan sobre todo en Europa, quieran llevar hasta sus últimas consecuencias esa aplicación estricta del Corán, sin atender a los hechos y a la experiencia. Corresponde a los pueblos europeos la tarea de derrotar a tales fascistas clericales.

[5] Tal guerra terminó en tablas, sin ningún vencedor claro, siendo una carnicería espantosa, espeluznante. Es una de las tantas guerras olvidadas, promovidas por los poderes estatales que se han llevado por delante las vidas de cientos de miles de personas en un bando y en el otro. Que ambos países fueran musulmanes no hizo más suave ni más humano el conflicto.

[6] Sus jefas y jefes provienen del Partido Comunista de España, y Podemos, como todo lo que sobrevive de la izquierda estalinista (o izquierda fascista) por el mundo, es ahora entusiasta del islam. La cosa es chusca, pues hace sólo unos decenios los comunistas tenían a esta religión como una expresión de fascismo teocrático criminal, suposición avalada por numerosos hechos. Veamos algunos. En 1934 Franco se sirve de soldados musulmanes principalmente para aplastar de manera sangrienta el levantamiento obrero y campesino de Asturias, en el cual los comunistas estuvieron en primera línea. En 1936-1939, las unidades militares comunistas del ejército republicano español tienen en las tropas musulmanas del generalísimo Franco su enemigo principal, asunto que trata en un capítulo de mi libro “Investigación sobre la II república española, 1931-1936”. En la II guerra mundial, las divisiones musulmanas de los nazis, antes citadas, pelean contra los partisanos comunistas de los Balcanes. En 1965-1968, el partido musulmán N.U., de Indonesia, armado por el ejército, se lanza contra el Partido Comunista indonesio y otras fuerzas progresistas, realizando una matanza de tres millones de personas, en lo que ha sido una de las mayores carnicerías del siglo XX. En 1979-1983, la República Islámica de Irán combate con extrema crueldad al Partido Comunista iraní, bastante influyente, y a otras formaciones marxistas (guevaristas, maoístas, trotskistas, etc.), ocasionándoles más de 500.000 muertos, en lo que fue una guerra civil entre la izquierda y el islam chií, el cual llegó al poder con el respaldo de EEUU, Francia e Inglaterra, que lo percibió como el remedio a la revolución popular en ascenso tras el derrocamiento del Sha de Persia/Irán, R. Pahlavi, aunque una vez aupados al poder los clérigos chiitas traicionaron a sus mentores occidentales. En 1979-1989, los musulmanes de Afganistán libran una guerra de guerrillas de diez años contra el Partido Comunista afgano y las fuerzas soviéticas de ocupación, que resultan derrotados. En los 50 y 60 del siglo pasado los partidos comunistas llegaron a tener gran arraigo en las sociedades sometidas al islam, sobre todo en Egipto, Túnez, Marruecos, Turquía y otros países, siendo los musulmanes fanatizados quienes se encargaron en el día a día de combatir a los comunistas, a menudo con acciones sangrientas. Hoy, por el contrario, los restos del gran naufragio comunista, a partir del derrumbe de la Unión Soviética en 1991, se han hecho pro musulmanes. La causa está en que tales residuos son bandas de mercenarios sin ideología ni dignidad ni moralidad, que trabajan para quien mejor les pague, en este caso los Saud de Arabia o Irán, pues ambas aportan petrodólares. Podemos, una formación prostituta formada por arribistas sin principios ni conciencia, se ha ido aferrando a todo aquello que proporciona recursos monetarios abundantes, el feminismo de Estado, Venezuela, el gran capitalismo, Irán, gays y lesbianas, el islam, etc. Fracasado el partido, sus jefes y jefas más avispados ya están mirando en otras direcciones, para encontrar nuevas fuentes de financiación… Dice mucho de esta tropilla ultra-feminista que en el momento de escribir estas líneas llega la noticia que en Irán hay otra mujer hospitalizada en situación de muerte cerebral a resultas de la paliza que la ha propinado la “policía de la moralidad” musulmana de Irán, por llevar “inadecuadamente colocado el velo islámico”, acontecimiento terrible que en realidad sucede cada vez más a menudo, ya casi cada día. Es inútil esperar que las feminazis podemitas condenen tales hechos…

[7] En el presente padecemos en Europa un ascenso del antisemitismo, por dos motivos. Uno el auge de la extrema derecha conspiracionista y neonazi, otro el antisemitismo de los musulmanes fascistas que han llegado con la emigración masiva. La fusión de ambos es bastante preocupante. Contra la primera he editado, como coautor, recientemente, un libro de denuncia, “El conspiracionismo, la extrema derecha y el Estado”.

FUENTE: https://felixrodrigomora.org/los-palestinos-son-victimas-de-sus-enemigos-y-de-sus-amigos/

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