AYOTZINAPA, 1 AÑO
(poema anónimo)
«No quiero hablar de cuerpos, ni de pesadillas,
ningún hombre debería ser reducido a su cuerpo.
Así pues voy a hablar de lo que sabemos.
Hoy hace un año
-casi podemos escucharlo-
jóvenes-niños llenos de alegría rebelde,
de solidaridad,
se dirigen a protestar contra una antigua masacre
del Estado mexicano,
a levantar las almas y las voces
de cientos de estudiantes
atropellados, asesinadas,
en México DF, 2 de octubre del 68.
Hoy hace un año una nube de cuervos,
un alcalde coludido con el narco,
un gobernador compinche del alcalde,
una policía que encubre al gobernador,
un gobierno federal que encubre a la policía.
Hace hoy un año -retomo otra vez-
las voces jóvenes y rebeldes
fueron aplastadas
bajo un manto de complicidades y silencio.
Cayeron las voces e hicieron temblar el suelo.
Hoy hace un año escuchamos los disparos,
el terror, ¡casi se puede oír!
la mujer del alcalde, sus joyas,
sus hombres con metralletas,
los estudiantes con manos y gargantas,
la policía federal y el ejército contemplando
impasibles el espectáculo,
cómo se llevan vidas, cómo arrancan voces
del aquí y ahora
para transportarlas adonde no existe el tiempo,
porque del tiempo les desaparecieron.
Hoy abrimos una brecha en el tiempo
y recuperamos todas las voces.
Juntamos nuestras voces con las suyas,
y sus voces con las de 1968.
Son cientos de voces, miles de voces,
es un silencio ensordecedor, gigantesco de voces,
voces del pueblo, y al otro lado
el que se aferra al poder desesperado,
para no ahogarse en este mar de candelas
y cadena de voces resquebrajando el tiempo.
Nos faltan 43.
Fue el Estado.»