#2572
Celia Rodríguez
Participante

Creo que cada día que pasa hace que la población más cuenta se dé de que nos están tomando el pelo. Sin embargo, sigue existiendo mucho miedo, ya no solo al bicho, sino a las multas, a las miradas de los demás, etc… En esta manera la población se está convirtiendo en un excelente juez para el resto.
Desmontar la plandemia a estas alturas es tan sencillo como mirar los números. No los de la televisión, sino preguntar a la gente cuantos enfermos conocen, cuántos con síntomas, cuánto han sido hospitalizados y cuántos de su entorno han fallecido.
Por otro lado, los contagios no se están sucediendo. Se están cerrando clases en colegios porque el profesor da positivo, pero todos los alumnos dan negativo… Estoy segura de que la gente que aún cree en esto ha vivido casos cercanos.
Se me ocurre que los que no creemos en esto podemos actuar de otra manera: con risas. En el fondo toda esta gentuza da mucha pena, son bufones de Soros, Gates y otros similares. A los psicópatas del congreso les encanta vernos humillados con la boca tapada, riámonos de ellos. No gritemos, no les llamemos asesinos porque eso ya lo saben, riámonos, porque son payasos. Tenemos que entender que el 1% tiene el poder que el 99% le estamos cediendo.
Pretender que nos asfixiemos con el bozal es de risa, no de enfado ni de división, debemos reírnos porque nos quieran hacer prescindir del aire que por naturaleza nos corresponde. Debemos reírnos porque nos quieran encerrar, debemos reírnos y con la risa provocar la reacción lógica siguiente, que sería la desobediencia.
Si me río porque me quieren impedir respirar, no me voy a poner el bozal. Si me río porque quieren arruinar mi negocio, debo abrir, si me río porque no quieren que vea a los míos debo verlos y comérmelos a besos, porque en el peor de los casos, si el bicho existe, lo único que va a pasar es que cojamos algo que se cura con paracetamol. A fin de cuentas, ¿quién va a hacer caso a los bufones?
¿No cantaban los cristianos cuando los echaban a los leones? Sea cierto o no ¿no es un gesto de burla y de desacato a la autoridad?
La risa cura, también desarma y desacredita al enemigo. La risa es contagiosa. Extendamos ese maravilloso virus por la ciudad, por el país y por todo el mundo.
Teniendo en cuenta de que nuestras protestas sirven de poco ante el poder, tal vez podamos contagiar risas en lugar de alarmismo.
Hagamos que la gente pueda recuperar su salud riendo o, por lo menos, mejorarla.
No le digamos a Sánchez que es un asesino, él lo sabe perfectamente y no le importa, riámonos de él porque no va a pararnos. No nos manifestemos, quedemos todos para reírnos de ellos. Inundemos las redes de vídeos riéndonos, de los políticos, de los medios, de los jueces, de los médicos y de todo aquel que está contribuyendo a esta barbarie.
A la gente le gusta reír, les hace sentir bien y ahora lo necesitamos más que nunca.

Con cariño, os deseo salud, amor y muchas risas.