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  • Autor de la entrada:Afri Bueno González y Kiko Bardají Cruz

El pasado verano de 2020 realizamos el IV encuentro las gentes que simpatizamos con la Transformación Integral en el espacio comunitario y autogestionado de Amarauna (Navarra). El encuentro fue bien y todas las personas estuvieron a gusto.

Al final del encuentro les brindamos un aplauso colectivo a las gentes que llevan Amarauna, agradecidos por el buen trato recibido, por la buena comida, el buen ambiente y la valentía que demostraron al decidirse a dejarnos hacerlo en plena ola represiva del Estado con motivo del covid.

A principios de 2021 solicitamos a Amarauna realizar de nuevo en agosto el V Encuentro de la Transformación Integral. Nos confirmaron que sí y fuimos preparando y organizándolo todo. 

A un mes de que diera comienzo este quinto encuentro, y estando a punto de ingresarles el dinero que nos cobran por hacerlo allí, las personas de Amarauna reciben un correo en el que una persona les “alerta” sobre nuestra posición en torno al feminismo. Este mensaje supone un aviso muy serio para ellos, una amenaza de tomo y lomo para el que de esto entienda, una clara advertencia para Amarauna. En el mundillo alternativo, si no estás ortodoxamente con la religión política del feminismo, te la juegas e, igual que hacía la Inquisición, se te puede organizar un anatema sit, es decir, un proceso de condena por herejía. La gente de la Transformación Integral lo sabe por propia experiencia. Y especialmente en Euskal Herria esto se entiende muy bien; pues es público y conocido el cómo la izquierda abertzale estalinista te hacía la excomunión si pensabas diferente y te atrevías a expresarlo. Podías sufrir las consecuencias a lo grande y muchos las sufrieron.

Una vez recibido el mensaje e interiorizada la amenaza que lleva implícita, se nos traslada desde Amarauna la preocupación que esta misiva ha suscitado entre ellos: por un lado, el no confesado, pero muy real, miedo a poder ser cancelados por alojarnos. Si te relacionas con infectados puedes pasar a ser uno de ellos, y no te digo si te atreves y les alquilas el espacio.

Y, por otro lado, nos comunican lo mal que les parece, DE REPENTE, nuestra visión del feminismo. Remarcamos el “de repente” con todo el énfasis posible porque ya estuvimos muchos días de encuentro en el 2020 pasado dando nuestra opinión, libre y abiertamente, sobre lo que pensamos del feminismo. Además nuestras webs, blogs, charlas, libros… siempre han estado llenos de rechazo explícito, claro, categórico, rotundo, tajante, expreso al feminismo, durante años. Cuando “de repente” entra el pánico es porque ha cundido el miedo y el feminismo sabe meter miedo, igual que lo hicieron en su momento el falangismo y luego los cabezas rapadas nazis.

Llevamos más de quince años repitiendo públicamente, de muchas formas y maneras, lo que la siguiente frase quiere expresar: “El feminismo es una de las peores plagas que nos ha enviado Dios nuestro señor para castigarnos, y ese Dios, omnipotente y nada misericordioso, no es otro que el Estado”. Esta es la frase con la que da comienzo el artículo titulado “Mujeres, hombres y viceversa” que denunciaba el mensaje electrónico que recibieron los de Amarauna de un familiar. Hemos dicho un familiar, sí, un auténtico familiar.

Los familiares era el nombre que recibían los miembros de menor nivel dentro del Santo Oficio, de la Inquisición, cuya función era el de servir de informantes. Señalaban a la disidencia para que se tomaran medidas represivas contra ella.

Sin duda, éste individuo que nos señaló, es un neofamiliar del fasciofeminismo. A él le decimos desde aquí que es un miserable estalinista. Y le recordamos que allí donde esté él, y gente como él, les vamos a plantar cara. Lo que nos han hecho es lo mismo que se hizo con el dedo acusador que señalaba a nuestras mujeres rurales: ¡Bruja, bruja, bruja!

Cuando el Estado abolió la Inquisición por obsoleta en 1812, la sustituyó por la terrible Milicia Nacional y finalmente por la Guardia Civil. Hoy, éste cuerpo de doble jurisdicción (militar y civil), está a las órdenes de los jefes del feminismo y del LGTBI+. No es descabellado por nuestra parte pensar que el que envió el mensaje a Amarauna, señalándonos como disidentes a acosar, hostigar y censurar, sea un informante de la Guardia Civil. ¿Por qué no lo íbamos a pensar así? ¿Acaso en Alsasua y sus alrededores no conocen de la maldad del Estado y su policía militar? ¿Acaso no saben lo que es el CNI? Un CNI, por cierto, a las órdenes de feministas.

El feminismo habla de los cuidados de forma falsaria. Lo que recibimos los heterodoxos con el catecismo de esta secta es, más bien, la censura y la dialéctica de los puños de la que hablaba la Sección Femenina de la Falange Española. Un montón de feministas gritándonos ¡rojos, brujas, herejes!, pidiendo que nos censuren, por expresar nuestra opinión, una opinión que, para más inri, es escrupulosamente antisexista. Pero, claro, apuntamos a su Dios: el Estado. Y el patrón de muchos de ellos también. Y eso es pecado mortal: al gran padre no se le toca, el gran patriarca es sagrado, que nadie muerda la mano de la que tantos comen. Causa mucha tristeza ver cómo en una zona como la circundante a Alsasua que, aparentemente tiene claro que la Guardia Civil es mala, se cuele el Estado a través del feminismo. El mismo mismito Estado que mete en la cárcel a inocentes, que tortura, que mata, que roba, que miente… Y se mete bien metido, travestido de izquierdista guay del paraguay.

La palabra no delinque y ojalá lo entiendan algún día. Las hay que piden cárcel para los que discrepamos con la Ley Integral de Violencia de Género. La censura es de fascistas. Nosotros luchamos para que los fascistas puedan, también, expresar su opinión. Así que no tenemos ningún problema con que el feminismo exprese su opinión. A esto se le llama: libertad de expresión y de conciencia. 

Volviendo al principio. El caso es que cuando nos comunican que Amarauna, de repente, no le gusta nada nuestra posición con respecto al feminismo; nosotros, ante la duda de que, tal vez, no entendieran nuestra posición con respecto al feminismo les enviamos una carta tratando de explicarla.

Finalmente, tras leer nuestra explicación sobre qué opinión tiene, más o menos, la Transformación Integral sobre el feminismo, la asamblea de Amarauna consensúa un comunicado en el que nos pone una condición para poder realizar nuestro V encuentro: la CENSURA del artículo colgado en nuestra web que comenzaba con la frase antedicha.

Obviamente rechazamos esta condición y, acto seguido, nos pusimos raudos a organizar de nuevo el encuentro en un lugar diferente con sólo un mes de plazo.

A continuación, publicamos ahora, tal cual, la carta que enviamos en su momento:

A los socios y miembros de Amarauna

Nosotros, Afri y Kiko (que simpatizamos con las ideas de la Revolución Integral), rechazamos, al igual que nuestros compañeros y amigos de la Transformación Integral, el machismo, el sexismo, el racismo, la homofobia… como los que más. Sin matices. Todas estas discriminaciones e ideas del odio las consideramos aberraciones a combatir sin tregua.

Por este motivo rechazamos al Estado (Estados del mundo, Unión Europea, Estado Español, Diputación de Navarra o Gobierno Vasco…) y al Capital y les consideramos, a ambos, como enemigos de la humanidad. Es el Estado el que nos esclaviza, no el que nos libera.

La liberación de la mujer tiene que ser con sus iguales, y no con el Estado, a través del Estado o desde el Estado. Esta idea, que mucha gente no secunda (sobretodo desde los partidos políticos) no debería ser muy diferente de la del anarcofeminismo. 

Rechazamos pues, con convicción, lo que llamamos feminismo de Estado. Para nosotros el Estado es el patriarcado, nuestro enemigo, y por lo tanto, todo feminismo patriarcal o estatal lo consideramos lo opuesto a la liberación de la mujer. 

Ejemplo de ello, lo tenemos en el código civil patriarcal que impuso el Estado liberal a finales del XIX (y que estuvo vigente hasta 1977). Especialmente en Navarra imponer el patriarcado legal costó cinco guerras civiles entre el pueblo y el Estado. Este código español afirmaba, en contra de la tradición rural navarra:

«El *hombre* protegerá a la mujer y ésta le deberá obediencia»

Y ahora el mismísimo Estado de siempre nos dice:

«El *Estado* protegerá a la mujer y ésta le deberá obediencia».

La dictadura parlamentaria que vivimos hoy es la continuación del mismo Estado imperial, esclavista, centralista y genocida de siempre.

Para nosotros esto es inadmisible y consideramos, por tanto, que el feminismo actual no es más que un *neopatriarcado* que trata de enfrentar a las personas entre ellas para mayor gloria y poder del Estado.

El _divide et impera_ es fundamental para el beneficio del Poder desde siempre. El Estado busca la gobernabilidad y ésta no se da si delante tiene un pueblo comunal unido por fuertes lazos de afecto. Necesita la guerra de todos contra todos. Necesita un infierno convivencial. 

No pensamos que la mujer sea el «sexo débil» a proteger, y menos a «proteger» por el Estado. La mujer se protege *con* sus iguales. 

Quien ha destruido y destruye estos lazos entre iguales es el Estado: su objetivo siempre ha sido extinguir la amistad, la comunidad comarcal, la vecinal, la familia extensa y hasta la nuclear, en su propio beneficio.

El Estado atomiza las relaciones bajo mil formas diferentes, en especial con la presión sociolaboral actual, y provoca soledad, dependencia, depresión y muerte. El llamado Estado de Bienestar provoca que las relaciones de interdependencia entre iguales se diluyan y las relaciones verticales de dependencia con el Estado se vuelvan omnipresentes. Otorga a la casta funcionarial un poder sin igual sobre la gente común y deja al individuo aplastado, sin autoestima, esclavizado y solo.

Los Estados teocráticos musulmanes donde el patriarcado es abiertamente ultramachista y misógino, separan radicalmente a hombres de mujeres. Esto lo hacen por Razón de Estado, por necesidad de dominar al pueblo, por debilitar al antagonista (el pueblo, los sin-poder), por mantener y aumentar su poder.

Creemos que el Estado Islámico busca separar a los hombres de las mujeres, para hacerlos más «dóciles», igual que a nuestro juicio, busca hacer el feminismo de Estado actual, pero de una manera más sibilina y falsa, bajo una supuesta bandera morada de la mujer. Las mujeres están siendo utilizadas como pretexto para la necesidad imperiosa y consustancial de dividir y enfrentar que todo Estado tiene.

El Estado necesita el enfrentamiento interpersonal para mantener su poder y aumentarlo. El Estado es el anti-amor, es la policía, el Ejército, la esclavitud, la uniformización, el ecocidio y la locura destructora. El Estado es una gran garrapata que chupa y chupa hasta que mata a su huésped, que somos nosotros, la gente común sin poder.

Si miramos a la Historia, es curioso que el feminismo como ideología concreta fue fundada por una parte de la burguesía. Y sus primeras revindicaciones sufragistas “censitarias” sólo buscaban ser partícipes del Estado, al igual que sus maridos burgueses (por burgués entendemos el que vive del trabajo ajeno y busca mandar sobre los demás).

En el mundo campesino antiguo donde había concejos, asambleas, juntas y batzarres, las mujeres y hombres ya participaban de la toma de decisiones. Tenemos documentación de sobra de que las mujeres podían participar en igualdad de condiciones que los varones en los concejos abiertos. Esto cada vez se fue atacando más y desnaturalizando más. En en mundo rural tradicional de aquí, las mujeres ya eran parte activa de la política local. Fue el Estado, hoy supuestamente el liberador de las mujeres, el que destruyó nuestro mundo rural popular tradicional. Y especialmente en Navarra encontró una oposición gloriosa.

La nobleza, siendo el mayor exponente de desigualdad interpersonal (y jerarquía) fue modelo para la burguesía, que ansiaba ser como ellos. La burguesía crea el sistema partitocrático, el parlamentarismo, para que sea la alta burguesía y la nobleza más moderna las que tomen las decisiones. Se desbarató poco a poco el poder concejil y comunal del pueblo, pero hubo un momento que fue necesario ir metiendo, de vez en cuando, discursos aparentemente “humanistas”, «sociales», «obreros», «feministas», “ecologistas”, “libertarios”…

Es en este contexto de ataque total a las libertades del pueblo, de la ruralidad, es donde surge el sufragismo. Las mujeres de la burguesía sí que vivían bajo un machismo asqueroso, no las del pueblo campesino. Aquí, en nuestra península, nunca la gente del pueblo quiso ser como la burguesía. El feminismo vino a reforzar el Estado, a darle más legitimidad, más poder de conquistar mentes y corazones.

Con el feminismo las élites se acercaron un poco más al ideal que todo Estado tiene: fusionar al pueblo con el Estado, es decir, destruir al primero. 

Por eso creemos que el feminismo de Estado no es lo mismo que la lucha por la liberación de la mujer, como tal, sino una lucha por más poder. El feminismo es algo salido de la Razón de Estado. De hecho el feminismo no busca la libertad de la mujer como ser viviente sino que busca su tutela desde arriba.

Tutela como la que vivieron los esclavos domésticos en la época del Estado imperial romano. Por cierto, Roma, referente de todo progresista.

Por ello pensamos que el feminismo, desde su fundación como sistema ideológico concreto (y no entendido como igualdad de las mujeres con los hombres sin más), tiene el objetivo de renovar el patriarcado, es decir el Poder, y no de abolirlo y liberar a las mujeres.

En concreto, consideramos que nuestro mundo rural popular tradicional (lo opuesto al mundo burgués urbanita de las sufragistas “censitarias”) de los concejos abiertos, los bienes comunales, la resistencia a las quintas y las mil formas de ayuda mutua, NO era un mundo esencialmente patriarcal. Rechazamos la versión de la Historia académica (esto es, la del mismo Estado ultraurbanita) que dice que nuestra historia rural popular era machista; cuando lo cierto es que los más clasistas, racistas, y machistas eran ellos, sin ningún tipo de duda. La cosmovisión que tenían, y tienen, es ese patrón mental de la jerarquía donde hay superiores e inferiores. 

Creemos que el izquierdismo (al ser la parte fundamental de la dictadura parlamentaria), fomenta también esta versión del Estado y la alta burguesía. Muchos  lo hacen bienintencionadamente, quien lo duda, pero eso no quita. El izquierdismo calumnia sin descanso nuestra ruralidad. Calificarla de machista no es más que una necesidad de vejar el pasado para justificar y ensalzar el presente. Sólo con pensar en la cantidad de izquierdistas que viven del Estado se comprende fácilmente. No nos identificamos con el izquierdismo, y por supuesto, tampoco con el derechismo.

La mujer, al participar en los concejos abiertos en igualdad de condiciones y como un vecino más, no estaba en una situación de opresión sistémica como afirma el feminismo. Con estas mentiras nos inculca así el autodio a nuestra cultura, a nuestro antepasados, nos corta las raíces. Claro que había diferencias en los roles y en el reparto de tareas, quien lo duda. Pero eso no hacía que unos estuvieran por encima de los otros. Y ciertas labores y tareas tenían más valoración e importancia que hoy en día, como es la maternidad. Esto es una obviedad.

Pero al Poder le interesa tener sujetos a su disposición. Y primero descompuso las comunidades llevándose a los jóvenes varones para sus guerras, y su naciente mundo industrial, donde se necesitaban trabajadores asalariados, y luego se ha ido llevando a las mujeres. Ha utilizado la «biopolítica» a su antojo y necesidad. A veces incentivando el tener hijos para tener más mano de obra y a veces desincentivándolo para incluir como mano de obra a la mujer. El Estado y su hijastro el Capital, trabajando a tope en contra de las personas.

Por documentar y difundir esto, se nos ha perseguido sin tregua desde la izquierda ¿por qué? Porque ellos son unos estatalistas que creen en la jerarquía (lo contrario del «nadie es más que nadie» que nosotros proponemos) y en la liberación de la mujer desde arriba, desde las instituciones del poder. En vez de que sea desde abajo.

La izquierda quiere pastorear a las mujeres desde consejerías y ministerios y, repetiremos mil veces, los humanos no somos ganado.

La izquierda, y el feminismo actual, no pueden admitir que vengamos nosotros a decir que nuestras antepasadas rurales NO eran las palurdas, analfabetas, catetas, oprimidas, beatas, maltratadas que la versión actual, progre y liberal, de nuestra historia afirma sin parar. Maquiavelo decía que el Estado se impone mediante tres maneras: la mentira, el soborno y la coacción. El feminismo miente sobre la historia de las mujeres, busca que el Estado nos soborne a todos y apoya la coacción extrema.

El izquierdismo desconfía de las personas comunes desde un elitismo caviar, aparentemente abierto y eco-friendly pero que sólo quiere seguir alimentando las desigualdades para continuar con sus privilegios. En especial privilegios de mandar sobre los demás (aunque la inmensa red clientelar regada de millones y millones de euros juegue también su papel).

Por ello, el feminismo cree que el Estado (el enemigo de siempre del pueblo) debe «liberar» a las mujeres. Esto nos parece una ignominia, aunque lo diga gente muy guai, muy maja y muy empoderada.

Nosotros condenamos a viva voz la Ley Integral de Violencia de Género, las discriminaciones positivas, los privilegios, las prebendas de funcionarios explotadores que viven de nuestro trabajo. Basta ya de tanto funcionario.

Condenamos las Cátedras de Género, las Secretarias de la Mujer, el adoctrinamiento ideológico de nuestros hijos y de todos, que cogen algunas frases nuestras y las reutilizan para sus intereses, pero con el objetivo de destruir la independencia, la identidad y la libertad personal y comunitaria. Para darnos una identidad prefabricada que nos obligan a asumir. Al feminismo le mueve la voluntad de poder y ésta siempre es esclavitud. 

Por supuesto, condenamos el Ministerio de Igualdad, y a todos los ministerios que en sus ámbitos tienen los mismos objetivos.

Todo esto lo consideramos el patriarcado y nosotros somos antipatriarcales, buscamos la liberación de la mujer junto con los hombres y con los que no se sientan ni una cosa ni la otra.

Nos da vergüenza ajena ver como determinados anarquistas se han creído el discurso del Poder, y se alinean con la izquierda parlamentaria, antes que tratar de debatir con nosotros. Estos anarquistas son las nuevas “beatas” que había en el franquismo y su religión es el posmodernismo apostólico y romano. Respondiendo a los objetivos propios del Poder que desde siempre ha utilizado la cancelación social y la censura para quitarse a lo que les es molesto y ataca al Estado. ¡Menudas actitudes! Y no sólo eso sino que amenazan, a los que sin pensar como nosotros, tienen algún tipo de relación, como si fuéramos «intocables» y contagiáramos. Si acoges a los de la Transformación Integral… ¡cuidado!… que entras en el terreno de la herejía y pueden  ir a por vosotros.

Esto genera un ambiente muy sectario, y muy seco. Donde hay miedo de pensar y expresar libremente los pensamientos y razonamientos de cada una. Miedo de no encajar en el estereotipo prefijado de lo que debe ser un «anarquista» o un «centro social». Y ser acusado, justo con la típica actitud corta de miras, de un fascista. Desde luego para nosotros esto es todo lo que uno quiera menos anarquismo o liberación de nadie.

Creemos que el poder ha vuelto a absorber ciertos movimientos para seguir legitimándose y quitarse lo que le es molesto. Con nuevos herejes (nosotros) y nuevos sacerdotes (los anarcoestatistas). Que en unos años estarán en nuevos cargos de «legitimidad» y nuevos ministerios…a saber con qué escusa.

Estamos hasta los ovarios y las pelotas de este anarcoestatismo inquisidor que orbita entorno a Podemos, Bildu, las CUP o el BNG.

Un anarquismo defensor del Estado que es una estafa, un fraude, un timo.

Dentro del anarquismo entran muchas, muchísimas cosas, pero justo esta….que es la que le da nombre….(A /AN = no, Arje/Arque/Arquia = Poder) Anarquía = Sin Poder (esto es, Sin Estado).

Nosotros estamos por el diálogo, por el debate, con todos los que no piensen como nosotros, ¡faltaría más! Pero no aceptamos la censura, las amenazas, la persecución o el querer callarnos la boca a ostias, como hace permanentemente el izquierdismo con nosotros (y la estafa del anarcoestatismo).

Queremos reunirnos para hablar entre nosotros porque vivimos muy dispersos y Amarauna nunca nos pidió pureza ideológica al modo estalinista.

Sentimos la extensión del texto pero teníamos que escribiros para que sepáis directamente y extensamente explicado nuestra visión. Nosotros siempre hemos combatido el machismo, el sexismo o cualquier ismo odioso. Nos oponemos al feminismo de Estado porque queremos destruir el Estado, porque amamos la libertad y amamos a los hombres y a las mujeres y a todo bicho viviente. Pero no por ello a sus instituciones opresoras.

Si la asamblea de Amarauna nos cancela nos gustaría que al menos argumenten y saquen alguna cosa machista que hayamos podido decir o escrito en estas dos últimas décadas en los libros, webs, blogs, audios, charlas… que hemos promocionado.

Creo que el año pasado hubo buena sintonía, y apoyo mutuo entre ambos colectivos (Amarauna y la Revolución Integral). 

Nuestro colectivo es muy diverso y plural, es posible que no todas las personas que orbitamos en él pensemos y seamos iguales (esto lo consideramos bueno), pero estas cosas que hemos explicado las compartimos.

Y en realidad nos encantaría que esas personas que nos quieren boicotear vengan a debatir.

Y aunque la derecha este profanando ciertos conceptos que siempre han sido nuestros… ¡¡Viva la libertad de expresión, viva la libertad de conciencia, viva la libertad de creencia, viva el pensamiento, viva el debate, viva el diálogo, viva la amistad, viva el escuchar al diferente y viva la diversidad!!

¡Abajo la inquisición venga de donde venga! 

También debemos preguntarnos ¿cómo va a avanzar el pensamiento si se censura, persigue o se pone en lista negras a la disidencia? La herejía es diversidad, imponer una sola Iglesia no va con nosotros.

Nos acordamos de la frase de Martin Niemöller… Hoy vienen a por mí pero mañana igual van a por ti.

¿Qué será del mañana? ¿se podrá pensar, decir, rebatir, investigar, leer? ¿O el pensamiento morirá junto con la libertad?

Si hoy se deja que seamos nosotros los cancelados mañana lo seréis otros, así funciona el estalinismo al que hay que pararle los pies con valentía, como se ha hecho siempre en Navarra con los tiranos.

Si queréis que respondamos a las preguntas, de quien sea, sobre la cosmovisión de los que conformamos lo que hemos llamado Transformación Integral y su posicionamiento frente a las ideas del poder o del Estado estaremos a vuestra disposición. ¡Viva la libertad de las mujeres y abajo el patriarcado! Nadie nos va a mandar callar.

Afri Bueno González y Kiko Bardají Cruz

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