#2081
Laura Herrero Román
Participante

Hola, aaisa y los demás.

Os cuento brevemente mi experiencia. Yo he nacido y me he criado en la ciudad, salvo algunos años en un pueblo grande (así que no había gran diferencia en la práctica). Ya en mi juventud fui conociendo de estos temas y decidí embarcarme en un proyecto rural, sin tener ni idea, por supuesto. Estaba llena de ilusión pero no tenía conocimientos.

Lo que te encuentras en estas experiencias son bastantes fracasos, pero eso sí, el aprendizaje, si le pones ganas, es rápido. Afortunadamente, tuve personas que se molestaron en enseñarme las tareas del campo. Luego también te encuentras, como habéis mencionado, con problemas convivenciales. En mi caso tenía unos 25 años, pero una historia detrás un poco complicada, ya que la ciudad, y más en estas últimas décadas de propaganda (te educa el Estado y la sociedad, no tu familia, en muchos casos) no es un lugar que propicia las cualidades necesarias para una buena convivencia. Por lo tanto, también fue un aprendizaje interior muy fuerte.

Otro obstáculo que hay es el económico. En un pueblo pequeño pocas cosas puedes hacer para ganar lo básico para vivir. Si eres soltero tal vez puedes conseguir de vez en cuando ayudar a los que tienen fincas grandes, pero son trabajos puntuales. Pero si tienes hijos, como es mi caso, no es tan sencillo (además de la poca experiencia en este tipo de tareas). También puedes cuidar a personas mayores, pero no está garantizado que te pueda salir algo de esto. Desde luego es un tema que hay que pensar bien.

Aún así, yo recomiendo a las personas que nunca se han atrevido, que den el paso. Porque aunque salga mal, el aprendizaje que sacas de ahí y los buenos momentos, son más importantes que el haber alcanzado o no tu meta. Y con ese aprendizaje, algún día, podrás ayudar a otros que se encuentren en la situación en la que tú estuviste.