¿Qué debe ofrecer el IV Encuentro?
Uno: Convivencia, relación, organización, calor humano, simpatía y apoyo mutuo. Dos: comprensión, argumentos, análisis y explicaciones, Tres: Autoconstrucción personal, formación individual y espacio donde desarrollar la propia creatividad.
Cuatro: lugar donde conocer a personas afines con las que convivir, juntarse y autoorganizarse. Cinco: convocar y efectuar movilizaciones, luchas y actos de protesta, de resistencia y de restauración de la justicia. Seis: informar y aportar elementos de análisis a la opinión pública popular. Siete: continuidad, pues es un momento inicial de un proceso de recuperación de la comunidad popular, de un movimiento revolucionario operando en el tiempo. Ocho: participar en un hecho sobresaliente, histórico, la transformación total del régimen vigente, que se está desmoronando por su irracionalidad intrínseca. Nueve: un orden axiológico y moral de valores positivos universales. Diez: un ámbito donde poder realizar el anhelo personal de servir a una gran causa, de contribuir y comprometerse, de otorgar sentido a la propia existencia. Once: participar en una trama organizada solidaria que favorezca la supervivencia personal en tiempos de caos, desintegración, soledad, impotencia y pobreza. Doce: un ámbito privilegiado de elaboración y aprobación de Manifiestos, Declaraciones, Alegatos y similares sobre cuestiones decisivas, que serán publicadas y orientarán el pensar y el hacer de cada vez más gente, haciendo posible su organización en fraternidades, grupos de trabajo, etc.
El objetivo global, estratégico, no es llegar a unas cuantas personas, hacer críticas al poder, editar algunos videos y libros, participar en ciertas protestas, etc. sino trasformar el sistema social vigente en su totalidad: ¿nos atrevemos a ello? Yo sí.
La meta a corto y medio plazo es ir creando un movimiento de opinión constituido por miles de personas, preparadas y bien formada, que pueda influir en la opinión pública primero y que, a medida que el desmoronamiento progresivo y paso a paso del sistema actual tenga lugar, alcance a ir creando instituciones populares de sustitución, capaces de ordenar de un modo nuevo la sociedad y de hacer posible un nuevo tipo de ser humano.
Necesitamos que vayan surgiendo fraternidades, grupos de ayuda mutua y otros entes similares por todas partes. Para conseguirlo tenemos que lograr que cada persona vinculada al proyecto TI conozca bien nuestras ideas, ideales, propuestas y formulaciones, para poder exponerlas por todas partes y lugares, en una conversación personal, una tertulia de amigos, una charla informal, un artículo, un vídeo, una conferencia, un debate abierto, un libro, etc. Esto es decisivo, pues de la argumentación bien realizada saldrá la constitución de nuevos núcleos organizados, y de la de su generalización nacerá la capacidad para influir en la opinión pública, primero, y luego en la sustitución de las estructuras de poder por otras de naturaleza popular, autogobernadas y comunales.
Esta es la parte reflexiva del proyecto TI. Luego está la parte convivencial, no menos importante, en la que predomina lo relacional, emocional y afectivo, el saber estar junto con los otros. Porque la meta ha de ser el responder a todas las necesidad de lo humano, lo emotivo tanto como lo reflexivo, para realizar una reconstrucción holística de la persona, tras su destrucción por el actual sistema. Lo convivencial y comunitario tiene que hacerse sin menoscabo de la autonomía, soberanía, capacidad de acción y necesidad de realización de la persona. El proyecto TI debe considerar al individuo más importante que el proyecto mismo en tanto que colectividad, centrando su atención en favorecer la constitución de personas de valía personal, sobre la base de la libertad, la responsabilidad, la moralidad, la convivencia y la autoexigencia. Los talleres de autoconstrucción, los cursos presenciales y online sobre materias específicas, etc. han de ser habituales.
Los documentos que se elaboren en el IV Encuentro TI, una vez editados (lo que se hará cuanto antes), deben servir de fundamento a la acción organizadora, a través de su lectura, visualización y estudio colectivo, conforme al principio de que no sólo difundimos unas ideas sino que establecemos un marco comunitario, el proyecto TI, donde trabajar por su realización, y donde hallar lo ofrecido en los 12 puntos de arriba.
Mi comprensión del marco estratégico objetivo
Nuestra estrategia actual es acertada si efectivamente el sistema de poder de la modernidad ha entrado en una fase de decadencia, desorganización, agotamiento y desplome. Si estuviéramos en 1955-1965 lo que proponemos hoy sería equivocado, al tener aquél ante sí medio siglo de estabilidad. A la sazón, la línea de actuación habría sido un largo periodo de acumulación de fuerzas, pero no, como ahora, una afirmación de la voluntad de ganar a una parte decisiva de la población[1] para proceder a una transformación cualitativa del actual orden, a medio plazo, en unos decenios. El declive y consunción del régimen de la modernidad se manifiesta por primera vez en la crisis económica de 2008-2014. El segundo momento ha sido la crisis el covid-19. Lo que va a venir será más gordo aún.
Mi análisis de la crisis económica de 2008-2014 me llevó a la conclusión de que era mucho más que una crisis económica del capitalismo, como tantas, pero no comprendí su meollo último. Lo que me iluminó fue el estudio de la crisis demográfica, que efectué para elaborar “Erótica creadora de vida”[2]. Y cuando llegó lo del coronavirus me fue fácil entender que ya se había hecho explícita la descomposición del sistema, que habíamos entrado en un ciclo histórico diferente, que el periodo de prosperidad iniciado en 1955-65 había quedado atrás definitivamente.
Durante el periodo de estabilidad del sistema, la percepción de que éste era estable, imbatible y eterno llevó a muchos a preocuparse por cuestiones periféricas, los problemas de las “minorías”, el medio ambiente, etc., pues suponían que la estructura social básica era todopoderosa. En realidad, ésta lleva decenios incorporando contradicciones internas colosales pero eso nadie lo percibía… Sólo se situaban fuera lo que se pueden llamar teorías sobre catástrofes monocausales, que son tres: la que se refiere al cambio climático, la que advierte sobre el agotamiento de los combustibles fósiles y la medioambiental o ecológica. Con independencia del grado de verdad que contengan lo indudable es que ocultan las disfunciones y desastres contemporáneos, la negación de la libertad, la aniquilación de la cultura popular, la nadificación de la persona, la tragedia educativa, la medicalización universal, el infierno convivencial, la represión del Eros con el triunfo de Thanatos (instinto de la muerte), la depresión, la pérdida de instinto de supervivencia y el fenómeno imparable del suicidio de masas, entre otras muchas que voy a tratar, aunque muy esquemáticamente, en “Las 20 nocividades estructurales irresolubles de las sociedades de la modernidad”.
Mientras las catástrofes monocausadas se refieren a cosas (el petróleo) o a realidades no humanas (el clima, el medio ambiente), yo me he centrado en las disfunciones de lo humano y del ser humano, lo que equivale a una ruptura con el antihumanismo de la modernidad. Para éste, la persona, el individuo real, es lo que menos importa. Estoy con Heleno Saña contra ello, y comparto (aunque con discrepancias notorias) las ideas de su “Antropomania. En defensa de lo humano”.
Dando explicaciones
Entiendo que debo una explicación de mi actuación tras el I Encuentro RI, mayo 2015. Lo que hice es, terminado el acaecimiento, seguir con mis libros y mis charlas, sin prestar atención a la tarea de inspirar y orientar el quehacer comprometido de quienes a él acudieron. Aquél estuvo magníficamente organizado por el equipo que se encargó de ello pero yo no estuve a la altura. También es verdad que las iniciativas de otras personas fueron lamentablemente escasas e inconstantes, lo que espero lleve a una reflexión autocrítica igualmente a éstas. Lo mismo sucedió tras el II Encuentro, mayo 2016. Entonces yo carecía de una estrategia de acción personal, limitándome a un trabajo de esclarecimiento de este o el otro asunto, aunque debe admitirse que en esas fechas era muy difícil establecer una estrategia apropiada, debido a que las contradicciones del sistema aún no se habían evidenciado. Hoy es diferente la situación y también quiero que sea diferente mi actuación. Entiendo que ha llegado el momento de constituir un gran movimiento organizado y un gran movimiento popular de resistencia, acción, intervención y reconstrucción, y que para ello tengo que aceptar mi función de orientación y formulación sustantivas.
Ha llegado el momento de hacerlo y además es posible hacerlo.
Félix Rodrigo Mora, 28/4/2020
[1] Sobre cómo hacer esto en la práctica se debe elaborar un Protocolo de Actuación.
[2] Tengo que insistir en invitar a no sólo la lectura sino al estudio de este libro, si se desea lograr el apropiado estado psíquico ante lo que está sucediendo y va a suceder. El día 4 de febrero, más de un mes antes del encarcelamiento en casa, edité el vídeo “Descomposición, transformación, revolución”, que se refiere a ese asunto. Porque la catástrofe demográfica es la primera y más importante, y el modelo epistemológico del resto.