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#2404
Alex Cosma
Participante

¿A qué comunidades se suman los inmigrantes del siglo XXI, a las imaginadas o a las reales? Pues a las imaginadas, ya que las reales, como tú mismo afirmas, David, han desaparecido… Es más, tú mismo dices que los inmigrantes deben adaptarse a las reglas de la comunidad de destino, y si esa comunidad de destino es imaginada, lo que hacen los inmigrantes es sostener esa comunidad imaginada creada por los poderes fácticos, comunidad que sin el concurso de los inmigrantes ya estaría en decadencia y con grietas aprovechables para la revolución.

Ahora la sociedad imaginada ya no es la nación, ni la raza ni la religión, sino precisamente el altermundismo, el ciudadanismo, el antirrracismo, el feminismo y, por supuesto, todos ellos al servicio y bajo el paraguas de la SOCIEDAD DE MERCADO.

Dices que el SER no tiene nada que ver con las comunidades imaginadas o reales, entonces, ¿por qué introduces al SER en el debate?
Una cosa es pretender acercar la filosofía a la gente de a pie (entre la que me encuentro) y otra introducir conceptos ininteligibles para el común de los mortales, y además a destiempo.

Sobre Pedro García Olivo hay que mencionar una curiosidad: llega a las mismas conclusiones que Félix acerca del Estado y los sistemas de dominación, pero lo hace interpretando de forma laudatoria a los mismos filósofos que Félix denosta (Heidegger, Nietzsche, Habermas, Foucault, Derrida, etc.), y lo hace usando citas de dichos autores de forma constante para reforzar sus postulados.
O bien uno de los dos está equivocado, o bien la filosofía erudita sirve igualmente para una cosa y su contraria, vamos que sería una ESTAFA.

Por cierto, las citadas «comunidades imaginadas» del siglo XXI (altermundismo, antirracismo, feminismo, etc.), tan ciertas como que el sol sale todos los días, y que no citas en tu enumeración, están preparando los próximos genocidios; pero ya atisbo que los corresponsables de su protección y sostenimiento acríticos, harán lo de siempre cuando llegue la sangre: la culpa es de otros.

El inmigracionismo olvida y/o desprecia las condiciones objetivas actuales que imposibilitan la convivencia pacífica y la rehumanización… y cuando la realidad le muestra su ERROR CATASTRÓFICO, se enroca y echa la culpa al empedrado.

La posibilidades de gestión de la inmigración masiva que tiene una comunidad real son mayores que las posibilidades de gestión que tiene una comunidad imaginada, ya que ésta última la gestionará exclusivamente de acuerdo a los intereses de las minorías poderhabientes que crearon dicha comunidad artificial; y entre dichos intereses está la división y enfrentamiento. A esto responderás: pues de eso se trata, de evitar que los podres fácticos se salgan con la suya… Pero no, no está en nuestra mano conseguir eso porque no está en nuestra mano cambiar el uso de una herramienta. Lo que si está en nuestra mano es impedir que esa herramienta sea diseñada y construida… o bien, si no lo hemos conseguido, una vez que está construida, sí está en nuestra mano no usarla. Las herramientas de división y enfrentamiento son muchas, pero para lo que nos atañe en este hilo, es la inmigración masiva y el inmigracionismo. Tienen un uso, y no podemos cambiarlo, es imposible. Sirven para sostener el sistema de dominación y para la división y enfrentamiento (debilitación, degradación, envilecimiento) del pueblo. Por tanto, mientras existan, dichas herramientas serán usadas por el poder que las ha diseñado y construido. Es nuestro deber, por tanto, no usarlas y, cuando se den (consigamos) las condiciones, destruirlas… y es nuestro error intentar cambiarlas de uso. El siguiente paso sería acabar con ese poder ilegítimo que las diseñó, evidentemente.

Por contra, una comunidad real (con vínculos internos y autogestionada), deberá tomar decisiones propias cuando le llegue una gran cantidad de emigrantes… y una de ellas puede ser admitirlos a todos; bien, perfecto; pero otra puede ser no admitir a ninguno en el caso de que no se den las condiciones que dicha comunidad se ha puesto como necesarias. Y esto es así por la sencilla razón de que esa comunidad vela por sus intereses, no por los intereses ETÉREOS y difusos de toda la humanidad, ni por los de una minoría, ni por mandato de una supuesta filosofía universal…

Por lo demás, y ateniéndome de nuevo a tus palabras, David, si los miembros de la comunidad imaginada (que será destino de los emigrantes) no tienen vínculos reales entre sí (y esto es objetivamente pernicioso), ¿por qué habría de ser siquiera inocuo que lleguen inmigrantes desconocidos para los envilecidos autóctonos, y aún más desconocidos entre sí al proceder de muchos países y culturas, no de una sola, llegando incluso a estar enfrentados entre ellos mismos?

¿Por qué insistimos en negar la REALIDAD? ¿Por qué insistimos en CREER (es pura creencia y dogma) que la mezcla (independientemente de cualquier otro factor) siempre es buena (independientemente de los ingredientes y las cantidades)?

Y esa REALIDAD que NEGAMOS (uso el plural de autoría porque, quiera o no, pertenezco a la comunidad que la niega y, por tanto, tengo mi cuota de responsabilidad), repito, esa realidad que negamos nos dice que la inmigración masiva está creando comunidades cada día más y más y más IMAGINADASSSS (con una «imaginación», por supuesto, adaptada a las nuevas condiciones).

A partir de aquí, que cada cual sienta, piense y haga lo que estime oportuno. Como decía aquél: el tiempo es el juez insobornable que da y quita razones…