Inicio Foros General Presentaciones Miguel (de la Carpetania)

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    Soy padre de una hija con quince años. Pongo esta circunstancia en primer lugar porque siento que éste hecho transformó decisivamente mi vida hacia una expansión del amor y surgimiento de espititualidad.
    También intento ser apañador, es decir, intento resolver situaciones problemáticas, aunque sea de manera provisional o para salir del paso).
    Provengo de ancestros pastores, jornaleros y pequeños campesinos. Seres sumisos, políticamente desempoderados y en lucha silenciosa por la supervivencia, sin capacidad de elaborar otro discurso que no fueran mandatos y dichos o refranes populares.
    En cuanto a mi formación reglada y no reglada, puedo sintetizarla en los siguientes puntos:
    1) Aprendiz de oficio en F.P. 2) Servicio militar 3) Obrero industrial 4) Bombero-conductor
    5) Estudios universitarios a distancia 6) Lecturas muy diversas 7) Diversas experiencias con los sindicatos y movimientos sociales de carácter izquierdista: anarquismo, ecologismo político, ecoaldeas.
    En consecuencia, soy la primera generación con capacidad para elaborar discurso. Hasta hace muy poco me sentía con la responsabilidad de aprender a usar el lenguaje academicista propio de la sociología. Pero este discurso me resulta forzado y ajeno a mi condición. He llegado a la percepción de que me caracterizo más por lo que no soy que por lo que soy. En este sentido actualmente siento que más que a hablar no atino si no a balbucear, pero me doy cuenta que el deseo de luchar por mi libertad pasa por la elaboración de discurso, ya que creo que el lenguaje conforma realidad.
    Creo que en esta carencia de discurso represento a una gran parte de la población. También pienso que el activismo social nace y se hace de manera paulatina. Es por ello que veo un gran reto el poder comunicar con los demás de manera sencilla y auténtica, sobre todo con el ejemplo, de manera que palabras acompañadas de acciones, puedan desenmascarar los simplismos manejados en las proclamas del pensamiento hegemónico cultural.
    Puedo aportar ciertos conocimientos en organización y motivación de equipos de trabajo.
    Para terminar esta presentación utilizaré la metáfora de la mochila. Creo que cada persona nos acercamos al grupo con una «mochila sicológica» cargada de miedos y prejuicios, pero también de expectativas, voluntad de esfuerzo y demás dones. Hay una parte consciente (que vemos y nos suele ser grata) y otra parte inconsciente (que no la queremos ver porque nos duele y nos resulta ingrata). Creo que es fundamental que en mi convivencia afronte la retroalimentación que me ofrece el grupo, porque allí hay dolor que cura y surgimiento de dones.

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