#2163
M. López
Participante
COMPLEMENTARIEDAD DE PROCESOS

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Espiral triple funeraria Newgrange 3300-2900 a.C.

El proceso de morir al igual que el del nacimiento también forma parte de nuestra existencia, es la última etapa de este proceso biológico que comenzó con la concepción y posterior gestación de cada uno de nosotros (independientemente del tiempo que dure, en ocasiones ni siquiera se llega a terminar la gestación).

Pero ¿qué es la vida, qué es la muerte?

A lo largo de todo nuestro proceso vital interactuamos con lo que nos rodea, y todas estas interacciones que se dan a muchos niveles y en múltiples direcciones, dejan su huella en otros. Igualmente tras el proceso de morir, nuestros cuerpos como entes orgánicos que son siguen su proceso y se degradan, dando lugar también a la vida.

Si a lo largo de este proceso la vida se transmite a otros (no exclusivamente descendientes biológicos) y continúa tras el proceso de morir, entonces nos hace preguntarnos si la vida concebida como algo individual y aislado existe como tal o si es un proceso mucho más amplio.

Igualmente a lo largo de todo este proceso llamado “vital” asistimos a pequeñas muertes que normalmente pasan desapercibidas, por ejemplo las células de nuestro organismo que mueren cada día. A esta circunstancia, algunos la denominan muertes fragmentarias.

Lo que nos hace preguntarnos si esta concepción lineal de lo que somos existe como tal, o si en realidad es un “proceso existencial” donde la vida y la muerte se producen al mismo tiempo como fenómenos complementarios.

“El asunto esencial sobre la vida, sobre la muerte, es fundamental para entrar a considerar la realidad de lo que somos” (Mar López)