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  • Autor de la entrada:Félix Rodrigo Mora

Lo más necesario ahora es una comprensión suficientemente acertada de los acontecimientos. Se consigue efectuando un metaanálisis de la crisis del coronavirus, que abarca el encarcelamiento domiciliario de la población, la conculcación fascista (de izquierdas) de las libertades individuales y la alteración radical de nuestras condiciones de existencia, sociales e individuales.

Todo con la pandemia como pretexto y con una duración estimada en varios años. La meta última es constituir un orden totalitario e inhumano particularmente severo, valiéndose del miedo general inducido, la crisis económica provocada, la represión institucional múltiple y la caotización general de la sociedad.

En puridad, ello es la entrada en una nueva Edad, la de la subhumanidad realizada. El 2020 es el Año Uno de la Era Posthumana. Se pretende crear un robot, un androide, un monstruo, que sea ilimitadamente sumiso, no alcance a servirse de la propia razón, trabaje 100 horas semanales en condiciones infernales y con salarios miserables, obedezca en todo al Estado, aporte tributariamente el 80% del producto de su trabajo y, sobre todo, resulte enteramente incapaz de ser por sí mismo. Se trata, en definitiva, de imponernos coercitivamente el modelo chino, marxista-fascista, para hacernos Seres Nada Realizados.

Pero dicha operación se está efectuando cuándo las estructuras y las instituciones del poder constituido, a escala mundial, crujen, se agrietan y amenazan ruina. Lejos de exhibir fuerza, el programa que el poder constituido está aplicando manifiesta su debilidad, descomposición, insostenibilidad e inviabilidad. El actual régimen está en fase de decadencia y  autoaniquilación, y busca nerviosamente un “remedio” a tal situación. Quienes llevan muchos años “lamentando” que en Europa no sea posible la revolución, ahora tienen ante sí la rápida maduración de las condiciones objetivas para un cambio revolucionario…

¿Cuál es el factor causal y problema número uno? La actual concentración descomunal de poder, hasta constituir un régimen de tiranía ilimitada. Jamás han existido antes unas formaciones estatales y empresariales con la cantidad, calidad e intensidad de poder efectivo que tienen las actuales. Nos enfrentamos, por tanto, a una situación nueva[1] en la historia de la humanidad.

PERSPECTIVA ESTRATÉGICA

Es evidente que el régimen de tiranía en curso no puede ser derrocado, no puede ser vencido, al ser extraordinariamente fuerte, pero por ello mismo, debido a su mega-potencia, se está autoaniquilando.

La estrategia revolucionaria integral ha de basarse en estar activamente preparados para el tiempo en que la autodestructividad institucional, inmensa, que es inherente al actual orden, haya alcanzado su cénit. En tal situación, probablemente existente en unos pocos decenios, se podrán desmantelar las vigentes estructuras (lo que quede de ellas), para sustituirlas por otras de naturaleza libre, popular, autogobernada, comunal y humanizada, fundamentadas en la autonomía responsable, sociable, activa, inteligente y moral de la persona.

Para ello, tienen que darse determinadas condiciones, a ir construyendo desde ahora. 1) Sobrevivir[2] a la vorágine de destructividad en curso, para lo que se necesitan procedimientos de ayuda mutua, cooperación y subsistencia. 2) Tener elaborado un ideario, proyecto de transformación y programa bien argumentado, que sea objetivo, realista y revolucionario, desde el cual se efectúe el proceso de sustitución del viejo orden en entera decadencia. 3) Formar y autoformar personas capaces, competentes, preparadas. 4) El proyecto y programa de la transformación integral ha de ser conocido por los sectores más conscientes de la población. 5) Realizar polémicas públicas efectuando críticas a las formulaciones y prácticas inadecuadas, 6) Corregir, desarrollar y perfeccionar regularmente, desde la experiencia, el sistema de ideas y prácticas de la transformación integral. 7) Resistir, por la denuncia y la acción insumisa, a las malfetrías e injusticias de las autoridades, para ir articulando movimientos de insurgencia popular. 8) Proponer un estado de ánimo, individual y colectivo, de esperanza, optimismo, combatividad, hermandad, alegría, asistencia mutua, responsabilidad, compromiso y vigor épico, 10) Lograr un alto grado de autoorganización y sociabilidad popular, superando la atomización social actual, de modo que por todas partes se vayan constituyendo equipos territoriales, fraternidades de ayuda mutua y grupos de trabajo. Tal podría ser la estrategia general para el periodo 2020-2030.

PERSPECTIVA TÁCTICA

En pos del objetivo estratégico, la táctica para el IV Encuentro y el año siguiente, hasta el V Encuentro, se ha de apoyar sobre todo en dos asuntos. Uno es adecuarnos, como proyecto TI, al nuevo escenario social de caos y desplome en desarrollo. El otro es sacar partido de la creciente toma de conciencia de los sectores avanzados del público, que irán girando desde su actual miedo por hiper-adoctrinamiento, incomprensión, confusión y, en consecuencia, parálisis, hacia la indignación, la percepción realista de lo que está sucediendo y la necesidad de rechazar, protestar y resistir.

¿Cómo hacerlo? 1) Elaborar los elementos explicativos necesarios que aún nos faltan para dotarnos de una base argumental sólida y suficiente, el Manifiesto de Transformación Integral, el Manual de Supervivencia, el Reglamento de Autoorganización y el Manifiesto Convivencial, por citar a los cuatro más importante. 2) Desarrollar las acciones de resistencia a las peores imposiciones institucionales, vacunas, chip de control personal, videovigilancia fascista, etc. 3) Capacitar a las personas incorporadas al movimiento TI, asunto en que los cursos de formación deben ser determinantes. 4) Ir constituyendo nuevas expresiones organizativas, convivenciales y relacionales de supervivencia, difusión de ideas y hermandad. 5) Efectuar debates públicos que estimulen y esclarezcan. 6) Atender a la marcha de los acontecimientos para tomar la iniciativa frente a la acción gubernamental, formulando propuestas de acción, disidencia y protesta. 6) Realizar un esfuerzo colosal, bien pensando y permanente de explicación al público y de difusión en toda la sociedad de nuestras ideas, ideario y enunciaciones concretas, para lo que hay que elaborar un Protocolo de Difusión y Explicación.

El sexto punto requiere un comentario. Rehusamos ser meros críticos del sistema, no vamos a permanecer “hábilmente”, cobardemente, a un lado en los sucesos que van a ir aconteciendo sino que deseamos situarnos en el centro mismo del conflicto, para realizar la transformación social integral, la revolución. En consecuencia, la actual fase táctica requiere, en los próximos años, efectuar un trabajo enorme de explicación, y para ello tenemos que acudir a los mejores y más eficaces procedimientos. La finalidad no ha de ser tanto convencer como dar a conocer. Que nuestras ideas y propuestas transformadoras sean conocidas, para que en un segundo momento los hechos mismos convenzan, y movilicen, a cada vez más personas.

Dar a conocer, ¿cómo? Lo previo es lograr que cada una y cada uno de las personas adheridas a la idea TI estén en condiciones de trasmitir los argumentos esenciales sobre lo que está sucediendo y sus remedios. En tertulias caseras, conversaciones de amigos, vídeos, mensaje de móvil, charlas y conferencias, folletos, hojas, libros, radios, carteles, pintadas, televisiones, etc. La batalla de las ideas será del todo decisiva en los años venideros. Y la podemos ganar, si decidimos no ser meros críticos marginales del sistema. Los cursos de formación deben facultar no sólo en los contenidos sino en los procedimientos de explicación y exposición.

Creer que una persona, o un grupo reducido de personas, pueden hacer ellas solas las determinantes tareas de esclarecimiento y concienciación, es un error descomunal. Se necesitan que sea tarea de docenas, de cientos, de miles. De todas y todos.

Construir ideas y propuestas. Formar Personas. Establecer formas de hermandad y organización. Resistir y combatir. Sobrevivir. Llevar nuestro ideario a la opinión pública. Tales son nuestras tareas tácticas, actuales.

La conclusión final es que el único modo raciona de afrontar lo que está sucediendo y va a suceder, es considerarlo desde su positividad, para no dejarse aniquilar por el miedo y la ansiedad. Y el fundamento de dicha positividad reside en considerarlo como una muy cierta posibilidad de crear un nuevo orden social, un nuevo ser humano y una nueva humanidad.

FRM 16-7-2020

Anexo. En relación con lo tratado recomiendo el estudio de mis libros “Erótica creadora de vida. Propuestas ante la crisis demográfica”, “Sé el mejor médico de ti mismo” y, sobre todo, “Autoaniquilación. El hundimiento de las sociedades de la última modernidad”. También, el artículo de mi blog, “Nuestra demografia en 2019”. De mis vídeos, “Descomposición, transformación, revolución”, “El desmoronamiento de las sociedades de la modernidad” y “Lo que va a suceder. Lo que hay que hacer”.

[1] Nueva no por el desplome autoinfringido de un sistema de mega-poder, lo que ha ocurrido numerosas veces en la historia (todas las sociedades tienen un principio y un final, lo que hace normal la actual fase de la historia), sino porque la potencia descomunal de dicho mega-poder planetario está arrastrando a la humanidad toda a la catástrofe.

[2] Aunque suene muy duro, mi criterio es que la mayoría de la población de los países de la última modernidad no se halla preparada para lo que está viniendo, así que perecerá en masa en los próximos decenios. Sólo una minoría consciente y activa, si se organiza para ello desde ahora, sobrevivirá al gran caos social que acontecerá en Europa (y en todo el planeta) en los próximos decenios.

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