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  • Autor de la entrada: Oficina de Asesoramiento para la Reruralización Integral

La vida en las ciudades, feudos de la fealdad, el desarraigo y la insociabilidad, es observada con recelo por cada día más individuos, que comienzan a prestar una atención esperanzada en la alternativa rural. No es de extrañar, pues la vida en las urbes, que han medrado hasta lo monstruoso, y cuyo fundamento es la concentración poblacional motivada por la acumulación de poder y riqueza principalmente, pierde para muchos su pretérito atractivo.

Mucho esfuerzo volcaron en el pasado intelectuales, artistas, autoridades políticas y propagandistas varios para denostar a la ruralidad y sus gentes, lo que abocó a muchos de estos al acomplejamiento y el autoodio, mientras que otros se vieron contagiados por un aborrecimiento visceral del habitante del rural. Hoy aquel paraíso en la tierra se desmorona para muchos.

La vuelta al campo, muy a menudo idealizado, entra en escena y se torna ilusión de quienes sufren el gregarismo individualista, la falta de libertad, la sensación de no-pertenencia, los ritmos frenéticos orientados al trabajar-consumir compulsivos o el halo lúgubre de la urbe. Desgraciadamente, son más los intentos fallidos que los exitosos, bien por arrastrar a la aldea la forma de vida urbana o por una autoconstrucción personal insuficiente, generalmente en su faceta convivencial.

Es por esto que presentamos la Oficina de Asesoramiento para la Reruralización Integral, con la voluntad de ayudar a quienes deseen dar pasos en esta dirección, ya sea de manera individual o, preferiblemente, con intención comunitaria, para lo que serviremos de nexo de unión entre quienes nos contacten con este propósito. De igual manera, acompañaremos a quienes se interesen por la recuperación, defensa y lucha por el comunal que aún hoy existe, algo que consideramos imprescindible. Para ello contamos con la experiencia de algunos que han recorrido este camino de manera satisfactoria, habiendo aprendido, en buena medida, del fracaso.

La llamada “vuelta al campo” es una iniciativa por la que muchos de los que compartimos la idea de Transformación Integral nos inclinamos. Pretendemos una reruralización de la sociedad porque las ciudades son, además de insostenibles, el espacio donde se realiza la voluntad de poder con mayor efectividad y virulencia. La concentración de las masas garantiza un mejor desarrollo del gran capitalismo, un más estricto y concienzudo cobro tributario, un mayor control policial y, llegado el caso, militar, una menor capacidad de organización fuera de las instituciones estatales, un caldo propicio para el adoctrinamiento y la imposición de la cultura “desde arriba”, entre otras muchas.

Ya que nuestra intención es alumbrar una sociedad cuya base sea la libertad, el amor convivencial entre iguales, la calidad de un sujeto autoconstruido o la voluntad de verdad, rechazamos el modelo urbano y apostamos por el rural. De esta manera, animamos a que esta opción sea considerada no como un escape, sino como la apuesta por un nuevo espacio donde seguir combatiendo, de forma que pueda convertirse en una propuesta realista para el resto de la sociedad.

Pensamos que la mentalidad ha de ser contraria a la de quien espera una salida edénica de su execrable realidad. En vez de hedonismo, goce y búsqueda de tranquilidad y olvido de lo externo es preciso militar por el esfuerzo, el sacrificio y la entrega para el trascendente fin de cambiar de modo positivo la sociedad. El entorno campestre aparece como tentador punto de partida, pudiéndose dar desde ya mismo un uso y defensa de los bienes comunales, una organización popular con soberanía política en inicio endeble pero latente, preparada y aspirante a alcanzar cotas mayores de protagonismo. También la soberanía en otros ámbitos, como el alimentario, indumentario, cultural, artístico o artesanal, por mencionar algunos de los muchos posibles. La posibilidad de crear comunidad, con personas afines, pero también con otras de muy diversos pareceres, dado que los ritmos y el espacio son mucho más asumibles se incrementa igualmente. Por último, los tiempos ausentes de frenesí y aptos para ser adaptados, la oportunidad de establecer vínculos con el vecindario, la posibilidad de entregarse al silencio y la reflexión, y la belleza y sublimidad de paisajes naturales y manifestaciones culturales tradicionales, muchos erigidos desde la autenticidad y la genialidad, y no desde el apresuramiento industrial o el homenaje al poder, son ideales para el combate por la mejora de uno mismo. Y… no hay duda, la transformación integral ha de ser realizada por individuos que hayan logrado aupar sus virtudes y hayan luchado contra su faceta más perniciosa.

Así pues, os animamos a que nos contactéis al siguiente correo electrónico:  reruralizacionintegral@riseup.net, sin compromiso, ya sea vuestra intención consultar dudas variadas, ofreceros para formar comunidad, lanzaros en solitario o en un grupo ya formado, uniros a algún proyecto existente o explorar la posibilidad del comunal.

Un saludo fraternal, ánimo y… ¡valentía!

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