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#2353
Roberto Serna
Participante

Buenas, MLopez, perdona pero no se tu nombre,
Lo primero enhorabuena por decidirte a tener tu propia huerta, desde luego, si te animas y le das cariño es una de las mejores experiencias de la vida, para mi desde luego ha sido algo inigualable.
Si entramos en el tema de la caza yo diferenciaría la caza en sí misma como medio de subsistencia que se ha practicado desde la antigüedad y la caza «deportiva» que se practica hoy en día. Desde luego que ambas no tienen nada que ver ni en la forma ni en el espíritu. Mientras que la primera garantizaba la libertad y la autonomía de los pueblos (fundamental en cualquier comunidad que se encuentre integrada en su entorno natural), la segunda es una de las variadas distracciones creadas por la modernidad, equiparándola a cualquier otro deporte con el problema añadido de que las armas de fuego son peligrosas para cualquiera que pase por la zona.
Pero igual de mal me parecen las carreras de quads y motos que tan de moda se han puesto por los montes españoles y que seguro que causan más muertes que la propia caza aparte de contaminar acústicamente.
Sin embargo la alternativa no la veo muy clara. ¿Prohibir la caza? Sería mucho peor, a fin de cuentas todavía queda gente en los pueblos que la practica para complementar su dieta y que la hace con respeto, aparte que haría falta un mayor control policial de los montes (como si no fuera ya poco). Además la caza en si no es algo malo, al contrario, sería deseable que se practicara con respeto hacia las personas y la naturaleza para conservar la autonomía de las zonas rurales.
Hablando de Roma, los primeros interesados en limitar la caza fueron los invasores romanos, centrando sus esfuerzos en el desarrollo de la agricultura y sobre todo el cultivo del cereal, de forma que las comunidades dejaran de ser independientes y se convirtieran en asentamientos permanentes (fácilmente controlables y fiscalizables).
Creo que la solución al problema pasa por el respeto mutuo, no por las leyes. Quizás los dueños de las huertas puedan hablar con los cazadores para que se alejen lo más posible de esta zona, independientemente de lo que diga la ley pues siempre por encima de la ley está la ética o las creencias de cada uno.

Para recuperar nuestra TIERRA, intentemos vivir sin la intervención del Estado, conviviendo en el respeto.
Un saludo y ánimo. Roberto.