El reciente VI Encuentro del Proyecto RI o TI, celebrado el último fin de semana del pasado mes de agosto, resultó ser distinto de lo proyectado; si bien, como allí mismo se afirmó, fue el mejor de los realizados hasta ahora.

La intención de los organizadores del VI Encuentro, así como de las demás personas que ayudaron a su consecución, era la de iniciar el proceso de autoorganización del Proyecto RI o TI. Se trataba de otorgar contenido y forma, aunque fuera de modo incipiente, al movimiento popular comúnmente denominado revolución integral.

Con este fin se intentó elaborar un Manifiesto, igual que unos Estatutos y otra serie de documentos fundantes, que permitieran que dicho movimiento diera un salto adelante. Sin embargo, las expectativas eran demasiado ambiciosas.

La voluntad, el esfuerzo, el sacrificio, el combate, etc. son lo importante, y éstos estuvieron, así como siguen estando, muy presentes. Los resultados fueron buenos conforme a las circunstancias, dado que los mismos impulsores del VI Encuentro y el proceso de autoorganización comprendieron la necesidad de aplazar las grandes metas que originariamente habían concretado. Es decir, adecuar su esperanza, voluntad y esfuerzo transformador, subjetivo, a la realidad revolucionaria, a las condiciones objetivas.

Sin duda, fue el Encuentro en el que se tuvieron las cosas más claras, en el que más se definieron posiciones, en el que más nítidamente se decidió, por amplísima mayoría, proseguir en el épico esfuerzo revolucionario.

Se determinó que la concreción del Manifiesto RI o TI es lo prioritario, y que se continuaría trabajando en él. El resto de documentos, y el proceso de autoorganización en sí, tendrán que concretarse según evolucionen las circunstancias; sin olvidar, y teniendo como referencia, lo realizado hasta el momento.

Conque, pese a lo logrado hasta ahora, todo queda por hacer. Sumaos a este camino, complejo, arduo y épico; pero, a través de cual, podréis ser vosotros mismos, personas dignas de tal nombre y orgullosas de sí; quienes rechazan, y combaten, porque no existe otra manera de ser, las élites y sus estructuras de poder que nos pretenden mantener como esclavos sin espíritu ni cuerpo.

La victoria no se puede elegir, solo aspirar a ella, pero sí luchar día tras día, por siempre.

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