Inicio › Foros › General › Cajón de sastre › ¿El castellano viene del latín? › ¿El castellano viene del latín?
Quizás tú no piensas así, pero la gente que lee el libro (o ni eso, solo ve el vídeo) de Carme J.H. sí que lo hace. Y esa actitud no es nueva, como podemos comprobar por ejemplo al leer el Teatro Crítico Universal de Feijoo. E incluso muchos de nosotros hemos tomado algo como cierto sin cuestionarlo suficientemente. Por ejemplo, ¿cuántos de nosotros no hemos «pensado como la izquierda»? Y sí, esto es algo que ya se ve en los institutos de enseñanza secundaria. Lo «normal», lo que te hace encajar es tener pensamiento de izquierdas. Luego esto va a más en la Universidad, no lo niego.
Pero yo tengo tendencia a separar entre el conocimiento puro y el control socioideológico. Evidentemente, no todo el mundo va a estar de acuerdo conmigo en que hay que mantener la Universidad, o apoderarse (intelectual y espiritualmente) de ella. Estoy segura de que existe la postura contraria: la de que hay que acabar con la Universidad y buscar nuevas formas de extender el conocimiento. Es una postura respetable, siempre y cuando se rescate el conocimiento puro y no se queme en la hoguera. Pero aquí ya estamos hablando de un futuro que nadie sabe si llegará.
Yo estoy ahora en la Universidad, veo los diamantes en bruto que contiene y las sombras que la acechan constantemente. Veo a los jóvenes que son arrastrados hacia donde el Estado quiere, pero también veo una contrafuerza, la chispa de la curiosidad que aún no ha muerto, un deseo por cambiar el mundo, que esto es algo que siempre ha tenido la juventud y de lo que se aprovechan los gobernantes y oportunistas, como en este momento ocurre con el partido Podemos. ¿De dónde ha salido su líder? Es evidente que la Universidad se usa como arma ideológica. Los profesores que estimulan el autoaprendizaje, la capacidad crítica y la cooperación entre los alumnos para alcanzar la comprensión de un tema planteado no son muy estimados en general, la mayoría los critica y piensa que le hacen perder el tiempo. Y luego están los profesores jóvenes, carismáticos, que se lo dan todo masticado a los alumnos, que no innovan ni cuestionan, algunos de ellos, como pasó el año pasado, van de seductores y atraen a las masas.
Como digo, mi pensamiento es que ahora mismo, con lo que hay, se puede, usando lo que hay dentro de la Universidad (el conocimiento, el respeto que tanto se está perdiendo, la cooperación, el análisis, la relación especial que se crea entre un buen maestro y un alumno que realmente anhela conocer la realidad y está dispuesto a poner todo su esfuerzo intelectual en ello, etc.)combatir un poco el control socioideológico que hay en la propia Universidad y el de la calle. ¿Cómo? Sobre todo derribando mitos. En el ámbito lingüístico hay mucho trabajo que hacer en este sentido. Y seguro que en los que conozco menos, como el de la historia o el de la ciencia, ocurre lo mismo.
Me preocupa lo que va a pasar cuando se jubilen los grandes profesores que hay ahora y que han conocido una sociedad muy diferente. Como todos los profesores que se queden sean unos mediocres burgueses ídolos de la juventud, ahí sí que se hunde la Universidad, y los jóvenes con ella.
Claro, hay mucho que reflexionar aquí y cada uno tenemos nuestra propia opinión.