Reescribo ya que algo hice mal y no salió publicado 🙂
Hola David.
Qué bien , esos cambios graduales. Yo también procedo de la urbe aunque siempre me ha tirado mucho el monte 🙂 y la verdad es que sólo soy aprendiz de «llaurador» como diría un conocido. Trato de compaginar técnicas pero adaptándolas al sitio concreto.
Es una fuente de satisfacciones el tocar la tierra, las plantas, todo un símil interrior, ¿verdad?a base de errores y rectificaciones y adaptaciones, como afinando o armonizando una especie de orquesta.
Yo estoy empezando a probar caballones o pequeños bancales elevados con restos leñosos en la base, con paja, que quiero regar a manta (de momento sólo por una especie de goteo casero y a cubos) y probando con biofertilizantes propios. A ver qué tal.
Que vaya muy bien y tengas más tiempo. Ese libro será una caña, quiero decir que estará muy bien, seguro.
Abrazos