1º La primera cuestión para abordar es sin duda el marco estratégico de este complejo conflicto. Este es sin duda un debate muy enrevesado, pues la “bala mágica” de la propaganda masiva del establishment está colocando en la agenda política en toda Europa la llamada crisis migratoria, conforme a dos puntos de vista: la perspectiva humanista, por la cual el conflicto se presenta en el marco de los “derechos humanos”, y la cuestión de la “libertad”, “… de circulación de personas”…se supone, para luchar por las mejores condiciones de vida y trabajo…, y la perspectiva economicista-neocolonialista, esto es, ante la crisis demográfica, la necesidad de la aportación de mano de obra neo-esclava para suplir el déficit poblacional en Europa como condición para mantener los niveles del Estado de Bienestar propio del proyecto keynesiano del siglo XX, cuestión que, evidentemente, tiene una “acogida” favorable en forma de “elección racional” por parte de las clases medias de las sociedades de masas europeas.
En un reciente debate entre varios amigos, entre ellos, el politólogo Esteban Vidal, comentaba dos cuestiones que me parecen importantes para comprender el proceso: una, que Las élites occidentales pensaron que podían paliar sus problemas de mano de obra con inmigrantes, y hacerlo aceptable con el modelo de sociedad multicultural que plantearon. Esto ha sido una gran necedad, y hoy en algunos países del norte de Europa hay sectores del establishment político que lo cuestionan abiertamente debido a los malos resultados que ha cosechado. Y dos, que Ciertamente ya hay problemas de convivencia muy graves, gravísimos en algunos casos, entre personas de la misma sociedad en la que comparten una misma cultura, lengua, costumbres, etc. De modo que introducir a gente con otra cultura, costumbres, idioma, valores, etc., no podía funcionar. Y así se han generado problemas de convivencia tremendos, como los que últimamente se observan en Dublín.
Estas reflexiones nos llevan a considerar los aspectos estratégicos-políticos siguientes: ciertamente, detrás de la estrategia “humanista” siempre ha estado como proyecto político de las élites europeas la función neocolonialista de la emigración después de la II GM (de proveerse de mano de obra semi-esclava para la reconstrucción europea después de la devastación de la Gran Guerra). Las élites del poder occidentales definieron una estrategia de “incorporación masiva” de inmigrantes (básicamente Oriente Medio y África, pero también turcos, indios, pakistaníes, latinoamericanos, etc.), con la finalidad de paliar el descenso demográfico en Europa y mejorar la capacidad de explotación capitalista en desarrollo tras la II GM en su fase más imperialista y globalizadora. Pero tal maniobra “se les ha ido de las manos”, creando el caos que vemos en toda Europa (Inglaterra, Francia, norte de Europa, y también los últimos años los Estados nación del sur, como Turquía, Grecia, Italia, España).
La otra cuestión que se suscita es considerar si esta estrategia de “inmigración masiva”, ya en crisis, y a controlar de forma desesperada por los Estados, y el “invierno demográfico”, se encuentran dentro de los planes estratégicos de las élites políticas y económicas occidentales, lo cual entraría bastante dentro de la perspectiva del “genocidio” antiblanco y anti-cultural europeo, con el papel ideológico favorable del feminismo de Estado y el progresismo multicultural promovido por la izquierda tradicional y el liberalismo radical, bastante pro-islam.
Inevitablemente, la opción “humanista” y “multicultural” promovida en Europa para facilitar la asimilación cultural de la inmigración, debía tender claramente hacia un cambio de modelo de población (además, y por tanto, ideológico-cultural) generando los conflictos que ahora vemos, p.e. con explosiones de masas en Irlanda, y además el ascenso político e ideológico de la extrema derecha que aprovecha las contradicciones evidentes ya señaladas en el seno de las sociedades de masas europeas, agudizando los conflictos ya existentes entre las poblaciones “autóctonas” europeas entre sí, y entre las poblaciones europeas y las procedentes de la inmigración, tal y como estamos observando en los debates absurdos sobre esta cuestión entre “derecha-izquierda”.
Es una evidencia que en Europa, a fin de favorecer la inmigración árabe-africana, se ha procedido al fomento del “islam” como religión dominante en el norte de África, es decir, la estrategia de jugar con el fuego de la “sustitución” étnico-cultural europea a partir de la inmigración básicamente de origen ideológico islamista, cuestión que ha salido muy mal parada, generando el alto nivel de conflictividad no prevista y que ahora observamos.
Lo que parece claro también es la naturaleza persistente de este conflicto de intereses “imperialistas”, motivado por la contradicción entre la necesidad de mano de obra neo-esclava para suplir el déficit poblacional en Europa, y la crisis que ello va a generar en el conjunto de la población “autóctona”. Las élites del poder europeas, con sus propias contradicciones internas entre Estados nación con sus propias rivalidades y diferentes niveles de desarrollo neocolonialista, tampoco pueden sostener una “política común”, lo cual va a repercutir en crisis políticas que lleguen a cuestionar el marco europea de construcción imperialista, como ya está sucediendo con las políticas racistas de las opciones de la extrema derecha en auge en Europa seguidoras del modelo inglés.
2º Esto significa que, según las circunstancias concretas de cada Estado nación europeo, la forma de afrontar esta crisis tendrá sus matices diferenciados. En el ámbito del Estado nación español, la política de facilitar la inmigración masiva como medio de afrontar tanto la crisis demográfica y facilitar la sobreexplotación de los trabajadores, comienza con Aznar y Rodrigo Rato. Lo curioso es que, por sus propias raíces históricas y políticas, la izquierda, toda la izquierda, española y europea, incluido el nacionalismo radical, sobre unas bases más ideológicas “multiétnicas y humanistas” han copiado literalmente tal modelo, y por tanto, se encuentran atrapadas en ese “universo” argumental idealista y erróneo..
3º En este sentido, el proceso de inmigración africana a las Islas Canarias viene siendo en los últimos años un fenómeno, al menos bastante destacable por su magnitud, que requiere una explicación en su total complejidad, puesto que no vale una explicación general basada en gran parte en criterios bastantes “catastrofistas”, el asunto es más complejo, lo cual demuestra que no valen las explicaciones políticas simplistas, por evidentes que parezcan. En síntesis, no se pueden aplicar los criterios generales pensados para el marco territorial europeo, que para una comunidad neo colonizada como es Canarias.
Factores que integran la situación:
1) La que podríamos denominar como “comunidad humana” establecida en el Archipiélago africano de Canarias lo fue a través de un largo y duro proceso de colonización, agresión y conquista militar genocida, producto del inicial capitalismo mercantilista y del incipiente Estado territorial constituido por la alianza de la nobleza procedente de los reinos peninsulares, básicamente el vencedor, el castellano-aragonés. Este proceso de constitución de tal comunidad humana, hoy ya con una identidad y culturas propias y específicas, supuso la cristalización de innumerables etnias y culturas integrantes del proceso colonizador, procedentes de los propiamente indígenas residuales, de los pueblos peninsulares invasores y producto también de la importación de esclavos antillanos y africanos. De ello resultó una comunidad cultural esencialmente criolla forjada en un periodo relativamente corto, pero que lleva hoy sobreviviendo más de 500 años, modelo que ha sido exportado esencialmente a toda Latinoamérica posteriormente. Pero que, con independencia de toda la “injusticia y barbarie” histórica de sus inicios, hoy constituye una comunidad humana estable con identidad cultural específica[1].
2) En el proceso de tránsito entre el colonialismo mercantilista promovido por la nobleza del incipiente Estado castellano, y el pleno desarrollo del capitalismo y del Estado moderno a partir del siglo XIX, se configura una estructura de poder militar, político y económico de tipo neocolonialista interior, en el sentido de que si bien las estructuras de poder político-económico estaban dominadas por el Estado nación españolista de reciente formación, la peculiar situación geoestratégica de Canarias, situada a más de 1750 km de la sede del Estado, favorecieron la inevitable configuración de una estructura específica de poder político, militar, y sobre todo económico, con la adopción del sistema de “puertos francos”, es decir, dejar exento al archipiélago canario de la aplicación de la hacienda estatal en lo referente a las fronteras y aduanas. Situación que se mantiene hasta hoy día en que el archipiélago no está incluido en la estructura económica del Estado nación español de forma integral, sino tal y como se recoge en los criterios de las llamadas neocolonias europeas (del Estado español, francés y portugués) se encuentra integrao hoy día bajo el eufemismo de las “Regiones Ultraperiféricas”, como territorios atlánticos, de África y Caribe, antiguas colonias europeas y neocolonias hoy.
3) Los efectos de la inmigración masiva en los últimos años, tomando como referencia a las Islas Canarias, tienen sus particularidades y factores desencadenantes: Veamos:
La situación de África-Sahel. África, en general, se encuentra saqueada en sus recursos naturales por el imperialismo USA-UE-Rusia y particularmente China, lo cual condiciona bastante las posibilidades de un desarrollo industrial capitalista propio, incluso en aquellos Estados con mayores posibilidades como Nigeria.
Existe el hecho del incremento de la hambruna africana, como lo han señalado instituciones tan pro-imperialistas como la ONU o la Unión Africana que han advertido en un informe conjunto que África atraviesa una crisis alimentaria «sin precedentes» que requiere de una acción internacional «urgente», ya que hoy en día el 20 por ciento de la población, casi 282 millones de personas, sufren desnutrición, lo que representa un incremento de 57 millones respecto a los datos previos a la pandemia de COVID-19[2].
Una parte importante de la juventud de tales países, sobre todo en la franja sur del Sahel como Malí, Senegal o Nigeria, siguiendo el criterio general que favorece la emigración, “entienden que en sus Estados no van a tener un “futuro”, en el sentido alienante de la mejora de las condiciones de vida y trabajo, con lo cual se arriesgan a dar el salto hacia la emigración europea, toda vez que en sus respectivos Estados las élites detentadoras del poder se encuentran atrapadas en crisis permanente de corrupción, ineficacia económica, violencia política y profunda dependencia del imperialismo.
Existe, sin duda, -donde el ejemplo de Marruecos es el más evidente-, la iniciativa política de fomentar la emigración a través de Canarias con finalidades políticas, a partir de lo cual se puede realizar un chantaje geoestratégico al Estado español y a Europa, tanto para intereses hegemonistas locales (como la lucha en el Sahel entre las potencias títeres de Marruecos y Argelia por el control del NO de África, y el Sahara en particular), y como una forma también de conseguir prebendas económicas facilitadas por fondos europeos destinados a “paliar” la emigración masiva.
3º Estos son factores que intervienen en la explicación de la masiva incidencia de la emigración que toma como base y referencia a las Islas Canarias como “puerta de acceso” a occidente. Pero ahora lo que interesa es analizar los efectos de esa inmigración en Canarias y su contraste con otros tipos de inmigración procedentes de otros diferentes lugares, y valorar los efectos que todo ello tiene en el conjunto de los elementos claves de este proceso: la población autóctona, la demografía la cultura y la economía.
El modelo neocolonialista interior pactado para el territorio de Canarias por las élites locales y el Estado español en el proceso de configuración del Estado nación moderno capitalista y liberal, ya a mediados del siglo XIX (la Ley de puerto francos del ministro español Bravo Murillo de 1852), significó en los hechos que la desprotección arancelaria que suponían dejaría a Canarias sin la posibilidad de un desarrollo económico de base industrial, lo cual no fue una “imposición” sino una opción factible: Canarias es un territorio fraccionado territorialmente en islas, que a su vez son diferentes en su orografía, sin materias primas y con escaso territorio debido a que los centros básicamente están constituidos por montañas y barrancos. Y además está el alejamiento de todo centro capitalista europeo. Por ello, “rentabilizar” esta situación llevó a una fórmula de capitalismo, primero mercantilista y de agricultura de exportación, y posteriormente al monocultivo masivo del turismo, ya a partir de los años 60 del siglo XX, siendo toda una “opción o modelo” dirigido y sustentado por las potencias imperialistas con capacidad para ello, básicamente Inglaterra, al menos hasta el Mando Económico Militar de Canarias después de la Guerra Civil. Este modelo no ha hecho más que profundizarse con el tiempo convirtiendo al archipiélago canario en una región neocolonial interior dependiente del Estado nación español, pero económicamente del imperialismo europeo y sus “demandas” turísticas. Cierto que existe en Canarias un envejecimiento de la población autóctona y un índice de natalidad bajo, pero ello no significa que, a efectos poblacionales generales, se esté “vaciando” Canarias, justo lo contrario, la cuestión es mucho más grave, lo que sucede es que al proceso de decrecimiento demográfico autóctono se acompaña un incremento brutal de inmigración externa marcando índices muy graves de superpoblación con sus 2,2 millones de habitantes (el más elevado del Estado, salvo Mallorca), sin contar el efecto devastador tanto para el medio ambiente como para la cultura tradicional, con más de 14 millones de visitas turísticas en el año 2022. Pero lo que es destacables indicar es que el gran aumento de población (desde 1990 se ha incrementado estable de la población en un 52%) que tiene sus propias condiciones particulares; como es el retorno de los canario-venezolanos ante la crisis social allí, los nuevos residentes de origen peninsular, y sobre todo los de origen europeo, a los tradicionales de Inglaterra o Alemania se une ahora de Europa del Este, y sobre todo italianos que están ya constituyendo la mayor colonia de residentes extranjeros en Canarias, y en islas concretas, como Fuerteventura[3] empieza a ser el italiano el idioma más hablado. Y además, añadir la iniciativa bastante estúpida de favorecer el uso de internet como teletrabajo para extranjeros, desde Canarias, con lo cual una gran cantidad de burócratas digitales se están instalando en Canarias por sus “especiales y favorables condiciones”, provocando no solamente un incremento de población sino en la especulación en las viviendas populares que ante la demanda incrementan sus precios.
4º Si consideramos el hecho de que la población autóctona canaria, con una cultura e identidad de 500 años, se encuentra en claro retroceso demográfico, y se añade los hechos citados, estaríamos ante la evidencia de una verdadera sustitución cultural, un auténtico genocidio blando, que en cifras serían:
- “Tomando como referencia el año 1990, la población de Canarias se ha incrementado casi un 52%, frente al 2,9% del País Vasco (p.e.) y el 22,1% del promedio estatal.
- De esos 530.000 habitantes, 70.000 se derivan del crecimiento interno de la propia población autóctona. El resto, unos 460.000, son personas inmigradas.
- De la actual población extranjera en las islas, el 53,28% procede de Estados de la UE (sobre todo, y por orden: italianos, británicos y alemanes) frente al 25,77% de América y solo el 10,23% de África.
- De 2.252.565 habitantes, ya 287.488, un 13%, son extranjeros. Para 2033, el archipiélago debería tener, según las matemáticas oficiales, 2,5 millones de habitantes”[4].
Cuando todo un pueblo, dotado de identidad y cultura propios forjado en más de 500 años, se ve sometido política, económica, militar y culturalmente por un Estado neocolonial europeo y sus aliados imperialistas de la UE, de tal forma que su supervivencia como tal está claramente en un proceso de destrucción, ese hecho no tiene otro nombre que genocidio, si bien no se produce hoy por métodos violentos, pero sí a partir de la imposición de un modelo de organización de la sociedad y su economía que conduce inevitablemente a su extinción paulatina como pueblo diferenciado. De hecho, este proceso de “extinción” se encuentra ya muy avanzado, por ejemplo, existen estudios recientes que ponen de manifiesto que la capacidad de carga del archipiélago se encuentra en una fase de insostenibilidad es decir, la capacidad máxima de individuos que el territorio pueda soportar como consecuencia del incremento de la población y del turismo[5].
En tales condiciones y perspectiva, cabe hacer una reflexión final. La realidad es que Canarias está muy lejos de los niveles de “sensibilidad” anticolonialista de los años 70-80 del siglo XX, con el ascenso del independentismo anticolonialista, en particular de A. Cubillo y el MPAIAC. Las posibilidades de que se produzca un proceso de movilizaciones populares en defensa de la misma supervivencia del pueblo canario son mínimas, lo cual no significa que a nivel popular, la gente local no comprenda perfectamente que vivimos un modelo social insostenible, pero la ausencia de un análisis correcto, en su total complejidad, y de una estrategia revolucionaria superadora del fracasado anticolonialismo tradicional, hace que las posibilidades de cambio cualitativo en la situación sea realmente escasas. Únicamente, a partir de un proyecto estratégico superador de las tesis proletaristas que han dominado hasta el presente, desde un renovado imaginario, en que se cuestione en su esencia del Estado nación, el capitalismo, el imperialismo, el nacionalismo, sobre la base de una organización de las comunidades humanas a partir de la lucha por verdadera libertad y la democracia directa, por las cuales se garantice la auténtica libertad de los pueblos y de las personas, la solidaridad entre los pueblos en lucha, solo criterios como estos pondrán en el camino alternativas revolucionarias realmente viables, aunque hoy aún utópicas.
FUENTE: https://elsabiocinico.blogspot.com/2023/12/demografia-inmigracion-y.html
[1] Esta tesis se encuentra desarrollada ampliamente en el texto Nacionalismo y Revolución, Editorial Potlatch 2020, en particular en el Libro III. El nacionalismo anticolonialista en Canarias: verdades y fantasías.
[2] https://www.europapress.es/internacional/noticia-casi-282-millones-personas-pasan-hambre-africa-afronta-crisis-alimentaria-precedentes-20231207120704.html
[3] https://www.elconfidencial.com/amp/espana/islas-canarias/2023-11-25/foraneos-canarias-espanol-idioma-fuerteventura_3781157/
[4] https://www.elconfidencial.com/espana/islas-canarias/2023-02-07/canarias-explosion-demografica_3571635/
[5] Un estudio del The Sustainabilty Laboratory, en colaboración con el instituto TIDES de la ULPGC, calcula el impacto poblacional de residentes y turistas sobre el Archipiélago y qué implicaciones tendría para el territorio adoptar un modelo de “turismo sostenible” o continuar con el actual. Canarias Ahora, 10-12-23.